miércoles, 27 de junio de 2012
Conocer para amar, amar para conocer
No basta amar
El corazón de Don Bosco
en el III Congreso Catequístico Nacional
Desde el 24 al 27 de mayo de 2012 se realizó en Morón el III Congreso Catequístico Nacio-nal. Asistieron aproximadamente 1000 cate-quistas, en calidad de congresistas, y cerca de medio millar de catequistas acompañantes que participaron en las celebraciones eucarísticas y en otros momentos de oración y de fiesta.
El 25 de mayo se realizó la misa de apertura presidida por el Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, Card. Jorge Mario Bergoglio, concelebrada por el Delegado Papal para este Congreso, Mons. Celso Morga Iruzu-bieta; por más de treinta obispos argentinos y por más de un centenar de sacerdotes de di-versas diócesis de nuestro país. La homilía es-tuvo a cargo de Mons. Eduardo García, Obispo Auxiliar de Buenos Aires y miembro de la Co-misión Episcopal de Catequesis y Pastoral Bíbli-ca. Mons. García trajo el sentir de Don Bosco al Congreso cuando, concluyendo su homilía, afirmó: “Catequizar es amar a cada uno, dejar-se amar para que así puedan amar al buen Dios”.
“No basta amar, sino que los jóvenes deben darse cuenta de que son amados” _ dijo Don Bosco en la carta de 1884 y, años más tarde, el 30 de enero de 1888, un día antes de morir, le dijo a Don Rúa y en él a todos sus salesianos: ”Hazte querer”. El amor es esencial a la cate-quesis, es el amor de Jesús Buen Pastor que se expresa maravillosamente en la pedagogía de Jesús que traduce, en la Iglesia, la pedagogía de Dios en la Revelación.
En la carta de convocatoria al III Congreso ca-tequístico Nacional los Obispos de la Argentina afirmaron: La Catequesis de iniciación cristiana requiere una renovación para adecuarse a los desafíos propios del tiempo que vivimos y a los requerimientos de la nueva evangelización.
Aparecida nos habla de “la tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad operativa de la ini-ciación cristiana”… para asumir “el desafío de una nueva evangelización, a la que hemos sido reiteradamente convocados” (DA 287).
Con la esperanza puesta en el amor del Señor que acompaña nuestros pasos en la evangeli-zación, hacemos foco en la catequesis y re-flexionamos en su servicio a la iniciación cris-tiana, destacando una de sus dimensiones. Hoy pondremos énfasis en lo misionero.
Dimensión misionera de la iniciación cristiana
“La fe es un don destinado a crecer en el co-razón de los creyentes. La adhesión a Jesucris-to, en efecto, da origen a un proceso de con-versión permanente que dura toda la vida. Quien accede a la fe es como un niño recién nacido que, poco a poco, crecerá y se conver-tirá en un ser adulto, que tiende al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.”
El Primer Anuncio o Kerigma afecta, de un modo profundo y transformador, la vida de quien lo recibe. Provoca la conversión primera y el encuentro renovador con Cristo y su Evangelio. Queda abierta la puerta para el proceso de la Iniciación Cristiana que, una vez concluido, deja lugar a una Catequesis Perma-nente que dura toda la vida.
Éste es el camino. Así hemos concebido tradi-cionalmente los procesos de iniciación y madu-ración en la fe. Hoy; con la mirada puesta en el sujeto de la Catequesis y en el contexto social, cultural y religioso; tenemos algunas convic-ciones que nos hacen pensar en procesos no tan simples ni lineales.
• El dinamismo del crecimiento de la fe no es un continuo con compartimentos estancos, sino un itinerario en el cual sus etapas interactúan en una relación compleja y simultánea.
• En un contexto cultural pluri – étnico y plu-ri – religioso, el cristianismo no es ya la op-ción social que se realizaba, casi espontá-neamente, en la confluencia de la socialización religiosa y cultural. Hoy “la propuesta cristiana se ha convertido en una más entre tantas y debe, por lo tanto, presentarse de modo tal que sea capaz de mostrar su validez y su credibilidad” .
• Aquí la Catequesis tradicional se halla casi impedida para transmitir la fe, puesto que pretende abordar un camino que supone una fe inicial inexistente. La multiplicidad de propuestas y la ausencia o debilidad de referencias confunden las búsquedas reli-giosas. Se requiere, en estas condiciones, un anuncio kerigmático que, muchas veces, se da falsamente como supuesto.
• A veces, después de la Iniciación Cristiana, la vida de las personas corre por derroteros que ponen en crisis la fe de esas personas. Se produce, así, el alejamiento y se llega, incluso, a la costumbre de pretender vivir sin fe. Es la situación que Enzo Biemmi denomina “de la ruptura al olvido” .
• Hay un “desborde semántico” en los con-ceptos catequéticos, tal como siempre los hemos concebido, uno a continuación del otro. Tradicionalmente hemos situado a la Catequesis a continuación del Primer Anuncio, según las funciones que el Direc-torio General para la Catequesis de 1997, enuncia para el Ministerio de la Palabra: la llamada a la fe, la iniciación, y la educación permanente de la fe.
• Tal desbordamiento se ha dado en tres etapas: a) la primera como distinción del Primer Anuncio (sitúa la Catequesis como un tiempo sucesivo); b) su colocación al la-do del Primer Anuncio, que la reconoce dis-tinta pero paralela; c) su connotación cuali-tativa que la pone dentro del Primer Anun-cio. Hemos pasado, por lo tanto, de una concepción espacial lineal de la relación Catequesis/Primer Anuncio (que los distin-gue en base al momento de intervención), a una concepción cualitativa, circular, que tiende a hacerlos simultáneos.
La Catequesis es distinta al Primer Anuncio y a ella le corresponde desarrollar la conversión inicial. En este cambio epocal, la realidad pas-toral nos invita a revisar los conceptos que hemos formulado, por años, y las prácticas que se fundamentaron en dichos conceptos. La Catequesis, en el contexto actual, tiene a me-nudo una tarea misionera. Se habla entonces de Catequesis kerigmatica. El DGC afirma, en conclusión, que las fronteras entre ambas ac-ciones no son fácilmente delimitables .
“La Catequesis, por ejemplo, junto a su función de iniciación, debe asumir frecuentemente tareas misioneras. La misma homilía, según las circunstancias, convendrá que asuma las fun-ciones de convocatoria y de iniciación orgáni-ca”.
Nos planteamos, entonces, la redefinición de caminos posibles para los que llegan a un pro-ceso catequístico sin fe o con una fe pequeña, olvidada, casi “adormecida”. La pluralidad y la diversidad de ofertas de todo tipo, como dec-íamos más arriba, ponen a la persona en situa-ción de reconfirmar y de validar sus opciones cristianas. Por eso, tal vez, no sólo debamos hablar de un Primer Anuncio, siempre necesa-rio e impostergable en el inicio de un proceso catequístico, sino de una Catequesis siempre misionera y kerigmática, que sale a buscar-nos en las distintas etapas de nuestra vida, en las diversas “edades de nuestra fe” y en nues-tros distintos lugares de encuentro teológico con Dios.
Una “Catequesis kerigmática o misionera” es una Catequesis de la propuesta que busca, atrae y propone siempre. No se trata de un discurso doctrinario estampado desde afuera y por la fuerza de la repetición o de la tradición, sino de un camino de experiencias siempre nuevas, que marcan profundamente la vida de las personas. Una Catequesis que se resignifi-ca, muchas veces en Primer Anuncio, para que éste se diferencie y, a la vez, se integre en todo el proceso catequístico, otorgándole una fuerza renovadora y catecumenal. En una Ca-tequesis en clave misionera todo anuncio transparenta el Primer Anuncio. Él es como una luz siempre viva en el Ministerio de la Pa-labra: en la conversión primera, en la Iniciación Cristiana y en la Catequesis Permanente.
Pbro. José Luis Quijano
rector@isca.org.ar
domingo, 10 de junio de 2012
III CCN 2012 - 50 Proposiciones
III Congreso Catequístico Nacional
Morón, 24-27 de Mayo de 2012
50 Proposiciones destacadas
y otras que siguen en importancia
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Comisión 1: Iniciación Cristiana y Kerygma
Tesoros
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 1. Visto que el kerygma es el primer paso de la evangelización y de él deriva el Proyecto de Renovación y Evangeliza-ción de la diócesis. Con la certeza que “Urge desarrollar en las comunidades un proceso de iniciación en la vida cristiana que comience por el Kerigma y por la Palabra de Dios, que conduzca a un encuentro personal, cada vez mayor con Jesucristo…” (DA 289) Proponemos presentar el kerygma como punto de partida de la catequesis de ini-ciación cristiana, que sea significativo al hombre de hoy y le dé sentido trascenden-te a su existencia, comprometiéndolo en la defensa y promoción de la vida. 2. Visto que es prioritario que los equipos diocesanos de catequesis lleven esta formación a toda la diócesis. Con la certeza que “La Iniciación cristiana como acción evangelizadora de la Iglesia, debe ubicarse en un proyecto pastoral y en un marco eclesial determinado. El proyecto pastoral es el marco necesario e inalterable para la catequesis.” (Lineamientos y Orien-taciones 7) Proponemos la realización de un proyecto pastoral orgánico diocesano donde la Ini-ciación cristiana, con estilo catecumenal, se ubique en un lugar primordial, brin-dando y multiplicando los espacios de en-cuentro y formación Kerigmática para catequistas. 3. Visto que descubrimos un tesoro en la religiosidad popular y la religiosidad en las familias. Con la certeza que “La piedad popular es un imprescindible punto de partida para conse-guir que la fe del pueblo madure y se haga más fecunda, de allí que podamos señalar que religiosidad popular más que un espacio para la iniciación cristiana debe ser conside-rada una ocasión para incentivar su consu-mación.” (Lineamientos y Orientaciones 55) Proponemos que desde la catequesis de IC, en clave misionera, busquemos cami-nos para revalorizar, promover y prote-ger la piedad popular como lugar de anuncio kerygmático a la familia.
Tenemos la esperanza que el III CCN pro-mueva un nuevo estilo catequístico.
Asumimos la Iniciación Cristiana como la manera ordinaria e indispensable para in-troducir a la vida cristiana y como cateque-sis básica y fundamental (Lineamientos y Orientaciones Nº23)
Debemos ofrecer el encuentro personal con
Proponemos que desde la CEA se dé priori-dad a la redacción del nuevo Directorio Ar-gentino, optando por la Iniciación cristiana en estilo catecumenal.
Tener una mirada con desafío para anunciar a Cristo a las nuevas familias discerniendo
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Cristo. “Hemos de reforzar en nuestra Igle-sia cuatro ejes: La experiencia religiosa, La vivencia comunitaria, La formación bíblico-doctrinal, el compromiso misionero de toda la comunidad… (D.A 226).
los signos de los tiempos.
Generar un nuevo estilo catequístico.
Formación de espacio que faciliten el en-cuentro personal con Jesús Resucitado.
Descubrimos un tesoro en la religiosidad popular y la religiosidad en las familias.
La piedad popular es imprescindible punto de partido para conseguir que la fe del pue-blo madure y se haga más fecunda (Linea-mientos y Orientaciones 55)
La familia constituye uno de los tesoros más valiosos de los pueblos latinoamericanos… (DA 302).
La familia sea escuela de la fe y pueda ayu-dar a los padres a ser los primeros catequis-tas (DA 302).
La piedad popular es un imprescindible pun-to de partida para conseguir que la fe del pueblo madure y se haga más fecunda, de allí que podamos señalar que religiosidad popular más que un espacio para la IC debe ser considerada una ocasión para incentivar su consumación. (Lineamientos y Orienta-ciones 55)
Proponemos que, desde la catequesis de Ini-ciación Cristiana en clave misionera, bus-quemos caminos para impregnar del anuncio kerygmático a la religiosidad popular.
Aprovechar las festividades para hacer anuncios kerygmáticos desde la realidad de nuestras comunidades.
Revalorizar, promover y proteger la piedad popular como lugar de encuentro de las fa-milias con Jesucristo.
El kerygma es el primer paso de la evangeli-zación y de él deriva el Proyecto de Renova-ción y Evangelización de la diócesis.
Urge desarrollar en las comunidades un proceso de IC en la vida cristiana que co-mience por el Kerigma y por la Palabra de Dios, que conduzca a un encuentro perso-nal, cada vez mayor con Jesucristo… (DA 289)
Proponemos el anuncio del kerigma como una actividad que impregne todas las pasto-rales donde los agentes estén en clave mi-sionera.
Que el anuncio del kerigma esté en el plan de Pastoral diocesano, de modo que todos los agentes estén involucrados en el mismo.
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Tener en cuenta en la planificación anual diocesana y parroquial el encuentro periódi-co con la Palabra de Dios.
El kerigma como punto de partida de la ca-tequesis de iniciación cristiana.
Es prioritario que los equipos diocesanos de catequesis lleven esta formación a toda la diócesis.
La Iniciación cristiana como acción evange-lizadora de la Iglesia, debe ubicarse en un proyecto pastoral y en un marco eclesial determinado. El proyecto pastoral es el marco necesario e inalterable para la cate-quesis (Lineamientos y Orientaciones 7)
Proponer la realización de un proyecto pas-toral orgánico diocesano donde la Iniciación cristiana de estilo catecumenal se ubique en un lugar primordial.
Toma de conciencia de los pastores propio (obispo y sacerdotes) para asumir e impulsar el proyecto pastoral que ponga en práctica una catequesis de iniciación cristiana con estilo catecumenal.
El anuncio misionero tiene como conse-cuencia una catequesis kerygmática
El primer paso para planificar una pastoral orgánica y asumir la renovación de la cate-quesis deberá estar impulsado por una sin-cera conversión pastoral, tal como dice el Documento de Aparecida y Navega Mar Adentro. (Lineamientos y Orientaciones 9)
Hechos 2,42-47. Primera comunidad.
Proponemos elaborar proyectos de pastoral orgánica donde todas las pastorales y los movimientos eclesiales junto con la cateque-sis compartan experiencias del despertar kerygmático.
Comunidades pascuales que atraigan por seducción.
La ausencia del kerygma en nuestra cateque-sis trae como consecuencia una gran masa de bautizados no convertidos y sin compro-miso con la Iglesia y con el mundo.
“sentimos la urgencia de desarrollar en nuestras comunidades un proceso de inicia-ción en la vida cristiana que comience por el kerigma y guiado por la palabra de Dios, conduzca un encuentro personal cada vez mayor con Jesucristo”. (DA 289)
Promover espacios de comunión con los movimientos eclesiales que ya tienen incor-porado en su metodología el anuncio ke-rygmático.
Buscamos valorizar la vida
“Alabamos a Dios por el don de la vida” (D.A 106).
Ante una vida sin sentido, Jesús nos revela
El acompañamiento de las personas que vi-ven situaciones difíciles: madres solteras, violencia, abortos, drogadicción.
Trabajar en red de manera orgánica en situa-
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la vida intima de Dios en su misterio más elevado, la comunión trinitaria” (D.A 109).
D.A: 226b. “Los fieles buscan comunidades donde se sientan incluidos y valorados.
ciones sociales de dolor, sin perder la identi-dad eclesial.
Presentar de tal manera el kerigma que sea significativo al hombre de hoy y le sentido a sus vidas. Y se comprometa en la defensa y promoción de ella.
Hay catequistas que se han encontrado con el Señor y se interesan por este tema
El kerygma es la proclamación testimonial y gozosa de Jesús muerto y resucitado. El anuncio del Reino de Dios para suscitar la fe y la conversión inicial.
Retiros con la temática del primer anuncio.
Brindar y multiplicar los espacios de en-cuentro y formación Kerigmática para cate-quistas.
La tecnología y la comunicación favorece la formación y la comunicación del kerygma.
Para la Iglesia el nuevo mundo del espacio cibernético es una exhortación a la gran aventura de la utilización de su potencial para proclamar el mensaje evangélico… (DA 487)
La catequesis no puede prescindir de los medios de comunicación y hacer uso de la tecnología en pos del anuncio, los medios de comunicación “ofrecen la posibilidad de extender sin límites el campo de audición de la Palabra de Dios.” (EN 45)
Invitar a los jóvenes a integrar a la Junta de catequesis.
Priorizar la formación de los catequistas teniendo en cuenta los espacios del mundo de hoy.
Favorecer y fortalecer el uso de las nuevas tecnología al servicio de la catequesis.
Presencia de catequistas jóvenes.
Jóvenes son sujetos activos, protagonistas de la evangelización y artífices de la reno-vación social. (DCG 188). Representan un enorme potencial para el presente y el futu-ro de la Iglesia.
Animar, acompañar, escuchar y brindar es-pacio de participación en planificación y acción catequística.
El anuncio del kerygma a los catequistas
La formación obedece a un proceso integral que comprende varias dimisiones basadas todas en el anuncio kerygmático (DA 279)
Proponer la formación de los catequistas en estilo catecumenal.
