Es mensajero aquél que lleva una noticia, un mensaje… para esto debe conocerlo, debe hacerlo “suyo”. Muchos “mensajes” llegan hoy a nuestras manos: mensajes de texto, mensajes virtuales, correos electrónicos, mensajes en el contestador… hasta nuestras agendas están cargadas de mensajes y recordatorios… son tantos que a veces, pasan desapercibidos o los olvidamos fácilmente.
Sin embargo, en la era de los mensajes, Jesús nos llama a los catequistas a ser “mensajeros” de su Palabra: no hablamos de cualquier mensaje… hablamos del mensaje de la Vida y del Amor que Dios nos quiere regalar. Difícil y hermosa misión, la de ser mensajeros de la Vida y de la Luz, en medio de la noche de tantos niños, jóvenes y adultos que están buscando a Dios…
Mensajeros que tienen rostros, manos, miradas, palabras, oídos y un corazón capaz de transmitir esa Palabra llena de consuelo y esperanza. Difícil y hermosa tarea, la de los catequistas en la “era de los mensajes”… sólo podrán ser verdaderos mensajeros de la Palabra de Dios si son capaces de sembrarla en el Amor. En ese Amor que el mismo Sembrador nos regaló para compartir con los que tengan sed de Él.
Gracias, catequistas, por animarse a ser mensajeros de la Palabra sembrada en el Amor. Que el Buen Dios les regale su alegría y su paz para seguir unidos a Él, siendo “eco de su voz”….
¡Feliz día del catequista!
P. Alejandro J. Puiggari y miembros de la Junta
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