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Comisión 2: Iniciación Cristiana y Familia
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 4. Vimos que la crisis de la institución familiar con la aparición de familias en-sambladas, familias monoparentales, fa-milias divididas, familias igualitarias, convivencias sin vínculos formales, co-mo una realidad reconocible y extendida, es un signo de nuestro tiempo que nos exige una fuerte conversión pastoral. Debemos, en lugar de juzgarlas, dar una respuesta amorosa y audaz, acogiéndolos cordialmente (con el corazón) y acom-pañándolos al encuentro con el Padre. Sólo esta conversión de nuestra actitud catequística hará posible el camino de su Iniciación Cristiana. Con la certeza de que debemos ser como el Padre Misericordioso de la parábola (Lc 15, 11-32), que recibe, abraza y hace fiesta; y que debemos aplicar la pedagogía de Jesús, que en el camino a Emaús se acerca a los atribu-lados, camina con ellos, ilumina sus vidas con su Palabra y comparte con ellos el pan (Lc 24, 3-35) Y también la certeza de que “Tu tienes com-pasión de todos, porque todo lo puedes”, y “Tu amas todo lo que existe, y no aborreces nada de lo que has hecho; de lo contrario ¿cómo lo habrías creado?” (Sap 11, 23 y 25) Proponemos: Desarrollar criterios pastorales que per-mitan dar una respuesta a las necesida-des de las familias que hoy son excluidas, para que puedan tener una inclusión cordial y PLENA en todas las instancias de la vida de nuestras comunidades pa-rroquiales. Es urgente promover la CAFA en todo el país, con una impronta kerygmática y misionera, donde se refuerce la cateque-sis bautismal y prematrimonial, refor-zando el valor de la Familia. 5. Vimos que los catequistas que trabajan con familias necesitan una formación sólida que les permita ser acompañantes disponibles y cercanos en el camino de la Iniciación Cristiana Con la certeza de que “la capacitación de los catequistas abarcará estos aspectos: el SER (madurar como persona y como creyente, para ser testigo de la fe y apóstol), el SA-BER (conocimiento del mensaje, del desti-natario al que se dirige y del contexto social) y el SABER HACER (conocer la pedagogía y la metodología catequísticas). Además, el 3er. Encuentro Nacional de Catequesis Fa-miliar destacó que es necesario SABER ES-TAR (acompañar, escuchar y compartir para educar en la fe)”. CAFA para el Mundo de Hoy. Y que los catequistas deben tener “una Proponemos: Desde las Diócesis promover la forma-ción permanente del catequista a través de equipos parroquiales, con la partici-pación del párroco y con un coordinador que acompañe la maduración del cate-quista y favorezca la integración cate-quistas/comunidad, y aprovechar los se-minarios y talleres itinerantes. Desarrollar criterios unificados a nivel nacional para la formación tanto doctri-nal como espiritual de los catequistas que trabajen con familias.
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formación integral, kerygmática y perma-nente (DA 279) Y con la certeza de “que nuestros candidatos a ser catequistas, siguiendo un proceso evangelizador, hagan memoria de su propia iniciación cristiana y su encuentro con Jesu-cristo, profundicen su fe y su compromiso de vida cristiana, por medio de una renovada y sincera conversión, en un ambiente de co-munidad cristiana, guiados por un equipo formador en el cual todos son precisamente catequistas.” (LORCIC 64); y que “las Pa-rroquias deben ser lugares de formación permanente” (DA 306) Y que “El catequista es antes que nada un discípulo-testigo. Con una vida impregnada por el Espíritu Santo, abierta a la Palabra como alimento y oración cotidiana: conocer la Escritura es conocer a Jesucristo” (LOR-CIC 63); y que “No se comienza a ser cris-tiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisi-va” (DA 243) Que se incorpore en los seminarios la formación catequística de los sacerdotes, para que puedan formar a los catequistas, ayudándose para ello con otros catequis-tas formados. Y que desde las Parroquias y Diócesis se contemplen las dificultades económicas que se les plantean a muchos catequistas para acceder a las instancias formativas, aportando soluciones efectivas. 6. Vimos que es necesario que los cate-quistas que trabajan con familias, y en particular los que lo hacen en la Cate-quesis Familiar, conozcan la realidad de cada una de ellas, y establezcan un vínculo estrecho para poder acompañar a sus integrantes al encuentro con Jesús que es la Iniciación Cristiana. Con la certeza que ya expresamos de que los catequistas debemos tomar la pedagogía de Jesús, tal como el la hizo vida con los cami-nantes de Emaús (Lc 24, 13-35) Proponemos: Que los catequistas en sus parroquias SALGAN al encuentro de las familias, las ESCUCHEN, y las ACOMPAÑEN para que se encuentren con Jesús.
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7. Vimos la necesidad de decir basta de catequistas individualistas o que se cor-tan solos. La falta de trabajo en equipo, de una comunicación permanente, y de evaluaciones compartidas en la Cateque-sis Familiar, es un obstáculo a la renova-ción de la Iniciación Cristiana Con la certeza que Jesús nos dijo: “Les doy este mandamiento nuevo: que se amen unos a otros. Ustedes se amarán unos a otros co-mo yo los he amado. Y así reconocerán to-dos que ustedes son mis discípulos, si se tienen amor unos a otros. (Jn 13, 34-36) Proponemos: Conformar una auténtica “comunidad de catequistas” en cada parroquia, compar-tiendo el trabajo y la alegría de nuestra vocación, y realizar encuentros de preparación de cada encuentro catequístico con todo el grupo de los catequistas de familias, y en los mismos compartir, comentar y evaluar comunitariamente la experiencia de los encuentros realizados. 8. Vimos que humanizar más nuestras co-munidades parroquiales, hacerlas más cercanas y acogedoras, buscando junto con las familias las respuestas a sus pre-guntas actuales a la luz del proyecto del Reino, les permitirá ser mejores instru-mentos para la Iniciación Cristiana. Con la certeza que “La familia es un valor apreciado por nuestro pueblo. El hogar si-gue siendo un lugar de encuentro de las per-sonas y en las pruebas cotidianas se recrea el sentido de pertenencia. Gracias a los afectos auténticos de paternidad, filiación, fraterni-dad y nupcialidad, aprendemos a sostenernos mutuamente en las dificultades, a compren-dernos y perdonarnos, a corregir a los niños y a los jóvenes, a tener en cuenta, valorar y querer a los abuelos y a las personas con capacidades diferentes” (NMA 43). Y que “la familia, pequeña Iglesia debe ser, junto con la parroquia, el primer lugar para la Ini-ciación Cristiana. Ella ofrece a los hijos un sentido cristiano de existencia y los acompa-ña en la elaboración de su proyecto de vida, como discípulos misioneros” (DA 302) Proponemos: Que nuestras parroquias vivan una con-versión pastoral que les permitan ser co-munidades vivas y el lugar privilegiado donde los fieles (incluidas las personas con discapacidad) vivan la experiencia concre-ta de encontrarse con Cristo. Para propiciar esa conversión, realicemos en nuestras parroquias convivencias fra-ternas para conocernos y amarnos, y así poder amar e integrar. Porque una comunidad que vive como comunidad orante, fraterna y misionera, es el lugar de una catequesis nueva.
Visto que los catequistas que trabajan con familias necesitan una formación sólida que les permita ser acompañantes disponibles y cercanos en el camino de la Iniciación Cris-tiana
Con la certeza de que “la capacitación de los catequistas abarcará estos aspectos: el SER (madurar como persona y como creyente, para ser testigo de la fe y apóstol), el SA-BER (conocimiento del mensaje, del desti-
Proponemos:
1- Alentar la formación permanente del ca-tequista a través de equipos parroquiales, con la participación del párroco y con un coordinador que acompañe la madura-
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natario al que se dirige y del contexto social) y el SABER HACER (conocer la pedagogía y la metodología catequísticas) . Además, el 3er. Encuentro Nacional de Catequesis Fa-miliar destacó que es necesario SABER ES-TAR (acompañar, escuchar y compartir para educar en la fe)”. CAFA para el Mundo de Hoy. Y que los catequistas deben tener “una formación integral, kerygmática y perma-nente (DA 279
ción del catequista y favorezca la inte-gración catequistas/comunidad.
2- Propiciar la participación en seminarios y talleres itinerantes
3- aprovechar las instancias parroquiales y diocesana de formación.
4- Retiros para los catequistas ya con expe-riencia, que les aporten un fuerte acento kerygmático.
5- Desarrollar criterios unificados a nivel nacional para la formación tanto doctri-nal como espiritual de los catequistas que trabajen con familias.
Con la certeza de:
“que nuestros candidatos a ser catequistas, siguiendo un proceso evangelizador, hagan memoria de su propia iniciación cristiana y su encuentro con Jesucristo, profundicen s u fe y su compromiso de vida cristiana, por medio de una renovada y sincera conver-sión, en un
ambiente de comunidad cristiana, guiados por un equipo formador en el cual todos son
Precisamente catequistas.” (LORCIC 64); y que “las Parroquias deben ser lugares de formación permanente” (DA 306)
Proponemos:
1-Que los sacerdotes se formen en cateque-sis para poder formar a los catequistas, ayudándose para ello con otros catequistas formados.
Visto que enamorarnos de Jesús como cate-quistas, y encontrarnos con El día a día en la Palabra y la oración, nos hará creíbles para invitar a las familias a que se encuentren con El.
Con la certeza de que “El catequista es antes que nada un discípulo -testigo. Con una vida impregnada por el Espíritu Santo, abierta a la Palabra como alimento y oración cotidia-na: conocer la Escritura es conocer a Jesu-cristo” (LORCIC 63); y que “No se co-mienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un
Proponemos:
1- Que los encuentros catequísticos integren claramente la Palabra de Dios y la Litur-gia, y que los catequistas vivan una co-rrespondencia entre lo que guardan en su corazón, y lo que nos propone la Palabra de Dios.
2- Que los catequistas nos respaldemos en la
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acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (DA 243)
oración compartida con la comunidad ca-tequística parroquial, nos propongamos la docilidad al Espíritu, y recurramos a la Adoración al Santísimo, para que el Se-ñor genere vínculos de comunión y co-municación que nos hagan vivir y trans-mitir la ALEGRÍA DE LA PASCUA.
3- Promover en cada comunidad parroquial encuentros que nos permitan conocer y re-flexionar los documentos de la Iglesia.
Con la certeza que “Cuando el impulso del Espíritu impregna y motiva todas las áreas de la existencia, entonces también penetra y configura la vocación específica de cada uno. Así se forma y desarrolla la espirituali-dad propia de presbíteros, de religiosos y religiosas, de padres de familia, …, de cate-quistas, etc.” (DA 285)
Proponemos:
1- Que Obispos, Sacerdotes y laicos nos pongamos en actitud de Conversión Pas-toral para ser más creíbles como Iglesia, y para despertar nuestra vocación de co-munidad misionera y transmitir a Jesús a nuestras familias.
Visto que la crisis de la institución familiar con la aparición de familias ensambladas, familias monoparentales, familias divididas, familias igualitarias, convivencias sin víncu-los formales, como una realidad reconocible y extendida, es un signo de nuestro tiempo que nos exige una fuerte conversión pasto-ral. Debemos, en lugar de juzgarlas, dar una respuesta amorosa y audaz, acogiéndolos cordialmente (con el corazón) y acompañán-dolos al encuentro con el Padre. Sólo esta conversión de nuestra actitud catequística hará posible el camino de su Iniciación Cris-tiana
Con la certeza de que debemos ser como el Padre Misericordioso de la parábola (Lc 15, 11-32), que recibe, abraza y hace fiesta; y que debemos aplicar la pedagogía de Jesús que (como en el camino a Emaús) se acerca a los atribulados, camina con ellos, ilumina sus vidas con su Palabra, y comparte con ellos el pan (Lc. 24, 3-35)
Proponemos:
1-Desarrollar criterios pastorales que permi-tan dar una respuesta a las necesidades de las familias que hoy son excluidas, para que puedan tener una inclusión cor-dial y PLENA en toda la vida de nuestras comunidades parroquiales
2- Darle impronta misionera y kerygmática a la catequesis, visitando los hogares fami-liares, convocando para la bendición de embarazadas, y celebrando junto con las familias los aniversarios de bautismos.
Con la certeza de que "Los padres de fami-lia son los primeros educadores de la fe " de sus hijos. Por medio de la Catequesis Fami-liar se trata de ayudarlos a cumplir su mi-
Proponemos:
1- La Catequesis Familiar debe ser promovi-da en TODO el país, ser una opción
2- A través de una renovada Iniciación Cris-
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sión . Por eso, la participación de la familia en la Catequesis Familiar es absolutamente necesaria . Sólo así esta será "un espacio donde el Evangelio es transmitido y desde donde este se irradia ", cualquiera sea la modalidad de familia en la que vivan los niños. (CAFA para el mundo de hoy 35),
que “La familia, patrimonio de la humani-dad, constituye uno de los tesoros más va-liosos” (DA 302), y que La familia cristia-na, Iglesia doméstica, es un lugar de inicia-ción que tiene un carácter único (LORCIC 50)
tiana, darle más fuerza a la catequesis bautismal y matrimonial y reforzar el va-lor de la familia, aprovechando las rique-zas que nos da la metodología de la Ca-tequesis Familiar.
3- Involucrar a toda la comunidad parroquial y a su pastoral en el proyecto de Renovar la Iniciación Cristiana utilizando la cate-quesis familiar.
Con la certeza de que “Tu tienes compasión de todos, porque todo lo puedes” y “Tu amas todo lo que existe, y no aborreces na-da de lo que has hecho; de lo contrario ¿cómo lo habrías creado?
Proponemos:
1- Hacernos prójimos de estas familias “irregulares”, con la actitud del Buen Samaritano: acercarnos, hacernos cargo, responder por ellos, para que puedan co-nocer el amor del Padre y compartir la vida de nuestras comunidades parroquia-les.
Visto que el acompañamiento comprometi-do de la comunidad al catequista y a las familias, recibiéndolas, animándolos y va-lorando su proceso catequístico, enriquece a la comunidad y promueve una nueva ca-tequesis más propiciadora de la Iniciación Cristiana de las mismas
Con la certeza de que “por momentos, se vive en el seno de nuestras comunidades una cierta incapacidad para trabajar unidos, que a veces se convierte en una verdadera disgregación. Por consiguiente, se pierden tiempo y esfuerzos en preocupaciones pe-queñas que desgastan las relaciones entre los agentes pastorales y restan energías a la causa de la evangelización” (NMA 46)
Proponemos:
1-Una articulación de la catequesis con las otras áreas pastorales, que la vinculen particularmente con Liturgia y con los servicios que la parroquia preste a los más necesitados de su área geográfica.
Visto que es necesario que los catequistas que trabajan con familias, y en particular los que lo hacen en la Catequesis Familiar, conozcan la realidad de cada una de ellas, y
Con la certeza que los catequistas debemos tomar la pedagogía de Jesús, tal como el la aplicó con los caminantes de Emaús (Lc 24, 13-35)
Proponemos:
1- Que los catequistas en sus parroquias SALGAN al encuentro de las familias, las ESCUCHEN, y las ACOMPAÑEN
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establezcan un vínculo estrecho para poder acompañar a sus integrantes al encuentro con Jesús que es la Iniciación Cristiana.
para que se encuentren con Jesús.
Visto que la Catequesis Familiar con sus luces y sombras es una herramienta pastoral valiosísima, adecuada y una oportunidad única para la iniciación o reiniciación de las familias en la vida cristiana. Es un modo de catequesis que promueve y acerca la Inicia-ción Cristiana
Con la certeza que “la catequesis familiar ha ayudado mucho a esta tarea de iniciación cistiana, y es un instrumento de integración familiar, tanto hacia adentro de la misma familia como dentro de la comunidad cris-tiana” (DA XXX)
Proponemos:
1- Que se haga una revisión profunda y honesta de los contenidos y la metodo-logía de los encuentros para trabajar con familias, propiciando material que tenga en cuenta fuertemente la realidad que vi-ven en todos sus aspectos. Y que esto sea hecho con la participación de todos los niveles eclesiales que participan en la ca-tequesis.
2- En esa revisión, trabajar con contenidos que respondan a las nuevas conforma-ciones familiares.
3- Que los encuentros promuevan efectiva-mente el encuentro de las familias con JESUS.
Visto que humanizar más nuestras comuni-dades parroquiales, hacerlas más cercanas y acogedoras, buscando junto con las familias las respuestas a sus preguntas actuales a la luz del proyecto del Reino, les permitirá ser mejores instrumentos para la Iniciación Cris-tiana.
Con la certeza que “La familia es un valor apreciado por nuestro pueblo. El hogar si-gue siendo un lugar de encuentro de las per-sonas y en las pruebas cotidianas se recrea el sentido de pertenencia. Gracias a los afectos auténticos de paternidad, filiación, fraternidad y nupcialidad, aprendemos a sostenernos mutuamente en las dificultades, a comprendernos y perdonarnos, a corregir a los niños y a los jóvenes, a tener en cuen-ta, valorar y querer a los abuelos y a las personas con capacidades diferentes” (NMA 43). Y que “la familia, pequeña Igle-sia debe ser, junto con la parroquia, el pri-mer lugar para la Iniciación Cristiana. Ella
Proponemos:
1- Que nuestras parroquias vivan una con-versión pastoral que les permitan ser comunidades vivas y el lugar privile-giado donde los fieles (incluidas las personas con discapacidad) vivan la experiencia concreta de encontrarse con Cisto.
2- Para propiciar esa conversión, realizar en nuestras parroquias convivencias fra-ternas para conocernos y amarnos, y así poder amar e integrar, viviendo como comunidad misionera.
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ofrece a los hijos un sentido cristiano de existencia y los acompaña en la elaboración de su proyecto de vida, como discípulos mi-sioneros” (DA 302)
Con la certeza que “ La parroquia es el lugar más significativo en el que se forma y ma-nifiesta la comunidad cristiana. Ella está llamada a ser casa, escuela y taller de co-munión, donde los miembros del Pueblo de Dios disciernen y asumen su vocación de discípulos misioneros. Ella es el ámbito or-dinario donde se nace y se crece en la fe” (LORCIC 51). Y que “La renovación de las parroquias exige reformular sus estructuras, para que sea una red de comunidades y gru-pos, capaces de articularse logrando que sus miembros se sientan y sean realmente discípulos y misioneros de Jesucristo en comunión”
Proponemos:
1- Convertirnos pastoralmente como comu-nidades parroquiales, y vivir el Misterio de la Encarnación de este Dios que qui-so “abajarse” hasta nosotros para que lo sintiésemos Padre cercano
Visto que la catequesis integrada con la Li-turgia promueven la Iniciación Cristiana. Las misas convocando a las familias y reci-biéndolas cordialmente renuevan el camino de esta Iniciación
Con la certeza que Jesús, con su pedagogía, en el camino a Emaús se acerca a los atribu-lados, camina con ellos, ilumina sus vidas con su Palabra, y comparte con ellos el pan (Lc. 24, 3-35)
Proponemos:
1- Cambiar el estilo de nuestras misas, para que sean más cercanas a nuestra realidad, más alegres, con homilías que contemplen como alumbrar toda la realidad de nues-tras familias, y con un modo litúrgico que facilite la integración participativa del pueblo.
Visto que para promover la Iniciación Cris-tiana, la Catequesis Familiar no puede ser responsabilidad sólo de los catequistas
Con la certeza que la experiencia demuestra que los efectos positivos de la Catequesis Familiar son proporcionales al convenci-miento, entusiasmo y preparación de sus agentes, incluyéndolos a todos (obispos, sacerdotes, catequistas, etc.) (CAFA para el mundo de hoy 33)
Proponemos:
Que se formule en plan pastoral orgánico y detallado donde en lo catequístico se de centralidad a la Iniciación Cristiana, y con el que se comprometa toda la Comunidad Eclesial (Obispos, Sacerdotes, Catequistas y las comunidades parroquiales)
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Visto que dijimos “Basta de catequistas in-dividualistas o que se cortan solos. La falta de trabajo en equipo, de una comunicación permanente, y de evaluaciones compartidas entre Coordinadores, Matrimonios Guías y Catequistas de chicos en la Catequesis Fami-liar, es un obstáculo a la renovación de la Iniciación Cristiana”
Con la certeza que Jesús nos dijo “Les doy este mandamiento nuevo: que se amen unos a otros. Ustedes se amarán unos a otros co-mo yo los he amado. Así reconocerán todos que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros” (Jn 13, 34-36)
Proponemos:
1- Conformar una auténtica “comunidad de catequistas” en cada parroquia, compar-tiendo el trabajo y la alegría de nuestra vocación.
2- Realizar encuentros de preparación de cada encuentro catequístico con todo el grupo de los catequistas de familias, y en los mismos compartir, comentar y eva-luar comunitariamente la experiencia de los encuentros realizados.
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Comisión 3: Iniciación Cristiana y Comunidad
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 9. Visto que nuestras comunidades no son acogedoras y no dan testimonio evangé-lico. Con la certeza que una de las metas de la catequesis es la construcción de la comuni-dad. (DP 992 y Hch. 2, 42-47) Proponemos propiciar desde la iniciación cristiana una comunidad con gestos y ras-gos maternales. 10. Visto que todo el camino de la ini-ciación cristiana tiene carácter esencial-mente comunitario, parte de la comuni-dad y conduce hacia la comunidad. Con la certeza que la catequesis anima y capacita al cristiano para vivir en comuni-dad. (DCG 86) Proponemos formar comunidades que creen vínculos, celebren, vivan y anun-cien la presencia de Jesús Resucitado a través de una liturgia festiva, la oración y la Palabra. 11. Visto que la catequesis de iniciación cristiana está aislada del contexto pasto-ral de la comunidad. Con la certeza que la catequesis de inicia-ción forma parte de las actividades pastora-les de la Iglesia-comunidad. (CT 3 y 18) Proponemos integrar la catequesis de ini-ciación orgánicamente a la actividad y vida comunitaria, dejándonos iluminar por el Espíritu para colaborar y generar los espacios que la hagan posible.
Visto que a los catequistas nos falta la ad-hesión y la conversión personal a Jesús.
Con la certeza que necesitamos tener espíritu de oración, ser amantes de la Palabra, fre-cuentar los sacramentos e insertarnos en la comunidad. (Ap. 292)
Proponemos crear espacios de oración y formación permanente.
Visto que hay catequistas que no buscan su formación permanente y no celebran los sacramentos.
Con la certeza que la vida entera de Cristo fue una continua enseñanza, solamente en la íntima comunión con Él los catequistas en-contrarán la luz y fuerza para una renova-ción auténtica y deseable de la catequesis. (CT 9)
Proponemos fomentar el crecimiento espiri-tual del catequista a través de la oración, reflexión, para un encuentro personal con Jesús.
Visto que reconocemos nuestra debilidad en la espiritualidad personal y comunitaria.
Con la certeza que conocer a Jesús por la Fe es nuestro gozo, seguirlo es una gracia y ser eco de su voz es un encargo del Señor. Que “la Palabra” nos enseña cómo podemos for-
Proponemos fortalecer nuestra espiritualidad mediante la oración personal y comunitaria (celebraciones, retiros, encuentros de forma-ción) centrada en Cristo Resucitado, de la
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talecernos en el camino de la Fe. (Ef. 6,10-20)
mano de nuestra madre la Virgen María, para que la Iniciación Cristiana de frutos en la comunidad.
Visto que la transformación personal hace posible la transformación comunitaria casi por añadidura.
Con la certeza que es el Espíritu Santo quien da la gracia de la Fe, la fortalece y la hace crecer en la comunidad. (CATIC 1102)
Dios para revelarse a la persona humana utiliza una pedagogía, se sirve de aconteci-mientos y palabras humanas para comunicar su designio y lo hará progresivamente por etapas. (DCG 38)
Proponemos organizar momentos que brin-den una experiencia profunda de encuentro personal con Jesús por medio de retiros, ex-posición del Santísimo, movimientos ca-rismáticos, seminarios de vida, encuentros bíblicos, etc.
Visto que necesitamos un nuevo catequista que reconozca que su misión es un camino y asume la vitalidad de integrarse a la comu-nidad.
Con la certeza que catequesis es el conjunto de los esfuerzos realizados en la Iglesia para hacer discípulos, para ayudar al hombre a creer en Jesús y así construir el cuerpo de Cristo. (CATIC Prólogo 4 – CT 1-2)
La catequesis no puede disociarse del con-junto de actividades pastorales y misionales de la Iglesia. (CT 3-18)
… acompañemos a nuestros hermanos en el proceso comunitario de nuestra Fe. (JEP 64)
Proponemos fortalecer los equipos de cate-quesis en donde los catequistas sean acogi-dos fraternalmente y se sientan valorados e incluidos en la comunidad parroquial.
Visto que a veces no reconocemos nuestra identidad de catequista.
Con la certeza que Cristo nos sigue llaman-do y eligiendo. (Mc. 6, 7)
Proponemos no desanimarnos en nuestra tarea catequística y ser agentes de esperanza.
Visto que los catequistas reconocen que su misión es un camino, un proceso vital y per-manente.
Con la certeza que la vida entera de Cristo fue una continua enseñanza, solamente en íntima comunión con Él los catequistas en-contrarán la luz y la fuerza para una renova-ción auténtica y deseable de la catequesis.
(CT 9)
Proponemos una formación integral, doctri-nal, metodológica y espiritual, centrada en la Sagrada Escritura y con un acompañamiento incondicional de los sacerdotes de cada co-munidad.
Visto que la comunidad cerrada no es inicia-dora.
Con la certeza que la Iglesia se manifiesta como una madre que sale al encuentro, una casa acogedora, una escuela permanente de comunión misionera.
(Ap. 370)
Proponemos realizar acciones concretas co-munitarias, de misión (que muestren interés, acompañamiento hacia el otro en la inicia-ción cristiana).
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Visto que la catequesis no puede disociarse del conjunto de actividades pastorales y mi-sionales de la Iglesia.
Con la certeza que el magisterio de la Iglesia recomienda en sus diversos documentos (Ap., NMA, etc.).
Proponemos la implementación de una pas-toral orgánica cristocéntrica.
Visto que no existe una pastoral orgánica.
Con la certeza que tenemos por delante la apasionante tarea de hacer renacer el celo evangelizador…que desarrolle su misión de un modo armónico integrado en el proyecto pastoral de la diócesis (NMA 70).
La catequesis no puede disociarse del con-junto de actividades pastorales y misionales de la Iglesia.
(CT 3-18)
El proyecto pastoral es el marco necesario e infaltable para la catequesis, sin él la cate-quesis puede convertirse en un esfuerzo va-no o al menos desorientado.(Lineamientos 7)
Proponemos concretar un proyecto pastoral orgánico.
Visto que una pastoral orgánica es el marco necesario e infaltable para la catequesis, sin él la catequesis puede convertirse en un es-fuerzo vano o al menos desorientado. Esto ha sido uno de los problemas de nuestra ca-tequesis, estar aislado del contexto pastoral de la comunidad.
Con la certeza que la IC es ante todo una iniciativa de Dios e interacción eclesial y concierne a toda la comunidad (Lineamien-tos 34/35)
Una de las metas de la catequesis es la cons-trucción de la comunidad (Puebla 992)
Tenemos por delante la apasionante tarea de hacer renacer el celo evangelizador…que desarrolle su misión de un modo armónico e integrado en el proyecto pastoral de la dió-cesis. (NMA 70)
Proponemos que a nivel de consejo pastoral se promueva el trabajo en red integrando los distintos servicios y movimientos de la pa-rroquia.
Visto que una pastoral orgánica es el marco necesario e infaltable para la catequesis.
Con la certeza que la catequesis anima y capacita al cristiano para vivir en comuni-dad. (DCG 86)
Proponemos crear juntas parroquiales de catequesis.
Visto que por el bautismo y la confirmación somos llamados a ser discípulos y misioneros de Jesús y entramos a formar parte de la Iglesia.
Con la certeza que el Magisterio ha consta-tado que un alto porcentaje de bautizados no siguen su proceso de conversión e inserción en la comunidad cristiana.
Proponemos el segundo anuncio a través de la catequesis de adultos con espíritu misio-nero que provoque en los bautizados su sen-tido de pertenencia a la Iglesia.
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Visto que estamos en un cambio de época con profundas transformaciones, es necesario provocar un proceso de conversión pastoral.
Con la certeza que a todos nos toca reco-menzar desde Cristo reconociendo que no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una persona que nos da un nuevo horizonte a la vida y con ello una orientación decisiva. (Ap. 12)
Proponemos generar espacios de reflexión en parroquias, colegios, movimientos, para trabajar lo tratado en este congreso.
Proponemos la renovación de la modalidad catequística.
Visto que todo camino de iniciación tiene carácter esencialmente comunitario, parte de la comunidad y conduce a la comunidad.
Con la certeza que con la Fe empieza y se desarrolla la comunidad de los creyentes.
Es el Espíritu Santo quien da la gracia de la Fe, la fortalece y la hace crecer en la comu-nidad. (CATIC 1102)
Con la certeza que la Iglesia atrae cuando vive en comunión (Ap. 158).
Que la Iglesia se manifiesta como una madre que sale al encuentro, una casa acogedora, una escuela permanente de comunión misio-nera. (Ap. 370).
Proponemos promover el diálogo fraterno entre sacerdotes, religiosos y laicos en la igualdad de los hijos de Dios para construir una verdadera comunidad Iglesia.
Visto que hay escasa oración en comunidad de los distintos grupos parroquiales y énfasis en sus tareas específicas.
Con la certeza que para que la comunidad acompañe al pueblo al modo de Jesús, en el camino de Emaús, los pastores que busquen ser padres, amigos, hermanos, siempre abier-tos al diálogo y dar respuesta a las distintas realidades que se le presentan. (Ap. 188)
Proponemos la creación en todas las parro-quias junta parroquial de catequesis a fin de lograr comunidad evangelizadora y com-prometida.
Visto que estamos y nos sentimos ante un verdadero desafío. El Documento de Apare-cida nos habla de una necesaria conversión pastoral para poder responder a esta tarea evangelizadora.
Con la certeza que tenemos por delante la apasionante tarea de hacer renacer el celo evangelizador que desarrolle su misión de un modo armónico e integrado en el proyecto pastoral de la diócesis. (NMA 70)
Proponemos la urgente unificación de crite-rios pastorales coherentes.
Visto que estamos ante la necesidad de un cambio…en la iniciación cristiana, en un estilo catecumenal, que deberá destacar la acción de Dios, la acción comunitaria de la Iglesia y la eficacia de la Palabra de Dios.
Con la certeza que conocer a Jesucristo por la Fe es nuestro gozo, seguirlo es una gracia y trasmitir este tesoro a los demás es un en-cargo que el Señor nos da al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado, por esto podemos
Proponemos que se implementen reuniones, cursos, talleres, y seminarios para formar catequistas con el perfil apropiado, integral, permanente, con estilo catecumenal.
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asegurar que la exigencia de la formación en la catequesis es una formación integral, doc-trinal, metodológica y espiritual centrada en la formación. “La Sagrada Escritura debe ser el alma” (JEP, 102-103).
La IC exige una renovación de modalidad catequística. (Ap. 293, CT 14,Hch. 8, 31; Mt. 20, 19)
Visto que estamos ante la necesidad de un cambio…en la iniciación cristiana, en un estilo catecumenal, que deberá destacar la acción de Dios, la acción comunitaria de la Iglesia y la eficacia de la Palabra de Dios.
Trasmitir con amor, humildad, lo aprendido en nuestra preparación como misioneros. (CT 4-27)
Implementar formación catequística de ini-ciación cristiana al estilo catecumenal a los seminaristas.
La iniciación cristiana queda reducida a la catequesis para recibir los sacramentos.
Comunidad con una multitud sacramentali-zada pero no convertida, no evangelizada. El Sacramento es considerado el único objetivo de concurrir a la catequesis. La mayoría de las familias y jóvenes toman los sacramen-tos como una cuestión social más que como un compromiso espiritual. Recibidos, un gran porcentaje se alejan de la parroquia e incluso no asisten a Misa.
Dios para revelarse a la persona humana utiliza una pedagogía: se sirve de aconteci-mientos y palabras huma-nas para comuni-car su designio; y lo hace progresivamente-te, por etapas. (DCG 38)
Adecuar los tiempos cronológicos en la ca-tequesis de iniciación cristiana de acuerdo al proceso de los catequizandos.
Visto que aún esperamos que las personas se acerquen a las parroquias en vez de salir en su búsqueda. Falta trabajo misionero de to-dos los grupos.
Con la certeza del “Vayan entonces y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo.” (Mt. 28, 19)
Ser misionero es trasmitir la Fe y servir a la comunidad. (EN 24)
Proponemos generar acciones misioneras permanentes, por ejemplo: visitas domicilia-rias, boletín parroquial, centros misioneros en lugares alejados, grupos de reflexión de la Palabra.
Visto que a pesar de los 25 años transcurri-dos desde el último congreso, las recomen-daciones del mismo no fueron conocidas por los catequistas.
Con la certeza que es necesario continuar caminando juntos para una nueva evangeli-zación permanente.
Proponemos que los frutos de este congreso lleguen a todos los catequistas de la diócesis.
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Comisión 4: Iniciación Cristiana y Piedad Popular
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 12. Visto que basta ya de negarle a las personas la piedad popular sino abrirle un camino nuevo para anticipar la aurora D. de Aparecida 264: La R.P. es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misio-neros. Para saber discernir y valorar la piedad popular, incluir en la formación de los catequistas el conocimiento de la religio-sidad popular. La catequesis debe incluir contenidos de religiosidad popular. Este aporte debe ser dado por quienes expresan y viven esos gestos 13. Visto que basta de celebraciones alejadas de la piedad del pueblo sencillo. El rezo del vía crucis, las peregrinacio-nes, el culto a Jesús sufriente, el perma-necer junto a María dolorosa son diferen-tes expresiones de la piedad popular… D. de Aparecida 263: La espiritualidad po-pular, es decir, una espiritualidad cristiana que, siendo un encuentro personal con el Señor, integra mucho lo corpóreo, lo sensi-ble, lo simbólico, y las necesidades más con-cretas de las personas. Es una espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos, que, no por eso, es menos espiritual, sino que lo es de otra manera Incluir en la Liturgia la cultura propia de cada pueblo, por ejemplo teniendo en cuenta la celebración en honor al cura Brochero se ofrece (en las ofrendas) el poncho, el mate… Acoger la manifestación de fe de algunos pueblos (por ejemplo Gauchito gil, Difun-ta correa), educándolas kerigmáticamen-te, inculturando el Evangelio. Promover la piedad popular con respecto al Crucificado donde se une fe y vida. Valorar la religiosidad popular como re-servorio de la fe de nuestros pueblos que se deja encontrar por Dios, que es el que siempre tiene la iniciativa, sale al encuen-tro, llama, convoca e invita. Celebraciones simbólicas y creativas.
Visto que la religiosidad popular es una forma de vida… y que necesitamos dejar
D. de Aparecida 263: La espiritualidad po-pular, es decir, una espiritualidad cristiana
Proponemos que desde la realidad urbana, se creen espacios físicos como fraternos
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algunos criterios que devalúan la piedad popular…
que, siendo un encuentro personal con el Señor, integra mucho lo corpóreo, lo sensi-ble, lo simbólico, y las necesidades más con-cretas de las personas. Es una espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos, que, no por eso, es menos espiritual, sino que lo es de otra manera. Lc. 10,21
donde se pueda compartir las experiencias de fe de las raíces de los que vienen de otras provincias.
Visto que basta ya de negarle a las personas la piedad popular sino a abrirla a un camino nuevo para anticipar la Aurora
D. de Aparecida 258: El Santo Padre destaca la rica y profunda religiosidad popular en la cual aparece el alma de los pueblos latinoa-mericanos. Invita a promoverla y protegerla y merece todo nuestro cariño y respeto por-que expresa su piedad y refleja la sed de Dios.
Crear una pastoral de religiosidad popular en cada Diócesis.
Visto que La fe popular considera el bautis-mo, como una gracia y un bien que no puede faltar en una familia cristiana; además el bautismo es lazo y vinculo que liga con un parentesco muchas veces más fuerte y dura-dero que los vínculos de afecto o sanguíne-os… el ser compadres es un vínculo muy fuerte…
Basta de exclusión... sea porque no reúnen algunas de las condiciones que ponemos en nuestras comunidades para los sacramentos o no puede cumplir con las exigencias canó-nicas o no puede asistir normalmente a nues-tras reuniones, pero que sin embargo busca y valora la gracia del Bautismo, se acerca a Dios a través de los sacramentales (bendi-ciones, agua bendita, oración por difuntos, etc..)
Hch. 8, 26-40
Lineamientos de la Iniciación Cristiana n° 51: Parroquia casa, escuela y taller de comu-nión, donde los miembros del Pueblo de Dios disciernen y asumen su vocación de discípulos misioneros.
D. de Aparecida 263: La espiritualidad po-pular, es decir, una espiritualidad cristiana que, siendo un encuentro personal con el Señor, integra mucho lo corpóreo, lo sensi-ble, lo simbólico, y las necesidades más concretas de las personas. Es una espirituali-dad encarnada en la cultura de los sencillos, que, no por eso, es menos espiritual, sino que lo es de otra manera.
Unificar criterios diocesanos para los sacra-mentos.
Postbautismal: Crear una cartilla de Bautis-mo, en la cual se ofrezcan acciones para que los padres realicen año a año con sus niños, al estilo de la diócesis de San Francisco (1 año: señal de la cruz, 2 años: Padrenuestro, festejar el día del Bautismo).
Unificar criterios para la catequesis Prebau-tismal. Tiene que estar. No se puede admi-nistrar un Sacramento sin la preparación previa adecuada y bien preparada: 3 encuen-tros previos según las posibilidades de cada parroquia.
Visto que el Evangelio encarnado en nues-tros pueblos, esta Fe vivida preferentemente
Lc. 24, 13-35 (discípulos de Emaús)
Que la catequesis sea desde la Palabra (Con la Biblia).
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por los pobres y sencillos pero que abarca a todos los sectores sociales siendo a veces uno de los pocos vínculos que reúne a los hom-bres de nuestras naciones a pesar de estar políticamente divididos…
SENAC pág 46 anexo 2 (Pueblo que cami-na): Latinoamérica moviliza distintos estra-tos sociales en festividades y peregrinacio-nes. Signo del pueblo que camina
Directorio sobre la Piedad Popular n° 87-88
Aportar un mayor conocimiento bíblico a las expresiones y formulaciones de la religiosi-dad popular (por ejemplo incluir en el rezo del rosario la reflexión bíblica de cada mis-terio).
Promover la formación de grupos bíblicos
Promover la celebración de la Palabra domi-nical en los lugares alejados de las Parro-quias (Siendo protagonistas los laicos).
Visto que la devoción mariana en sus distin-tas advocaciones, que ha contribuido a hacernos más conscientes de nuestra común condición de hijos de Dios y de nuestra común dignidad ante sus ojos, no obstante las diferencias sociales étnicas y de cualquier otro tipo.
El Evangelio encarnado en nuestros pueblos, esta Fe vivida preferentemente por los pobres y sencillos pero que abarca a todos los secto-res sociales siendo a veces uno de los pocos vínculos que reúne a los hombres de nuestras naciones a pesar de estar políticamente divi-didos…
Lc. 10, 21 (Revelación a los pequeños).
Rescatar la experiencia de fe de quien es iniciado valorando sus expresiones religiosas aprendidas en el seno familiar y en su comu-nidad.
Visto que basta ya de negarle a las personas la piedad popular sino abrirle un camino nuevo para anticipar la aurora
D. de Aparecida 264: La R.P. es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misio-neros.
Para saber discernir y valorar la piedad po-pular, incluir en la formación de los cate-quistas el conocimiento de la religiosidad popular.
La catequesis debe incluir contenidos de religiosidad popular. Este aporte debe ser dado por quienes expresan y viven esos ges-tos
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Visto que basta ya de manipulaciones ide-ológicas, económicas, sociales y políticas de la devoción popular
D. de Aparecida 264: La R.P. es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misio-neros.
Disponer de recursos y medios para la difu-sión de la fe de nuestro pueblo y para la for-mación (boletines, videos,…)
Visto que la devoción mariana en sus distin-tas advocaciones, que ha contribuido a hacernos más conscientes de nuestra común condición de hijos de Dios y de nuestra común dignidad ante sus ojos, no obstante las diferencias sociales étnicas y de cualquier otro tipo.
Navegar Mar Adentro 58: Si de veras hemos contemplado el rostro de Cristo tenemos que saberlo descubrir en el rostro de aquellos con los que Él quiso identificarse
D. de Aparecida 300: Para el crecimiento en la fe, también es conveniente aprovechar pedagógicamente el potencial educativo que encierra la piedad popular mariana.
Aprovechar las fiestas patronales, novenas, peregrinaciones para catequizar con una evangelización sistematizada acorde a lo celebrativo previo o durante el acontecimien-to (por ejemplo una misión, encuentro bíbli-cos).
Recuperar la figura de la Virgen María como discípula y primera misionera.
Descubrir el gesto humano de María en cada advocación.
Rescatar a María como peregrina en la fe.
Visto que basta de religiosidad popular car-gada de diversas idolatrías.
Jn. 17, 21
Generar una evangelización permanente y formación.
Impulsar una religiosidad dignificante, ge-nuina y liberadora para evitar las prácticas que condicionan a la sociedad.
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Comisión 5: Iniciación Cristiana y Signos de los Tiempos
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 14. El clamor de la gente por un mundo más justo, equitativo y fraterno Dios escucha a pesar de que tuvieron acallar estas voces (Mc.10,48) Una catequesis que inicia en el compro-miso por la justicia, la solidaridad y la ecología el cuidado de la cosa común 15. Hay una realidad multicultural y plu-ri- religiosa Que la misión de la Iglesia es iluminar a todos (I Cor. 9,19-23) Una catequesis que inicia en diálogo con todos los sectores, haciendo suya la pro-puesta honesta y valiente de Jesús y su mensaje 16. Hay nuevas realidades en las que estamos inmersos De que afectan al mundo entero (DA 34) Una CI que aborde y profundice con toda la comunidad en la nueva fisonomía de la sociedad, no para repetir normas estable-cidas sino para buscar el tratamiento pas-toral adeucado.
Visto que…..
GRUPO A
1. Ante una catequesis sacramentalista y doctrinal
2. Ante la falta de empatía
GRUPO B
1. Solo podemos ser catequistas si te-nemos una fuerte experiencia de Cristo
2. Suele darse con frecuencia autorita-rismos e imposiciones
3. Dado el clamor de la gente que pide comunidades abiertas e incluyentes
4. Dado que hay muchos cristianos sa-
con la certeza que…
Mateo 28, 19-20 “Vayan y hagan…”
DA 299 “Las transformaciones sociales nos presentan nuevos desafíos en la misión de construir el Reino…”
Marcos 10, 46-52 “Sanación de Bartimeo. Jesús escucha, ama y sana.
DA 147 “Como hizo Jesús…”
Cristo fuente de vida plena, centro de la vida cristiana
Reconocer que somos iguales en dignidad: “En esto reconocerán que son mis discípu-
proponemos….
Catequesis kerigmática
Una nueva catequesis desde la escucha y el amor
Partir de una conversión real personal y pas-toral (ser signo de comunión)
Comunidades donde sus miembros: sacerdo-tes, coordinadores, catequistas…. Tengan protagonismo, se de entre ellos el diálogo y hagan un camino de búsquedas juntos
La formación de comunidades Iglesias que
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cramentalizados no evangelizados
5. La madurez de la conciencia de los laicos y la escases de sacerdotes
6. Dados los cambios de la sociedad y la falta de formación familiar
7. El clamor de la gente es que le mos-tramos un Dios lejano, que castiga. El clamor de la gente por un mundo más justo y equitativo, más fraterno
8. Dado el avance de la ciencia y la tec-nología
9. Dado que se terminó la época de la cristiandad
GRUPO C
1. Hay nuevas realidades sociales en las que ya estamos inmersos, ellas hacen que realicemos un replanteo de nues-tra tarea catequística. Hay necesidad de dar una respuesta a situaciones que nos angustian, experimentando impotencia e inseguridad en lo que testimoniamos
2. Los sacerdotes cambian (asignación de nuevos destinos).
3. La formación es importante y necesa-ria y debe ser integral (intelectual y espiritual).
4. La forma vertiginosa en que se modi-fican las realidades del hombre hay necesidad de escucha y acompania-miento
GRUPO D
los, si se aman unos a otros”
De la misericordia de Dios les proponemos la formación de comunidades (Iglesia) que sean abiertas, acogedoras e inclusivas
Comunidad de comunidades DA 178-179
Necesitamos de una sólida formación huma-na y cristiana
El hombre debe ser salvado integralmente
Dios es amor. Se “encarnó” en el hijo
Somos templos del Espíritu Santo. “Nuestra persona es valiosa, somos un tesoro en vasija de barro”
La misión de la Iglesia es la de iluminar a su pueblo
La misericordia de Dios alcanza a todos
Somos discípulos misioneros capaces de formar comunidades que comunican
sean abiertas, acogedoras e inclusivas
Formar comunidades pequeñas o de base donde se pueda dar, con estilo catecumenal
La creación de seminarios catequísticos dio-cesanos (con equipo itinerante)
Una catequesis encarnada que abarque la dimensión social, sexual, económica, ciuda-dana, familiar
Una Iglesia encarnada que haga suyo el cla-mor del pueblo que cree conciencia de jus-ticia, solidaridad y de compromiso ecológi-co
Tomar conciencia de los graves peligros que encierra la tecnología moderna: Internet, M.C.S., adicciones, etc. buscando caminos que iluminan la situación
Tomar conciencia que la Iglesia dejó de ser paradigma de la sociedad, somos parte y tenemos que aprender a delegar no con to-dos los sectores, haciendo la propuesta va-liente y honesta del mensaje de Cristo
Desde la Iglesia, que es madre y maestra se instrumenten pautas de acompaniamiento a estas situaciones. Trabajo planteado inclu-yendo a los agentes de pastoral.
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1. Existe insuficiente formación en los sacerdotes para acompañar específi-camente en catequesis
2. Vemos comunidades encerradas en si mismas
3. Nos encontramos con las limitacio-nes de los catequizandos, sin hacer-nos una adecuada autocrítica
4. Hay administración de sacramentos sin evangelización
Estamos convencidos de que el Espíritu obra en el compromiso que asume cada catequista
La Iglesia debe acoger a todos y acompa-niarlos en el gozo y la esperanza, el dolor y la angustia de los hombres de este tiempo
Es necesario un acompañamiento catequísti-co desde el CV II
Debemos asumir el espíritu misionero, aprender a salir al encuentro del hombre de hoy, ofrecerle la buena noticia de Cristo Jesús. Anunciar el kerigma
La búsqueda de una catequesis “encarnada” de verdad, que parte de la esperanza y se articula con la vida cotidiana
Profundizaremos en la evangelización respe-tando la madurez en la fe, logrando poten-ciar valores y riquezas de las familias y des-pertar la conciencia de la urgencia de su pro-tagonismo en su rol en la Iglesia
Se integren respetando la comunidad, refor-mando con consenso y caridad.
La formación tiene que ser convocada y propuesta por los sacerdotes de las comuni-dades con mayor frecuencia iluminándola a la luz del CV II
Que estos Congresos se realicen cuando la realidad lo requiera.
Formar al sacerdote en los seminarios inclu-yendo en la curricula el área catequística
Propiciar comunidades que se reúnan en torno a la Palabra en casas de familias y que se mantengan unidas a la Parroquia
Crear espacios formativos permanentes, in-tegrales, periódicos para fomentar la comu-nidad catequística en aras de la preparación de los encuentros y/o la formación de di-mensiones específicas
Concretar el ICP formando comunidades específicas a partir de la preparación para el Bautismo, acompañados por un catequista que guíe todo el proceso de maduración en la fe hasta su inserción en la vida de la Igle-sia
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Comisión 6: Iniciación Cristiana de Adultos y Jóvenes
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 17. La catequesis implica una transfor-mación, como tal, un cambio profundo: conversión y esto se produce porque primero se dejó arrastrar por Jesús y lue-go arrastrará a otros. Este “arrastre trans-formador” es una ocasión personal y comunitaria. . Ser testigo del Resucitado genera una transformación de la vida personal y comu-nitaria . El conocimiento de Cristo es fruto de una experiencia de encuentro kerigmático en el que el saberse amado por Dios genera la necesidad de conocerlo y saber más de Él La catequesis necesita de un catequista testigo, fruto del encuentro personal con Cristo y con la formación adecuada 18. El catequista, vivencia la alegría propia de quien cree y espera. Y la alegr-ía arde y se propaga en uno mismo, en un grupo, en una comunidad . Tenemos la certeza que Cristo está anunciando el Reino. Un Reino de tal impor-tancia que todo lo demás es relativo . El Espíritu Santo asiste y ha hecho resonar su voz, sobre todo en épocas de pro-fundo cambio Para una catequesis que es proclamación y anuncio, encuentro y conversión, fe y compromiso, proponemos catequistas que tengan una comunidad de pertenencia donde alimentar su fe y su vinculo con la Palabra de Dios 19. La Catequesis es parte del ministerio de la Palabra. Es servicio a la Palabra con una identidad propia: proclamación y anuncio, encuentro y conversión, fe y compromiso. . La Palabra de Dios es fuente y fun-damento de la Iniciación cristiana Una catequesis encarnada, vivencial don-de la palabra sea el eje 20. Un catequista sin vivencia de la Pas-cua, sin creer en resurrección, no puede por lo tanto, dar Amor, ni Fe, ni Espe-ranza cristiana . Ser testigo del Resucitado genera una transformación de la vida personal y comu-nitaria Que cada Parroquia asuma la formación integral de sus catequistas (conversión personal y formación bíblica ) 21. La Catequesis como misión infruc-tuosa: que no crece y no hace crecer, que no da frutos ni los comparte, que no transforma y es liviandad y mera apa-riencia, que no exige compromiso ni . Existe la necesidad de cambiar la propuesta pastoral de acuerdo a los cambios de la realidad. Propuesta: el catecumenado, y para esto necesitamos un catequista nuevo, que sabe de su necesidad de conversión Queremos un estilo de catequesis catecu-menal por eso proponemos realizar itine-rarios catequísticos que integren y que lleven a un encuentro kerigmático, vital, personal y comunitario con Jesucristo, a
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amor ni verdad través de la oración, el compartir de la vida y la celebración de los sacramentos. 22. La vida actual tanto de los adultos como de los jóvenes y niños, es tan ver-tiginosa y llena de actividades que se pierde de vista lo esencial y verdadera-mente importante, lo que vale la pena y da sentido, corriendo el riesgo de vivir en el relativismo del “todo depende de y todo vale” . La Iglesia es Madre que gesta y acompaña . El fin definitivo de la catequesis es poner a la persona no sólo en contacto sino en Comunión e intimidad con Cristo (CT 5) Conocer la realidad y cultura juvenil, pa-ra desde allí atraerlos con propuestas de acciones concretas que los lleve a una vi-vencia de la fe
Visto que…
Luces
1. La catequesis implica una transforma-ción, como tal, un cambio profundo: conversión y esto se produce porque primero se dejó arrastrar por Jesús y lue-go arrastrará a otros. Este “arrastre trans-formador” es una ocasión personal y comunitaria.
2. El catequista tiene la certeza que Dios cumple lo que promete, por lo tanto, vi-vencia la alegría propia de quien cree y espera. Y la alegría arde y se propaga en uno mismo, en un grupo, en una comu-nidad
3. La Catequesis es parte del ministerio de la Palabra. Es servicio a la Palabra con una identidad propia: proclamación y anuncio, encuentro y conversión, fe y compromiso.
Sombras
1. Un catequista sin vivencia de la Pascua, sin creer en resurrección, no puede por lo tanto, dar Amor, ni Fe, ni Esperanza
Con la certeza que…
. Existe la necesidad de cambiar la propuesta pastoral de acuerdo a los cambios de la realidad. Propuesta: el catecumenado, y para esto necesita-mos un catequista nuevo, que sabe de su necesidad de conversión
. La iniciación cristiana tiene su origen en la iniciativa divina y supone la decisión libre de la persona. Cate-cumenado parte de la Comunidad y debe tener como fin integrar al ca-tecúmeno a la Comunidad
. Tenemos la certeza que Cristo está anunciando el Reino. Un Reino de tal importancia que todo lo demás es re-lativo
. El Espíritu Santo asiste y ha hecho resonar su voz, sobre todo en épocas de profundo cambio
. La Iglesia es Madre que gesta y acompaña
. La Palabra de Dios es fuente y fun-
Proponemos…
1. Tomar conciencia y dar los pasos necesa-rios para que la catequesis de estilo cate-cumenal sea una realidad en la Argentina (DA 294)
2. La catequesis necesita de un catequista testigo, fruto del encuentro personal con Cristo y con la formación adecuada
3. Asumir la catequesis al estilo catecume-nal requiere una conversión pastoral de los agentes y de la comunidad para reci-bir, alojar y dar espacios de participación a los neófitos y a los que finalizan su proceso de iniciación
4. Proponemos afianzar la dimensión mi-sionera de la catequesis de cada comuni-dad, y a partir de ella implementar estra-tegias que ayuden a las personas a en-contrarse con Jesús.
5. Promover encuentros para catequistas de formación y espiritualidad.
6. Concientizar que la catequesis es respon-sabilidad de toda la comunidad, aunque se delegue en algunas personas, traba-
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cristiana
2. La Catequesis como misión infructuosa: que no crece y no hace crecer, que no da frutos ni los comparte, que no transfor-ma y es liviandad y mera apariencia, que no exige compromiso ni amor ni verdad
3. La vida actual tanto de los adultos como de los jóvenes y niños, es tan vertiginosa y llena de actividades que se pierde de vista lo esencial y verdaderamente im-portante, lo que vale la pena y da senti-do, corriendo el riesgo de vivir en el re-lativismo del “todo depende de y todo vale”
damento de la Iniciación cristiana
. Ser testigo del Resucitado genera una transformación de la vida personal y comunitaria
. El fin definitivo de la catequesis es poner a la persona no sólo en contac-to sino en Comunión e intimidad con Cristo (CT 5)
. El conocimiento de Cristo es fruto de una experiencia de encuentro ke-rigmático en el que el saberse amado por Dios genera la necesidad de co-nocerlo y saber más de Él
. El catecumenado no es un método pastoral, es función esencial de la Iglesia.
jando en conjunto con los grupos parro-quiales, promoviendo acciones comunes, facilitando el diálogo, la solidaridad, …
7. Que los ministros ordenados asuman la responsabilidad de conducir la cateque-sis, compartiendo con los catequistas la misión de acompañar la vida de la Igle-sia.
8. oponemos…
9. Lograr una planificación catequística unificada que acompañe las distintas eta-pas de la vida y que perdure como obje-tivo permanente
10. Comunión de sacerdotes, obispo y laicos
11. Una catequesis encarnada, vivencial donde la palabra sea el eje
12. Que la Comunidad genere espacios de encuentro para descubrir a Cristo en el servicio a los hermanos
13. Asumir la propuesta de catequesis de iniciación cristiana en un itinerario cate-quístico permanente que lleve a la co-munidad a reconocerse catequística , pa-ra que asuma gradualmente la responsa-bilidad de vivir y compartir la fe
14. Que el sacramento de la reconcilia-ción esté más presente en un contexto ce-lebrativo del proceso catecumenal (NMI)
15. Que los sacerdotes propicien los es-pacios formativos de sus catequistas, acompañándolos en este proceso
16. Que haya un plan catequístico de pastoral en cada diócesis que tienda a la
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unidad de la misma, inspire, fomente, y aplique el estilo catecumenal, sin avasa-llar la libertad de cada comunidad y ten-ga en cuenta la riqueza de lo diverso
17. Asumir la propuesta de catequesis de iniciación cristiana en un itinerario cate-quístico permanente que lleve a la co-munidad a reconocerse catequística , pa-ra que asuma gradualmente la responsa-bilidad de vivir y compartir la fe
18. Que el sacramento de la reconcilia-ción esté más presente en un contexto ce-lebrativo del proceso catecumenal (NMI)
19. Que los sacerdotes propicien los es-pacios formativos de sus catequistas, acompañándolos en este proceso
20. Que haya un plan catequístico de pastoral en cada diócesis que tienda a la unidad de la misma, inspire, fomente, y aplique el estilo catecumenal, sin avasa-llar la libertad de cada comunidad y ten-ga en cuenta la riqueza de lo diverso
21. Queremos un estilo de catequesis ca-tecumenal por eso proponemos realizar itinerarios catequísticos que integren y que lleven a un encuentro kerigmático, vital, personal y comunitario con Jesu-cristo, a través de la oración, el compartir de la vida y la celebración de los sacra-mentos.
22. Impulsar una catequesis con un fuer-te compromiso de la comunidad que in-tegre y acompañe con su testimonio fa-voreciendo una transformación de vida
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en Cristo.
23. Proponemos una iniciación cristiana misionera que profundice y hunda sus raíces en la Palabra de Dios.
24. Para una catequesis que es proclama-ción y anuncio, encuentro y conversión, fe y compromiso, proponemos catequis-tas que tengan una comunidad de perte-nencia donde alimentar su fe y su vincu-lo con la Palabra de Dios
25. La elaboración de líneas comunes de trabajo en iniciación cristiana a nivel diocesano y parroquial
26. Que la Parroquia asuma el catecume-nado como una acción comunitaria
27. Que cada Parroquia asuma la forma-ción integral de sus catequistas (conver-sión personal y formación bíblica )
28. Enriquecer la formación catequística de los sacerdotes
29. Generar espacios de encuentro fra-ternos de oración y formación para cons-truir la comunidad
30. Conocer la realidad y cultura juvenil, para desde allí atraerlos con propuestas de acciones concretas que los lleve a una vivencia de la fe
31. Teniendo en cuenta que el adulto es el primer destinatario de la catequesis aprovechar el momento en que ellos se acercan por distintas circunstancias para suscitar el encuentro e invitarlos a acti-vidades integradoras en la comunidad
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Comisión 7: Iniciación Cristiana y Pastoral Orgánica
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 23. en la Iglesia de hoy los catequistas son una presencia activa y entusiasta y están convencidos que el ser, el saber hacer y el hacer se gesta en comunidad. 1- El misterio de la trinidad es fundamento de la comunidad y que no hay Iniciación Cristiana sin comunidad 1. Que es impostergable e imprescindible poner en marcha una Pastoral Orgá-nica, elaborando un Proyecto Pastoral Diocesano que asuma la Iniciación Cristiana al estilo Catecumenal, para hacer posible el ideal de Iglesia de Comunión, en un itinerario perma-nente de evangelización 2. Implementar un itinerario formativo integral para todos, en forma particu-lar para los clérigos, en orden de ser protagonistas de una pastoral orgáni-ca según el espíritu de la iniciación cristiana y de la nueva evangelización.
La situación eclesial padece la consecuencia de un individualismo y una fragmentación pastoral que reclama una pastoral orgánica con metas y criterios claros, que involucre y comprometa a todos.
desde los documentos pastorales del magis-terio se insiste en la importancia y necesidad de responder a estos desafíos. Desde hace 25 años la Propuesta realizada en el ultimo CCN, sobre la necesidad de una pastoral orgánica, no fue atendida. (Cfr. 127ss JEP)
Consensuar estructuras que permitan preci-sar y armonizar las distintas acciones pasto-rales en todos los niveles pastorales y juris-diccionales
La infecundidad de nuestra catequesis es una falta de respuesta a las nuevas realidades, de profunda secularización y creciente indife-rencia religiosa .Además la catequesis no se vincula a la Dios, reduciéndose a una cate-
DA 286 “…una catequesis que inicie verda-deramente en la vida cristiana y este inte-grada en la pastoral orgánica”
Un itinerario formativo integral, para que los catequistas sean realmente protagonistas en todo el proceso (desde el diagnóstico hasta la evaluación).
Formar a los clérigos con estos criterios
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quesis pre sacramental; no tiene un buen acompañamiento de sus pastores, disgrega esfuerzos, y no busca una verdadera conver-sión pastoral.
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Comisión 8: Iniciación Cristiana y conversión pastoral
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 24. La fuerte intuición de que la cateque-sis no empieza y termina sino que es “proceso-itinerario-camino de madura-ción en la fe” que dura toda la vida Dios se manifiesta y nos elige en primer lugar, y que debe hallar nuestra disponibili-dad para poder obrar tal como aparece en la conversión de Pablo (Hch, 9) Como con Felipe, el Espíritu guía, el discí-pulo “va” a cumplir la misión (Hch 8, 26 - 40 Felipe y el etíope) El encuentro personal con Cristo lleva a la conversión, esta al discipulado, que se mani-fiesta en la vida en comunión y la misión (Aparecida 278) Proponemos que la catequesis de IC, asumida como el modo ordinario de in-troducir a la vida cristiana, recupere el trayecto catecumenal y un talante misio-nero con catequistas formados como discípulos misioneros, 25. En la práctica actual los sacramentos de IC están separados En el Nuevo Testamento y en la práctica primitiva de la iglesia la IC estaba unificada por el proceso del catecumenado , al final del cual se recibían los tres sacramentos jun-tos (Lc 24, 13-35 – 1 Jn, 38-40 – Puebla 12 – Dap 278) Proponemos que por la unificación del proceso de preparación a los tres sacra-mentos de Iniciación Cristiana se realice el camino de la conversión pastoral 26. La catequesis necesita de la comuni-dad y debe formar para la vida en comu-nidad La comunidad es el origen, lugar y meta de la catequesis (DGC 254 Proponemos que para la conversión pas-toral la IC forme parte de la vida de la comunidad y a su vez la comunidad se involucre en el proceso catequístico La fuerte intuición de que la catequesis no empieza y termina sino que es “proceso-itinerario-camino de maduración en la fe” que dura toda la vida Los discípulos de Emaús necesitaron en el caminar que Jesús resucitado les explicara las escrituras y partiera el pan (Lc 24 – Dap 298) Dios siempre inspira con su Espíritu a al-guien para que lo acompañe en el proceso de la vida de fe (Hch 8, 26-40 y DAp 294 que - Generando una fuerte conciencia de este itinerario, podamos dialogar y enrique-cernos entre todos los carismas que el Espí-ritu ha suscitado en la Iglesia de hoy bus-cando y compartiendo metodologías, accio-nes y experiencias - Que todos los miembros que forman el
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habla en la renovación catequística en la parroquia) El mismo Jesús se acerca a los discípulos y sigue caminando con ellos (Lc 24, 13-35) y que el encuentro debe renovarse constante-mente por el testimonio personal (kerygma), que no es sólo una utopía sino el hilo con-ductor de un proceso que culmina en la ma-durez del discípulo de Jesucristo (DAp 278) Hch 9; conversión de Pablo Hch 8; Felipe y el etíope DAp 278 – 291 – 294 – 298 y 293 La Parroquia ha de ser el lugar donde se asegure la IC como tarea irrenunciable 1 Jn 4-19 “Él nos amó primero” Puebla 12: a todos nos toca recomenzar des-de Cristo Lucas 24, 13-35 ¿No ardía acaso nuestro corazón cuerpo de Cristo en la Iglesia estén en permanente conversión con corazón abierto a la escucha y al acompañamiento del pueblo de Dios - Que toda acción catequística tenga pre-sente que la catequesis no empieza y ter-mina en un mero ritual eucarístico sino que es un proceso, camino de maduración en la fe, que dura toda la vida El proceso de IC sea asumido como el modo ordinario de introducir en la vida cristiana a todos y no sea reducido sólo a la preparación sacramental Crear una catequesis por comunidades de familias (concepto amplio como lo concibe Aparecida); reiniciación del adulto, perseve-rancia en jóvenes., iniciación de niños, con uno o dos catequistas por cada comunidad En la práctica actual los sacramentos de IC están separados En el Nuevo Testamento y en la práctica primitiva de la Iglesia la IC estaba unificada por el proceso del catecumenado, al final del cual se recibían los tres sacramentos juntos (lc 24 ;13-35 - 1 Jn 4 - Jn 1, 38-40 - Puebla 12; DAp 278 - Retomar la unificación de los sacra-mentos de IC (el gran Sacramento con una única catequesis) Una catequesis que se fundamenta en: la Persona de Jesús, el Señor; la centralidad de la Palabra de Dios; la participación gozosa en la Eucaristía; la Comunidad cristiana co-mo hogar donde se vive la fe; la Misión co-mo fruto. Sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las escrituras (lc 24, 13-35) Los discípulos de Emaús lo reconocen al partir el pan. Es la experiencia inicial de quien ha escuchado al Señor con admira-ción, cree en Él por acción del Espíritu San-- Debe ser Cristocéntrica que se fun-damenta en la persona de Jesús, en la Pala-bra de Dios, que tiene la celebración gozosa en la Eucaristía, en la comunidad cristiana como hogar donde se vive y se madura la fe, que tenga como fruto la misión - Que en la comunidad se fundamente
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to, decide ser amigo e ir tras de Él (Lc 24, 13-35 - Ap 278) la catequesis en la persona de Jesús, la cen-tralidad de la palabra y de la eucaristía, transformando su vida en discípulos misio-neros. - Insistir en la formación que ilumine el camino y la vida de los catequistas haciéndoles volver a la única fuente que es la Eucaristía - Impulsar una comunidad centrada en la persona de Jesús donde se viva la fraterni-dad
Una catequesis que se fundamenta en: la Persona de Jesús, el Señor;
1 Jn 4 nos dice que Él nos amó primero y en Jn 15, 16 que ÉL nos eligió a nosotros.
DAp 278 nos propone el encuentro
Proponemos una catequesis orientada a la misión: mostrar el rostro paterno de Dios
La onda conciencia de que el ser catequista es un llamado que el Señor nos hace
Él nos amó primero (1 Jn 4 - Jn 15,16 – DAp 289)
- La catequesis como un encuentro gozoso con el señor de la historia y de nues-tra historia
- Que los catequistas y agentes de pas-toral teniendo el encuentro personal con Jesús sea fructífero y renovado para dar tes-timonio
La fuerte intuición de que la catequesis no empieza y termina sino que es “proceso-itinerario-camino de maduración en la fe” que dura toda la vida
Hch 9, así como Saulo es invitado a seguir a Jesús, comienza su catecumenado, es bauti-zado y sigue hasta su muerte, vemos en Apa-recida 289 que hay una urgencia por desarro-llar un proceso de IC que comience con el kerygma y en Ap 288 que la catequesis es un itinerario de toda la vida
Una iglesia con espacios en la que los ca-tecúmenos no se alejen luego de cada sacra-mento ya que en ellos podía seguir desarro-llando y acrecentando su fe
Tesoros y riquezas que contribuyen a la IC y a la conversión pastoral
Los obispos en Puebla nos dicen que la Igle-sia está dispuesta a evangelizar para contri-buir a una nueva sociedad más justa y frater-na (Puebla 12)
Y en la que Juan 4 nos dice “ÉL nos amó primero”
Impulsar una comunidad centrada en la per-sona de Jesús, donde se viva la fraternidad como testimonio de una iglesia atractiva
Crear ámbitos de diálogo y apertura para que se dé la acogida cordial, fraterna y miseri-cordiosa
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La ausencia de propuestas de catequesis evo-lutiva
DGC 3º parte Cap II
Realizar propuestas y orientaciones que ayuden a una catequesis evolutiva
Búsqueda de una pastoral orgánica
Hch 4, 42 la multitud de los fieles tiene un mismo corazón y una misma alma
Lineamientos 29: una comunidad que asume la IC renueva su vida cristiana y despierta su carácter misionero
DAp 366 a 368: los obispos nos hablan de la conversión pastoral y de la renovación mi-sionera de las comunidades
Que la Iglesia a través de sus pastores opten decididamente por implementar la IC para dinamizar con fuerza y audacia la fe en Jesús Señor de la Historia
Que hay una apertura a la formación perma-nente
Que la Palabra de Cristo habite en uds con toda sus riquezas (Col 3, 16)
Promover la creatividad que ayude a propo-ner un encuentro más fecundo con la perso-na de Jesús
La Iglesia busca la comunión respetando los carismas
Que la multitud de los creyentes está llama-da a tener un solo corazón y una sola alma (Hch 4, 32 y DGC 254)
- Un proceso catequístico de madura-ción en la fe que tenga como objetivo que las personas y comunidades vivan en comunión buscando a través del diálogo el respeto a los distintos carismas
La realidad hoy nos pide una pastoral orgá-nica para transformar la Iglesia
La diócesis debe impulsar una pastoral orgá-nica, renovada (Jn 17,20) Que todos sean uno como Tú estás en mí y yo en ti” y DAp 169
Generar espacios y tiempos de diálogo entre las distintas áreas pastorales
La catequesis necesita de la comunidad y debe formar para la vida en comunidad. Por lo tanto toda la tarea debe estar involucrada en el proceso catequístico y a su vez toda la tarea debe ser constantemente catequizada
Lineamientos 20 y CT 24 “una comunidad que asume la IC renueva su vida comunitaria y despierta su carácter misionero”
Hch 4, 32, todos los creyentes que eran mu-chos pensaban de la misma manera, todas las cosas eran de todos
En este proceso catequístico de la IC se in-volucre la comunidad pastoral, de manera que catequizados catequicen a sus hermanos haciendo de la catequesis tarea de todos
El proceso de itinerario catequístico perma-nente en las familias lo lleva a la comunidad pascual, comparten acontecimientos de vida
La iniciación cristiana supone la comunidad y vive para la comunidad
La comunidad es el origen, lugar y meta de la catequesis (DGC 254)
- Generar una metodología que ayude a superar las separaciones que existen entre fe y vida
- Que la catequesis debe formar parte
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La catequesis necesita de la comunidad y debe formar para la vida en comunidad
La comunidad es el origen, lugar y meta de la catequesis (DGC 254)
de la vida de la comunidad y todo tema pas-toral estar involucrado en proceso catequísti-co y toda acción catequística es acción de la comunidad y todos los catequistas son parte activa de la comunidad a la cual pertenecen
La búsqueda de auténtica comunión en la iglesia y de respeto por el camino de cada uno: entre sacerdotes y catequistas, entre obispos y sacerdotes, entre teólogos y cate-quistas, entre liturgistas y catequistas
Mc 3, 13-15 Como Jesús llamó a los que Él eligió y vinieron a Él para ser enviados
En CT 24: manifiesta la necesidad de unión entre catequistas y comunidad eclesial
En Lineamientos 29 que muestra la necesi-dad de una comunidad que asume la IC, re-nueva su vida comunitaria y despierta el carácter misionero
Una comunicación fluida entre catequistas y el resto de la comunidad eclesial donde cada uno acepte el carisma de los demás
Que la misión esté presente siempre en el quehacer catequístico
Tesoros que contribuyen a transformar las comunidades en comunidades pascuales en las cuales la comunión las transforme y las convierta en transformadoras
Que el CVII en LG 12 nos dice el mismo Espíritu Santo no solamente santifica y dirige al pueblo de Dios sino que los enriquece, distribuyendo sus dones a cada uno según quiere 1 Cor 12, 11
Fomentar espacios de participación, de todos los agentes pastorales respetando sus propios carismas para enriquecernos mutuamente
Impulsar espacios de formación con signos pascuales para revalorar la fe viva que debe-mos anunciar
Necesidad de una pastoral de conjunto
Jn 17,20 El Señor pide que sean uno
Hch 4, 32 La multitud de los fieles tiene un solo corazón y una sola alma
DCG 63 coloca a la catequesis como el mo-mento esencial del proceso de evangelización
Una catequesis inserta en un plan de pastoral diocesano
La falta de conciencia del valor infinito de la Eucaristía
Hch 1, 42-47
Priorizar la Eucaristía dominical como lugar de encuentro y catequesis de la comunidad
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Las comunidades deben favorecer la inser-ción de nuevos miembros..
… dispuestos a aceptar una formación per-manente
Que las comunidades de vida cristiana ofre-cen la integración de los que han celebrado los sacramentos de la iniciación (Lineamien-tos 46 – Hch 2, 42-47)
Ef 4, 22-24 todos son prisioneros del pecado para que quienes creen en Jesús puedan re-cibir lo que Dios ha prometido
Que los distintos ámbitos pastorales sean abiertos, acogedores, sean casa donde todos se sientan escuchados y valorados
La práctica de la fe produce cambios, re-flexión, adhesión por contagio a todos sus miembros que se convierten respetando los tiempos de cada persona, recordando que la iglesia invita y Jesús es el que llama
Hay una búsqueda de pastoral de conjunto, de una unidad pastoral
En Hch 4, 32 la multitud de los fieles tiene un mismo corazón y una sola alma
La implementación pastoral orgánica que posibilite la conversión pastoral, asumiendo la historia y las características de cada dió-cesis, en continuidad con los proyectos exis-tentes evitando comenzar siempre de nuevo
Hay catequistas dispuestos a aceptar una formación permanente
En DAp 243 vemos que se empieza a ser cristiano por el encuentro como en Ef 4, 22-24, Cristo es el comienzo de una vida nueva y en 1 Cor 12,12 la iglesia que somos todos los bautizados es el cuerpo místico de Cristo
Una iglesia cuyos sacerdotes y obispos junto a catequistas promuevan y faciliten la for-mación permanente
Abren horizontes a un proceso de conversión
Lineamientos 46 dice que las comunidades de vida cristiana han de ofrecer ámbitos que posibiliten paulatina, libre y fraterna integra-ción de los que han celebrado su IC y vien-do el modelo de las primeras comunidades Hch 2, 42-47
Favorecer una conciencia maternal de la iglesia donde sus miembros se sientan inte-grados a la misión de llevar a todos la buena noticia
Propiciar encuentros en la comunidad donde a través de la oración se logre el encuentro con Jesús vivo para lograr una conversión sincera
La necesidad de una formación permanente
En Jn 1, 35-51 los discípulos están deseosos de seguir conociendo a Jesús
DAp 243 se empieza a ser cristiano por un acontecimiento
NMA es urgente y se pierde tiempo en dis-cusiones pastorales
Disponer al conocimiento de Dios desde el bautismo. Actualización a los tiempos pre-sentes
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Marcada tendencia al institucionalismo
1 Cor 12, 1-11
Comunidades que favorezcan una catequesis kerygmática y carismática que contribuya al desarrollo de la multiforme gracia en los fieles
La iniciación cristiana supone la comunidad y debe formar para la comunidad
La búsqueda de auténtica “comunión” en la Iglesia y de respeto por el carisma de cada uno: entre sacerdotes y catequistas, entre obispos y sacerdotes, entre teólogos y cate-quistas, entre liturgistas y catequistas
Búsqueda de una pastoral de conjunto, de unidad pastoral
Que debemos convertirnos pastoralmente
Hay una actitud positiva de nuestra iglesia en los esfuerzos pastorales
Uno de los ejes de los distintos documentos del magisterio es la conversión pastoral (DAp 366, 368 – LG 46; Mt 9, 16-17)
Ef 4, 23-24 – Col 3, 16
Dios siempre inspira con su Espíritu para que nos acompañe en el proceso de la vida de fe (Hch 8, 26-40) Tal como dice en Apa-recida 294 que habla de la renovación cate-quística en la parroquia
Que el CVII en LG 12 nos dice el mismo Espíritu Santo no solamente santifica y diri-ge al pueblo de Dios sino que los enriquece, distribuyendo sus dones a cada uno según quiere
- Una iglesia atenta a las necesidades, cercana al pueblo, inserta en la realidad, que escuche, que acompañe y que ayude a des-cubrir una vida nueva en Jesucristo.
- Coherencia y una toma de concien-cia en cuanto a nuestra responsabilidad co-mo catequistas anunciadores de la palabra
- Que nuestras comunidades sean más abiertas y puedan favorecer los distintos carismas que el Espíritu suscita, posibilitan-do el sentido de pertenencia a la misma
- Fomentar espacios de participación, de todos los agentes pastorales respetando sus propios carismas para enriquecernos mutuamente
- Impulsar espacios de formación con signos pascuales para revalorar la fe viva que debemos anunciar
Catequesis que nos lleve a "encontrarnos " con Jesús, que nos renueva, nos convierte, nos exige respuestas acordes con los tiempos que vivimos porque su mensaje es siempre vigente.
Los apóstoles reunidos en el Concilio de Jerusalén deciden atender la situación plan-teada por el ingreso de los paganos a la fe
Los obispos en DAp 33 dicen que los discí-pulos deben sentirse interpelados a discernir los signos de los tiempos a la luz del evange-lio y en DGC 17 se nos invita a profundizar en la Doctrina Social de la Iglesia y la op-ción preferencial por los pobres
Asumir una catequesis que profundice la Doctrina Social de la Iglesia y la opción pre-ferencial por los pobres
Que como discípulos de Cristo nos sentimos interpelados a discernir los signos de los tiempos a la luz del Espíritu Santo (DAp 33)
- La catequesis que nos lleve a encon-trarnos con Jesús, que nos renueva, nos con-vierte, nos exige respuestas acordes con los
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De la misma manera el Señor ordenó a los que anuncian el Evangelio que vivan el Evangelio
(Hch 9) La conversión de Pablo
tiempos que vivimos porque su mensaje es siempre vigente
- Proponemos una catequesis que con-temple el encuentro con Jesús que nos re-nueva, nos convierta en la realidad cotidiana
Los esfuerzos pastorales orientados al en-cuentro con Jesucristo y algunos esfuerzos de renovación pastoral de nuestra parroquia
La pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus miembros. Su vida acontece en contextos socioculturales bien concretos (Ap 367)
Que la pastoral parroquial contemple una renovación de la catequesis que oriente hacia el encuentro con Jesús vivo
La comunidades que favorecen la inserción de nuevos miembros y que brindan la posibi-lidad de pertenencia a diferentes grupos: bíblicos, misioneros, juveniles, etc
En LPNE 53 dice que es tarea de la comuni-dad acoger a sus miembros en un ambiente donde pueda vivir lo aprendido
Que las comunidades asuman su dimensión misionera proponiéndose llegar a todos y organizar su vida de modo que todos se sien-tan llamados y acogidos
La necesidad y búsqueda de Dios, la avidez de quienes se acercan a la catequesis bus-cando conocer a JESUS
MA 30: la oferta masiva de algunos sectores que distorsionan la verdadera respuesta tien-tan al que busca a Dios y puede torcer su camino
Salmo 63: el hombre busca ardientemente a Dios
Una Iglesia abierta a las inquietudes de to-dos que muestren el verdadero rostro de Jesús
Que crezcamos en una mirada positiva del mundo y de las personas descubriendo sus valores, sus posibilidades, sus certezas, y desde allí con creatividad mostrar la belleza del llamado de Jesús y su seguimiento a
Catequesis que nos lleve a "encontrarnos " con Jesús, que nos renueva, nos convierte, nos exige respuestas acordes con los tiempos que vivimos con actitud positiva de nuestra iglesia en la necesidad y búsqueda de Dios de todos los hombres
Jn 4, 8-21 Encuentro con la samaritana que para los judíos no eran aceptados y no tenían trato; Jesús le descubre su vida de pecadora y se ofrece como agua viva
Incluir en la comunidad a los que están vi-viendo en forma irregular
Catequesis que nos lleve a "encontrarnos " con Jesús, que nos renueva, nos convierte, nos exige respuestas acordes con los tiempos que vivimos porque su mensaje es siempre vigente.
DAp 314: la catequesis comienza en la fami-lia y continúa en la comunidad cristiana
Lineamientos 51, la parroquia es el lugar más significativo en el que se forma y mani-fiesta la comunidad
Proponemos que los que no viven de acuer-do a los modelos de familia cristiana puedan tener un lugar en la comunidad eclesial des-de el cual puedan encontrar a Jesús y cami-nar con Él
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Descubrimos señales y signos de su presen-cia
Los obispos en DAp 243 nos exhortan a ser cristianos por el encuentro con Cristo y con el encuentro de la samaritana con Cristo Jn 4, 1-7
Promover el encuentro con Jesús para que los catequizandos perseveren en su segui-miento en todas las etapas de su vida
Potenciar encuentros y celebraciones que fortalezcan la comunión y el sentido de per-tenencia
La necesidad de una catequesis que nos lleve al encuentro con Jesús
DAp 33 como discípulos de Jesús nos sen-timos interpelados a discernir los signos de los tiempos
Salmo 63 (62) Señor Tú eres mi Dios, mi alma tiene sed de Tí
Formar cristianos sensibles al encuentro con el pobre, abrir las puertas al ser humano, obra maestra de Dios
La tendencia de cristiandad y adoctrinamien-to
Directorio 150
Que la catequesis muestre en primer lugar la belleza y seducción de Cristo y después venga el adoctrinamiento
Que todos los miembros de la comunidad parroquial son responsables de la evangeli-zación (DAp 171)
Tener una fuerte conciencia y claros objeti-vos que tiendan a implementar en nuestras comunidades el estado de misión permanen-te propuesto por Aparecida
Actitud positiva de nuestra Iglesia: esfuerzos pastorales orientados al encuentro con Jesu-cristo: animación bíblica, aprecio de nuestro pueblo de los sacerdotes, entrega generosa de discípulos misioneros en nuestros pue-blos, los esfuerzos de renovación pastoral en nuestras parroquias, la doctrina social ilumina e impulsa numerosas experiencias solidarias laicales.
El escenario actual del mundo no es la cris-tiandad, sino más bien de pluralidad religio-sa y cultural
Descubrimos señales y signos de su presen-cia
El verbo se hizo carne, no existe el mensaje cristiano químicamente puro (DAp 33 – CT 64 – NMA 391)
Sólo Jesús realiza la salvación por medio de los innumerables signos de los tiempos (EN 12)
DA 399 – NMA 391 – DA 391 – DA 367
Que el CVII en LG 12 nos dice el mismo Espíritu Santo no solamente santifica y diri-ge al pueblo de Dios sino que los enriquece, distribuyendo sus dones a cada uno según quiere
- El mensaje debe ser ajustado a la cultura de cada pueblo sin perder su identi-dad
- Que en la catequesis haya un discer-nimiento de los signos de los tiempos para responder a las distintas realidades y situa-ciones.
- Un catequista atento a los cambios culturales y sociales, a la tecnología y sus avances a fin de que el anuncio sea creíble, transformador y que impulse a la misión.
- Desde la catequesis llevemos a un encuentro personal con Jesús en las distintas situaciones que nos toquen vivir y así poder leer los signos de los tiempos
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- La creación de espacios de reflexión, escucha y acompañamiento a la búsqueda desde la catequesis
- Fomentar espacios de participación, de todos los agentes pastorales respetando sus propios carismas para enriquecernos mutuamente
- Impulsar espacios de formación con signos pascuales para revalorar la fe viva que debemos anunciar
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Comisión 9: Iniciación Cristiana y catequista iniciador y su formación
Tesoros
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 27 Viendo que no hay experiencia en la iniciacion en estilo catecumenal de los catequistas. La iniciación cristiana, se refiere a la prime-ra iniciación en los Misterios de la fe" Que anunciamos de lo que hemos visto y oído.. . 1jn. 1,1.3 Comunidades discípulas configuradas en Xto. (CT.20) La Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción, por la fuerza del amor Ap. 159 Evangelizar es un acto o gesto Eclesial, en unión con la Iglesia y en su nombre EN 60 a) Comunidades formadoras que acom-pañen a los catequistas en un camino de encuentro con Jesús Resucitado, que lle-va al Padre en el Espiritu. Encuentro kerigmatico-Pascual que transforma la vida y lo impulsen a anun-ciarlo. En diálogo profundo con el con-texto cultural del hombre y la mujer de hoy. b) Fomentar desde todos los espacios co-munitarios un estilo catecumenal y su cen-tralidad en el kerigma. c) Trabajos en red con otras comunidades de catequistas. 28 La fuerte intuición de que la catequesis no empieza y termina sino que es proce-so, itinerario, camino de maduración en la fe que dura toda la vida En la conciencia de que ser discípulos Don destinado a Crecer. Ap. 291 La samaritana paulatinamente, fue crecien-do en la fe al encontrarse con Jesús JN 4, 1 – 44 Los discípulos de Emaús en el camino des-cubrieron al Resucitado.LC 24, 13 – 35 Felipe fue explicando las Escrituras al Etío-pe, que pidió ser bautizado Hech. 8, 26 – 40 Proceso Gradual Articulado, Acompaña-a) Que las comunidades diseñen sus itinerarios formativos permanentes de acuerdo a su realidad: Seminarios itine-rantes, retiros, etc. b) Que el catequista iniciador sea acompañado en su vida de fe por un foma-dor que y lo guíe. un guía espiritual-
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miento Para Toda La Vida. Lorcic Cap- IV. 4 Preparar a los catequistas en función del ICP. JEP 115. 2. Siendo la catequesis un camino de creci-miento y maduración de la fe en un contex-to comunitario eclesial que da sentido a la vida”. CT17. JEP 50 29 Itinerarios de Formación” como itinera-rios de fe, como camino mistagógico, que profundice la amistad con el Señor, transforme la vida del catequista ayu-dando a forjarlo como discípulo y mi-sionero. Jesús nos muestra el camino: Vengan y vean- JN.1,39 “La formación del discípulo se basa en la docilidad al impulso del Espíritu, a su po-tencia de vida que moviliza y transfigura todas las dimensiones de la existencia. Ap. Cap. 6,2 “Ahora creemos, porque nosotros mismos lo hemos oido”. Jn 4, – 42 Itinerarios de formación, que acompañan, contienen e iluminan la vida. Disc. Emaús LC. 24, 13-35 Itinerarios formativos fruto de un laborioso itinerario del Espíritu NMI 19 Formación del Catequista y de los formado-res de catequista, una urgencia para la Igle-sia. Sem. Lat. Cat. Cap. II, 6.1 Primacía de la Palabra de Dios en la forma-ción – III Semana lat. de catequesis- Sem. 1.1, 1.2, 4.5, 4.6 Aparecida Cap. 6, 2 a) Fomentar en la formación una con-ciencia y una espiritualidad de comunión que se expresen en una pastoral orgánica. b) Incentivar y promover la creación de seminarios de catequesis con una for-mación integral que tengan, entre sus prioridades, la persona del catequista y el Encuentro de éste con el Resucitado. c) Incentivar a la lectura diaria de la pa-labra, la lectura orante. d) Fomentar en la formación una con-ciencia y una espiritualidad de comunión que se expresen en una pastoral orgánica. e) Que en la formación sacerdotal se propicie una experiencia kerigmática. In-cluir en la formación de los seminaristas, y en la formación permanente de los sacerdo-tes el estilo catecumenal.
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“Ya no creemos por lo que nos han conta-do, Si no porque nosotros lo hemos escu-chado- Jn.4,42 Decir «sí» a Jesucristo….: consiste en en-tregarse a la Palabra de Dios y apoyarse en ella, pero significa también, en segunda ins-tancia, esforzarse por conocer cada vez me-jor el sentido profundo de esa Palabra. CT 20 Proceso de formación del catequista como discípulo y educador de la fe. La persona del catequista, madurez humana, yente espi-ritualidad, encuentro vivo con Jesucristo, adhesión, oyente de la Palabra, vida de co-munión, sentido de justicia social mística misionera. Sem. Lat. de Catequesis 2, 2.1. Formación que no solo ponga en contacto, sino en intimidad, en comunión con la per-sona de Jesús DCG. 80 Itinerario de formación como itinerario de fe- III SEM lat. Cap. II. 6.2 Y 6.4. Hacer crecer la fe sembrada por el Espíritu Santo CT. 20. Madurar la fe inicial y educar la fe en el conocimiento profundo de la persona y mensaje de Jc…(CT. 19) La renovación de la Catequesis necesita de catequistas renovados- Lorcic La formación de los catequistas es priorita-ria como tarea de máxima importancia.JEP 96 Formación de catequistas para una cateque-sis en estilo catecumenal Palabra, vida, li-turgia, Sacramentos, discipulado Sem. Lat. C. 4.
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Inspiración kergimática y catecumenal de toda la catequesis. III Sem. Lat. Cat. 4. Formar en la celebración y la fiestas La li-turgia en la vida y en la formación de los catequistas. II Sem. Lat. Catequesis. CII. 5. La formación de los catequistas comprende varias dimensiones. La más profunda hace referencia al ser del catequista DGC. 238 La formación del catequista buscará capaci-tarlo para transmitir el Evangelio en nombre de la Iglesia, teniendo en cuenta el momen-to histórico, sus valores y desafíos. Las formación ha de ayudar al catequista como persona, como creyente y como apóstol. DGC 236,237,238. Formar en el discernimiento e itinerario pe-dagógico conforme a la fe Xtiana funda-mentado en el Kerygamal IC 5,3.A Y B Itinerario que nos conduce a hacer disc. Y misionero- Ap. 31 Para que la renovación sea eficaz, se necesi-ta un trabajo de reflexión, orientación y evaluación en los diferentes aspectos de la catequesis. Han de multiplicarse por todas partes los Institutos Catequísticos, los equi-pos de trabajo, en que pastores, catequistas, teólogos, especialistas en ciencias humanas, entren en diálogo y trabajen conjuntamente a partir de la experiencia, a fin de proponer formas nuevas de palabra y acción, de ela-borar el material pedagógico correspondien-te y verificar y evaluar, en cada caso, su va-lidez. Es necesario que estos equipos sean dotados de medios de trabajo adecuados y
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de la indispensable libertad de acción. Med. VIII. 16 Formación que lleve a vivir como discípu-los, en el descubrimiento más profundo del Misterio de Cristo. CT.22. Litúrgica y Sa-cramental (CT. 23) y Misionera (CT 24) “La formación de catequista adquiere un carácter iniciático cuando introduce a la persona en un proceso que paulatinamente te cambian la vida a raíz del contacto con ALGUIEN que da un significado nuevo a su existencia, que ofrece motivos para vivir con esperanzas y ser feliz, que da sentido al sufrimiento, que da sentido al seguimiento, que invita a compartir con los demás, que impulsa a transformar el entorno y a tras-cender de sí mismo y de su realidad”. Scala primera jornada de estudio Santa Bárbara ( Costa Rica) 30 Es necesario salir de una catequesis es-tructurada a una catequesis del Encuentro, con Jesús y con el hermano Con la certeza de que Jesús nos eligió para que estuviéramos con El. Mc. 3,12 Que necesitamos: Catequistas testigos. Testigo que conoce de cerca a la persona de quién se testimonia. Catequistas testigos del Encuentro con el Resucitado. Porque de lo que hemos visto, oído, y to-cado con las manos, eso les anunciamos…. 1°Jn. 1,1-4 Que no fuimos convocados para algo, sino para Alguien, elegidos para vincularnos a)Que el itinerario de formación del cate-quista debe profundizar el encuentro y la amistad con el Señor y que la palabra de Dios debe ser el centro de la formación b) Proponemos itinerarios de formación que favorezcan en el catequista la con-templación en el diálogo con Jesús, en la escucha de la Palabra, la vida de oración, la Eucaristía y la vida comunitaria.
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íntimamente con Jesús muerto y Resucita-do.…. DA 131 – Desde una experiencia de fe para el convite a los hermanos. Encontró a su hermano y le dijo hemos encontrado al Mesías Jn.1,40-42. Reconociendo a Xto. Como único Maestro transmitiendo el Mensaje de Jesús y no el propio- Mt. 28 Desde la Pedagogía original de la Fe. CT. 58 Al servicio del diálogo de la Salva-ción.DGC 143 En el Encuentro con la Persona de Jesús Ap. 243- nace la alegría de ser discípulos y misioneros. Ap. 32 En Jesús encontramos el itinerario formativo del discípulo misionero… Aparecida 30 En Proceso que conduce: al Encuentro con Jesucristo, a la conversión, al discipulado, a la comunión y la misión. Ap . 278 Renovar la Catequesis implica promover la evolución de formas tradicionales insistien-do en la formación permanente de los cate-quistas… Medellín 8. 1,2,3- Que exprese la unidad del Plan de Dios, que evite dicotomías y dualismos…. Medellín 8.4
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Formación en Lenguaje adaptado al hom-bre de hoy , guardando siempre la fidelidad a la Palabra revelada... Respetando la uni-dad y el pluralismo de situaciones. Medellín VIII. 15 31 Basta ya de una formación que no pro-fundice la amistad con el Señor. Impulsar una formación que transforme la vida del catequista, impulsándolo a forjar-se como discípulo-misionero. Crees verdaderamente en lo que anuncias? Vivís lo que crees? Anuncias lo que vivís? CT. 76 En la certeza de que la formación debe ini-ciar en un aprendizaje gradual en el cono-cimiento amor y seguimiento a Jesucristo. Ap. 291 Formación que comprende varias dimen-siones. DGC 238 Una formación que favorezca la amistad profunda con Jc. alimentada por la Palabra y la Eucaristía. Ap. 255 En la centralidad de la Palabra en la forma-ción del Catequista. Como María el cate-quista es discípulo fiel que escucha y acoge la Palabra. III Sem. Lat. Cap. III. 4.1. El anuncio de Jc. Nos hace partícipes del triunfo del Resucitado. Ap. 351 La catequesis debe ayudar a los Xtianos a ser para su gozo y servicio de todos, luz y sal CT- 56. Formación en estilo catecumenal. Lorcic 64 a) Favorecer itinerarios de formación de catequistas y de formadores de cate-quistas, que conduzcan a la experiencia de Dios. En el Encuentro con Cristo que da origen a la inciación cristiana, que transforma la vida e invita a su segui-miento. Formación en la dimensión humana comunitaria, espiritual, doctri-nal, pastoral y misionera. b) En el Encuentro profundo con la Pa-labra de Dios, que el formador contemple el perfil y la identidad del catequista que soñamos.
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El que ha sido evangelizado evangeliza a su vez. He aquí la prueba de la verdad, la pie-dra de toque de la evangelización. Es im-pensable que un hombre haya acogido la palabra y se haya entregado al reino sin convertirse en alguien y a su vez da testi-monio y anuncia EN 24 El impulso misionero es fruto necesario de la vida que la Trinidad comunica a sus discípulos. Lorcic 10
El camino lento pero firme hacia una comu-nidad catequística
Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, Jesús está en en medio de ellos.
Mt. 18:20
Que “Jesús elige a los doce para vivir en comunión con él.” DA 154
“Toda la Iglesia y todos en ella estamos llamados a formar comunidades Santas y misioneras”. NMA 62
Que “La Experiencia de la Iglesia y sus en-señanzas van mostrando las infinitas rique-zas que existen en la unión de los herma-nos, construida de esfuerzo y oración, de comprensión, de perdón, y de alegría”. Ca-tequesis en America Latina 19
Estamos llamados a vivir como lo hicieron las primeras comunidades, compartiendo todo Hch. 2, 42 – 47
Necesitamos Comunidades que alimenten la vocación eclesial de los catequistas y fo-menten en ellos la honda conciencia de que
Formar comunidades de catequistas que vi-van la comunión en el encuentro con Jesús . Comunidades Pascuales de discípulos. Mi-sioneros.
B.- Impulsar y promover la formación de catequistas acompañantes
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son enviados por la Iglesia DCG. 246/247
Estamos llamados a vivir en comunidad la fe que profesamos (ct. 24)
Y hacer de nuestras Comunidades casa y escuela de comunión testigos del amor del Padre ( NMI42/ 43)
La formación iniciática necesita de una comunidad que valore y promueva en su seno la iniciación.
Comunidades Iniciadores, fuente, lugar y meta de la catequesis, lugar visible del tes-timonio de la fe, llamada a ser lugar de ex-periencia de comunión DGC 158. CT. 24
En la búsqueda de auténtica comunión y la formación iniciática de la comunidad -III Sem. Lat.de catequesis
La condición del discípulo brota de Jesu-cristo… por la fe y el bautismo y crece en la Iglesia, comunidad donde todos sus miem-bros adquieren igual dignidad…..viviendo al servicio del Reino de Dios. DA 184
Quien se ha adherido a Jesucristo por la fe y se esfuerza por consolidar esta fe mediante la catequesis, tiene necesidad de vivirla en comunión con aquellos que han dado el mismo paso”. CT 24
A.- Que el catequista iniciador en su for-mación sea acompañado en su vida personal y espiritual.
Y se deje guiar por un guía espiritual.
1) EL catequista, llamado, elegido, convo-cado. Ser catequista es un llamado que el Señor nos hace. Llamado, vocación que es don de Dios
Llamado que brota del amor de Dios Is. 43, 4-5.
Antes que te formarás te llamé y te elegí Jer. 1,5.
Llama por el nombre” IS. 43, 1-2
“Te elegí para que hablaras en mi nombre”
a) Que la comunidad sea lugar de dis-cernimiento de la vocación del catequista, en orden al Ministerio que se le va a con-fiar.
Comunidad iniciadora Fuente, lugar y meta de la formación de los catequistas iniciado-res.
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jer. 1, 5
“Yo te vi antes que Felipe te llamara” JN 1, 48
En la certeza
Del dinamismo del Espíritu en el llamado- Ananías Felipe
Catequista elegido para estar con con El Mc. 3,14, en la certeza de su presencia y su promesa “Yo estoy contigo” Ex. 3, 11-12-
El Señor llama por pura gracia. Si el señor se enamoró de ustedes, no fue por mérito de ustedes sino por puro amor. DT 7, 7-8:
Llamado que requiere una respuesta- Jesús le dijo sígueme, El se levantó y lo siguió- Mt. 9,9 Mc. 1,1-17.
Catequista se sabe interiormente llamado por Dios- Encuentro personal con Xto. Im-plica la conversión y la fe y la adhesión a su Persona.Reconociéndolo como Maestro- Jn. 1, 35-51, Jer. 1,5, Is. 43,4-5, III.S.LAT. 3, 1-2, DA. 277, CT.10
La llamada personal de Jesucristo, y la rela-ción con El, son el verdadero motor de la acción del catequista. DGC 231
De este conocimiento amoroso de Cristo es de donde brota el deseo de anunciarlo, de evangelizar, y de llevar a otros al "sí" de la fe en Jesucristo. (CEC 429.)
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Saber que somos llamados y enviados nos anima a vencer obstáculos perseverando y permaneciendo en El. Mt.28
La vocación del catequista, enraizada en la vocación de la Iglesia EN 15
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Comisión 10: Catequesis y Ministerio Ordenado
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 32 Nos falta ayudar a los seminaristas y al cuerpo presbiteral a pensar catequísticamen-te Los ministros ordenados estamos llamados a una conversión pastoral que nos lleve a pen-sar más catequísticamente y acompañar mejor, integrándonos en las comunidades catequísticas. .“La renovación parroquial exige actitudes nuevas de los párrocos” (DA 201) . Favorecer, desde alguna instancia na-cional (CEMIN, OSAR), ámbitos pa-ra compartir proyectos y experiencias de formación catequística en los semi-narios de formación de presbíteros. . Cuidar los espacios catequísticos para los presbíteros jóvenes. . Ofrecer, desde la Junta Nacional, un acompañamiento de los espacios sa-cerdotales en las regiones y/o diócesis para reflexionar pastoralmente pro-puestas y proyectos de Iniciación Cristiana. . Facilitar encuentros de laicos, religio-sos y ministros ordenados que, al esti-lo de los ISCA regionales, favorezcan la formación comunión y la integra-ción. . Ofrecerse a la CEMIN para integrar en los Talleres para Párrocos el tema de catequesis. 33 Movimiento hacia una catequesis no sacramentalista sino MÁS MISIONERA. Por allí pasa la sacramentalidad de la Inicia-ción Cristiana. Hoy renovar a la catequesis es hacerla más bíblica. La Eclesiología del Concilio todavía no ha echado raíces en nuestras estructuras eclesiales, aunque hablamos continua-mente de eclesiología de comunión. Sin comunidad generamos una Iglesia abandónica. . Compartir, a través de la Junta Na-cional, experiencias y proyectos con-cretos de Iniciación Cristiana (más allá del orden de los sacramentos; no en la línea de proselitismo, sino con la intención de Irradiar esperando con-vocar por “atracción”)
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La Iglesia crece no por proselitismo sino “por ‘atracción’ (DA 159, Benedicto XVI disc. Inaug. Apare-cida) . Generar espacios de reflexión sobre la Iniciación Cristiana integrando en es-te diálogo a las comisiones Episcopa-les de Catequesis, de Liturgia y Ani-mación Bíblica de la Pastoral.
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Comisión 11: ICP y Palabra de Dios
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 34. Visto que decimos: “basta ya” a una catequesis donde la Palabra no es el cen-tro Con la certeza que nos da la Biblia: o Is 55, 10-11: “Del mismo modo que descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelve allá de vacío, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que de simiente al sembrador y produzca pan para comer, así será la palabra de mi boca: no tornará a mí de vacío, pues realizará lo que me he propuesto y será eficaz en lo que le mande” o Jn 1, 1.14: “En el principio existía la Palabra. La Palabra estaba junto a Dios. Y la Palabra era Dios.” “Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros” o 2 Tim 3, 16-17: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justi-cia; así el hombre de Dios se encuentra per-fecto y preparado para toda obra buena.” Y de los documentos de la Iglesia: o VD 74b En el Directorio general para la catequesis encontramos indicaciones válidas para animar bíblicamente la cateque-sis, y a ellas me remito.258 En esta circuns-tancia, deseo sobre todo subrayar que la ca-tequesis « ha de estar totalmente impregnada por el pensamiento, el espíritu y las actitudes bíblicas y evangélicas, a través de un contac-to asiduo con los mismos textos; y recordar Proponemos: Vemos la necesidad de ela-borar un proyecto de ICP en el que la Palabra de Dios sea centro propicie el encuentro personal con Jesús transfor-mando la vida.
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también que la catequesis será tanto más rica y eficaz cuanto más lea los textos con la inte-ligencia y el corazón de la Iglesia », y cuanto más se inspire en la reflexión y en la vida bimilenaria de la Iglesia. Se ha de fomentar, pues, el conocimiento de las figuras, de los hechos y las expresiones fundamentales del texto sagrado; para ello, puede ayudar tam-bién una inteligente memorización de algu-nos pasajes bíblicos particularmente elocuen-tes de los misterios cristianos. La actividad catequética comporta un acercamiento a las Escrituras en la fe y en la Tradición de la Iglesia, de modo que se perciban esas pala-bras como vivas, al igual que Cristo está vivo hoy donde dos o tres se reúnen en su nombre (cf. Mt 18,20). Además, debe comunicar de manera vital la historia de la salvación y los contenidos de la fe de la Iglesia, para que todo fi el reconozca que también su existen-cia personal pertenece a esta misma historia. En esta perspectiva, es importante subrayar la relación entre la Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica, como dice el Directorio general para la catequesis: « La Sagrada Escritura, como “Palabra de Dios escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo” y el Catecismo de la Iglesia Católica, como expresión relevante actual de la Tradición viva de la Iglesia y norma segura para la enseñanza de la fe…” o CT 20: “Más concretamente, la fina-lidad de la catequesis, en el conjunto de la evangelización, es la de ser un período de
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enseñanza y de madurez, es decir, el tiempo en que el cristiano, habiendo aceptado por la fe la persona de Jesucristo como el solo Se-ñor y habiéndole prestado una adhesión glo-bal con la sincera conversión del corazón, se esfuerza por conocer mejor a ese Jesús en cuyas manos se ha puesto: conocer su "miste-rio", el Reino de Dios que anuncia, las expe-riencias y las promesas contenidas en su mensaje evangélico, los senderos que El ha trazado a quien quiera seguirle. Si es verdad que ser cristiano significa decir "sí" a Jesu-cristo, recordemos que este "sí" tiene dos niveles: consiste en entregarse a la Palabra de Dios y apoyarse en ella, pero significa tam-bién en segunda instancia, esforzarse por conocer cada vez mejor el sentido profundo de esa Palabra.” o DCG 94: “La fuente de donde la ca-tequesis toma su mensaje es la misma Pala-bra de Dios: « La catequesis extraerá siempre su contenido de la fuente viva de la Palabra de Dios, transmitida mediante la Tradición y la Escritura, dado que la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura constituyen el único depósito sagrado de la Palabra de Dios con-fiado a la Iglesia ». Este « depósito de la fe » es como el arca del padre de la casa, que ha sido confiado a la Iglesia, la familia de Dios, y de donde ella saca continuamente lo viejo y lo nuevo. Todos los hijos del Padre, anima-dos por su Espíritu, se nutren de este tesoro de la Palabra. Ellos saben que la Palabra de Dios es Jesucristo, el Verbo hecho hombre y
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que su voz sigue resonando por medio del Espíritu Santo en la Iglesia y en el mundo. La Palabra de Dios, por admirable « condescen-dencia » (300) divina, se dirige y llega a nosotros a través de « obras y palabras » humanas, « a la manera como un día el Ver-bo del Padre eterno, al tomar la carne de la flaqueza humana, se hizo semejante a los hombres ». Sin dejar de ser Palabra de Dios, se expresa en palabra humana. Cercana, per-manece sin embargo velada, en estado « kenótico ». Por eso la Iglesia, guiada por el Espíritu, necesita interpretarla continuamente y, al tiempo que la contempla con profundo espíritu de fe, « la escucha piadosamente, la custodia santamente y la anuncia fielmente » o DA 299: La catequesis no puede li-mitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de culti-var la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la viven-cia comunitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los de-más. Para ello, resultarían útiles algunos subsidios catequéticos elaborados a partir del Catecismo de la Iglesia Católica y del Com-pendio de la Doctrina Social de la Iglesia, estableciendo cursos y escuelas de formación permanente para catequistas. 35. Visto que decimos: “basta ya” de catequistas que no quieren trabajar en equipo Con la certeza que nos da la Biblia: o Jn 15, 5: “Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en Proponemos: Una catequesis que sea par-te de un proyecto pastoral que considere que toda la comunidad es quien evangeli-
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él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no pueden hacer nada” o Hch 2, 42-47: “Se mantenían cons-tantes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan, y en las oraciones…” Y de los documentos de la Iglesia: o DP 214: “Por Cristo, con Él y en Él, entramos a participar en la comunión de Dios. No hay otro camino que lleve al Padre. Al vivir en Cristo, llegamos a ser su cuerpo místico, su pueblo, pueblo de hermanos uni-dos por el amor que derrama en nosotros el Espíritu. Ésta es la comunión a la que el Pa-dre nos llama por Cristo y su Espíritu. A ella se orienta toda la historia de la salvación y en ella se consuma el designio de amor del Padre que nos creó.” o DA 156: “…La fe nos libera del ais-lamiento del yo, porque nos lleva a la comu-nión”. Esto significa que una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que podamos vivir una experiencia per-manente de discipulado y de comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el Pa-pa.” o DP 214: “Por Cristo, con Él y en Él, entramos a participar en la comunión de Dios. No hay otro camino que lleve al Padre. Al vivir en Cristo, llegamos a ser su cuerpo místico, su pueblo, pueblo de hermanos uni-dos por el amor que derrama en nosotros el za
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Espíritu. Ésta es la comunión a la que el Pa-dre nos llama por Cristo y su Espíritu. A ella se orienta toda la historia de la salvación y en ella se consuma el designio de amor del Padre que nos creó.” o DA 156: “…La fe nos libera del ais-lamiento del yo, porque nos lleva a la comu-nión”. Esto significa que una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que podamos vivir una experiencia per-manente de discipulado y de comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el Pa-pa.” 36. Visto que decimos: “basta ya” de una catequesis donde falta el encuentro personal con Jesús en la vida de los ca-tequistas Con la certeza que nos da la Biblia: o 1 Jn 1, 2-3: “Pues la Vida se mani-festó y nosotros la hemos visto y damos tes-timonio y les anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre y que se nos manifestó, lo que hemos visto y oído se los anunciamos, para que también ustedes estén en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comu-nión con el Padre y con su Hijo Jesucristo” o Lc 24, 15-17: “Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y caminó a su lado; pero sus ojos estaban como incapacitados para reconocerle. Él les dijo: “¿De qué discutían por el camino? Ellos se pararon con aire entristecido.” Y de los documentos de la Iglesia: o DC 1: “No se comienza a ser cristia-no por una decisión ética o una gran idea Proponemos: Vemos la necesidad de for-mentar en el pueblo de Dios, una profunda espiritualidad bíblica a través de un pro-ceso de catequesis permanente
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sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y con ello una orientación decisiva” o VD 2: “En primer lugar, quisiera recordar la belleza y el encanto del renovado encuentro con el Señor Jesús experimentado durante la Asamblea sinodal. Por eso, haciéndome eco de la voz de los Padres, me dirijo a todos los fieles con las palabras de san Juan en su primera carta: «Os anuncia-mos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo» (1 Jn 1,2-3). El Apóstol habla de oír, ver, tocar y contem-plar (cf. 1,1) al Verbo de la Vida, porque la vida misma se manifestó en Cristo. Y noso-tros, llamados a la comunión con Dios y entre nosotros, debemos ser anunciadores de este don. En esta perspectiva kerigmática, la Asamblea sinodal ha sido para la Iglesia y el mundo un testimonio de la belleza del en-cuentro con la Palabra de Dios en la comu-nión eclesial. Por tanto, exhorto a todos los fieles a reavivar el encuentro personal y co-munitario con Cristo, Verbo de la Vida que se ha hecho visible, y a ser sus anunciadores para que el don de la vida divina, la comu-nión, se extienda cada vez más por todo el mundo… En efecto, participar en la vida de Dios, Trinidad de Amor, es alegría completa (cf. 1 Jn 1,4). Y comunicar la alegría que se produce en el encuentro con la Persona de
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Cristo, Palabra de Dios presente en medio de nosotros, es un don y una tarea imprescindi-ble para la Iglesia…” o DA 99 a): “Debido a la animación bíblica de la pastoral, aumenta el conoci-miento de la Palabra de Dios y el amor por ella. Gracias a la asimilación del Magisterio de la Iglesia y a una mejor formación de generosos catequistas, la renovación de la Catequesis ha producido fecundos resultados en todo el Continente, llegando incluso a países de Norteamérica, Europa y Asia, don-de muchos latinoamericanos y caribeños han emigrado” o DA 297: “Los desafíos que plantea la situación de la sociedad en América Latina y El Caribe requieren una identidad católica más personal y fundamentada. El fortaleci-miento de esta identidad pasa por una cate-quesis adecuada que promueva una adhesión personal y comunitaria a Cristo, sobre todo en los más débiles en la fe. Es una tarea que incumbe a toda la comunidad de discípulos pero, de manera especial, a quienes, como obispos, hemos sido llamados a servir a la Iglesia, pastoreándola, conduciéndola al en-cuentro con Jesús y enseñándole a vivir todo lo que nos ha mandado (cf. Mt 28, 19- 20) “ o NMA 93: “Cuando el seguimiento de Jesús se profundiza y fortalece, son numero-sos los frutos de conversión y santidad. Así se abren para la Iglesia enormes posibilida-des en el campo de la pastoral vocacional, porque las personas se disponen con mayor
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prontitud a la obediencia de la fe (Rom 1,5), y por tanto, a escuchar la voluntad de Dios que invita personalmente a cada uno a ser testigo de la propia fe y a ocupar su lugar irreemplazable en la evangelización. Una pastoral de la espiritualidad bautismal ha de complementarse con los esfuerzos que ac-tualmente realizan la pastoral de juventud y vocacional, y priorizarlas en el orden de la acción. Las vocaciones son un don de Dios, una manifestación de su iniciativa de amor. Surgen ante todo entre los niños y jóvenes de las comunidades de fe: en la familia, en la parroquia, en las escuelas católicas y en otras comunidades, en las que se experimenta la vida de la Iglesia. o NMI 46: “Esta perspectiva de comu-nión está estrechamente unida a la capacidad de la comunidad cristiana para acoger todos los dones del Espíritu. La unidad de la Iglesia no es uniformidad, sino integración orgánica de las legítimas diversidades. Es la realidad de muchos miembros unidos en un sólo cuerpo, el único Cuerpo de Cristo (cf. 1 Co 12,12). Es necesario, pues, que la Iglesia del tercer milenio impulse a todos los bautizados y confirmados a tomar conciencia de la pro-pia responsabilidad activa en la vida eclesial. Junto con el ministerio ordenado, pueden florecer otros ministerios, instituidos o sim-plemente reconocidos, para el bien de toda la comunidad, atendiéndola en sus múltiples necesidades: de la catequesis a la animación litúrgica, de la educación de los jóvenes a las
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más diversas manifestaciones de la caridad. Se ha de hacer ciertamente un generoso es-fuerzo —sobre todo con la oración insistente al Dueño de la mies (cf. Mt 9, 38)— en la promoción de las vocaciones al sacerdocio y a la vida de especial consagración. Éste es un problema muy importante para la vida de la Iglesia en todas las partes del mundo. Además, en algunos países de antigua evan-gelización, se ha hecho incluso dramático debido al contexto social cambiante y al en-friamiento religioso causado por el consu-mismo y el secularismo. Es necesario y ur-gente organizar una pastoral de las vocacio-nes amplia y capilar, que llegue a las parro-quias, a los centros educativos y familias, suscitando una reflexión atenta sobre los valores esenciales de la vida, los cuales se resumen claramente en la respuesta que cada uno está invitado a dar a la llamada de Dios, especialmente cuando pide la total entrega de sí y de las propias fuerzas para la causa del Reino. En este contexto cobran también toda su importancia las demás vocaciones, enrai-zadas básicamente en la riqueza de la vida nueva recibida en el sacramento del Bautis-mo. En particular, es necesario descubrir cada vez mejor la vocación propia de los laicos, llamados como tales a « buscar el reino de Dios ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios »32 y a llevar a cabo « en la Iglesia y en el mundo la parte que les corresponde [...] con su em-peño por evangelizar y santificar a los hom-
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bres». En esta misma línea, tiene gran impor-tancia para la comunión el deber de promo-ver las diversas realidades de asociación, que tanto en sus modalidades más tradicionales como en las más nuevas de los movimientos eclesiales, siguen dando a la Iglesia una vi-veza que es don de Dios constituyendo una auténtica primavera del Espíritu. Conviene ciertamente que, tanto en la Iglesia universal como en las Iglesias particulares, las asocia-ciones y movimientos actúen en plena sinton-ía eclesial y en obediencia a las directrices de los Pastores. Pero es también exigente y pe-rentoria para todos la exhortación del Após-tol: « No extingáis el Espíritu, no despreciéis las profecías, examinadlo todo y quedaos con lo bueno » (1 Ts 5,19-21).”
. Visto que decimos: Basta ya de una catequesis donde la Palabra no es el centro
Con la certeza que nos da la Biblia en Is 55, 10; Jn 1, 1.14;
2 Tim 3, 16-17
Y de los documentos: VD 74b; CT 20; DCG 94; DA 299;
Proponemos:
1. Que se trabaje de una manera pedagógica y progresiva.
2. Que en momentos fuertes especiales de la vida parroquial se hagan celebraciones con la centralidad de la Palabra que ilu-mina y la Eucaristía concluye
3. La lectura orante de la Biblia (Lectio di-vina) que permite tener un encuentro personal con Jesús.
4. Que los catequistas se reúnan a preparar encuentros meditando la Palabra de Dios.
5. Proveer un proyecto de ICP donde la Pa-labra de Dios sea centro y transforme la vida
6. Una catequesis que pone en contacto con
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la Palabra. Que nuestro CATIC inspire un catecismo que exprese la Palabra que se anuncia, se celebra, se vive y se ora.
7. Buscar a Dios en la Palabra a través de una escucha atenta con la certeza de que él escucha las súplicas y responde a las necesidades y, envía su Espíritu divino que como dice Jesús “él les enseñará y les recordará todo”
8. Donde la Palabra deje de ser un recurso, una herramienta, una referencia, una compañera de trabajo, la Palabra que acogida, escuchada, metabolizada, intui-da, guardada, palpada, encarnada…nos devuelva el Espíritu de la Iglesia primiti-va.
. Visto que decimos: Basta ya de una catequesis que no transforma la vida
Con la certeza que nos da la Biblia: Jn 4, 28-29; Hch 8,4.26; Lc 19, 9
Y de los documentos: DA 364; 287
Proponemos:
1. Colaborar con retiros bíblicos
2. Asumir los deberes de bautizados.
3. Que las personas que acompañan los procesos de fe sean aquellos que funden su vida en un encuentro orante con la Pa-labra de Dios
4. Jornada de retiro espiritual
5. Fomentar encuentros para vivenciar la Palabra de Dios
6. Una catequesis que transforme la vida con un anuncio de la comunidad parro-quial para afuera: altares al aire libre uti-lizando todos los medios de comunica-ción existentes y tejer vínculos materna-les
. Visto que decimos: Basta ya de una
Con la certeza que nos da la Biblia: 1 Jn 1,
Proponemos:
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catequesis donde falta el encuentro personal con Jesús en la vida de los catequistas
2-3; Lc 24, 15-17.
Y de los documentos: DCE 1; VD 2; DA 99a; 297; NMA 93; NMI 46;
1. Encuentro personal con Jesús desde la asidua lectura de la Palabra
2. Coordinar actividades con el párroco pa-ra vivenciar una espiritualidad más pro-funda que lleve a los catequistas al en-cuentro personal con Jesús
3. Retiros espirituales y encuentros perso-nales diarios, comunitarios, que dan la fuerza vital para la misión.
4. Que deje de ser una clase, que sea un en-cuentro cristocéntrico partiendo de una experiencia personal.
. Visto que decimos: Basta ya de una catequistas con falta de formación Bíblica
Con la certeza que nos da la Biblia: Mt 7, 21
Y de los documentos: DA 296; DV 25;
Proponemos:
1. Desde las juntas de catequesis “salir al encuentro” de los catequistas y de sus párrocos, ofreciendo equipos de forma-ción en espiritualidad, oración y metodo-logía (en trabajo conjunto y participativo con los respectivos sacerdotes de comu-nidades) colaborando así en la formación y acompañamiento de los catequistas. Equipos con dos características: que sean equipos varios, diversos e itinerantes y fundamentados en la Palabra.
2. Creación de un curso para la formación bíblica por internet para los catequistas y su difusión a nivel nacional. Tiene que incluir dos aspectos: formación personal y que acompañe y facilite su tarea
3. Propagar los subsidios de Formación bíblica que recibimos
4. Dentro de cada grupo parroquial ten-ga la Palabra un momento de reflexión
. Visto que decimos: Basta ya con la
Con la certeza que nos da la Biblia: Heb 10,
Proponemos:
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inexistencia de una catequesis per-manente en la comunidades parro-quiales, de un ICP
23-25; Is 61, 1-3; Rm 1, 16-17.
Y de los documentos: DA 298; JEP 61;
. Visto que decimos: Basta ya de ca-tequistas con esquemas antiguos, con temor a salir de los libros
Con la certeza que nos da la Biblia: Lc 18, 20-22;
Y de los documentos: DA 299
Y de otros: Scala: Mesas de trabajo pág 88
Proponemos:
. Visto que decimos: Basta ya de falta de tiempo/compromiso de los sacer-dotes en la formación y en el acom-pañamiento de los catequistas
Con la certeza que nos da la Biblia: Jn 10, 1-21; Lc 24, 13; Hch 8, 26
Y de los documentos: LG 28; JEP 138; EN 68;
Proponemos:
1. Incorporar en el plan de estudios de los seminarios del país algunos contenidos que ayuden a los futuros pastores a pro-fundizar junto al Espíritu, la estrecha re-lación de ésta con la catequesis y propi-ciar espacios que permitan reflexionar acerca de la necesidad de acompañar los procesos de un ICP
2. Que los seminarios intensifiquen la for-mación catequística de los sacerdotes
. Visto que decimos: Basta ya de cate-quistas que trabajan solos y sin el acompañamiento comunitario
Con la certeza que nos da la Biblia: Hch 4, 32-35; 1 Co 12, 12-13;
Y de los documentos: GS 12; EN 60; Li-neamiento y Orientaciones para la catequesis de IC 40;
Proponemos:
1. Promover la lectura orante de forma co-munitaria ya que este compartir promue-ve la vida en comunidad, mejorando el encuentro no sólo con Jesús, sino tam-bién con el hermano
2. Utilización de métodos y técnicas que ayuden a la integración
3. Crear instancias donde se encuentren con Jesús, Palabra de Dios y puedan rezar en pequeños grupos, mediante Lectio Divi-na y así descubran la riqueza de la Pala-bra compartida en comunidad, buscando juntos el mensaje del Padre para el hoy, en nuestra realidad concreta. La invita-ción debe llegar a través de hermanos
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que hayan tenido esta experiencia.
. Visto que decimos: Basta ya de cate-quistas que no quieren trabajar en equipo
Con la certeza que nos da la Biblia: Jn 15, 5; Hch 2, 42-47;
Y de los documentos: DP 214; DA 156
Proponemos:
1. Frecuentes celebraciones de la Palabra donde con los signos vividos y compar-tidos nos impregnamos de su amor, para transmitir a todos los integrantes.
2. Renovar las formas autoritarias de impa-ciencia de obligaciones, donde no se res-peta la pedagogía de Jesús que es amor y misericordia, buscando caminos de escu-cha, de búsqueda, de modos creativos, atendiendo las nuevas necesidades del mundo actual
3. Una catequesis que sea parte de un pro-yecto pastoral en el que considere que la comunidad es quien evangeliza
. Visto que decimos: Basta ya de la falta de compromiso de la comuni-dad parroquial en relación a apoyar y sostener a sus catequistas
Con la certeza que nos da la Biblia: Col 3, 13-14;
Y de los documentos: DA 172; 296
Proponemos:
Que exista una pastoral orgánica con líneas pastorales que reflejen y respondan a las necesidades de las comunidades y que sean llevada a las prácticas
. Visto que decimos: Basta ya la exis-tencia de catequesis para adultos pe-ro sin un proyecto permanente como itinerario a nivel parroquial
Con la certeza que nos da la Biblia: Mt 7, 24-27; 23, 23-24;
Y de los documentos: DA 3; CT 43; Linea-mientos y Orientaciones para la renovación de la catequesis de la IC 58
Proponemos:
. Visto que decimos: Basta ya de falta de preparación para sostener proce-sos
Con la certeza que nos da la Biblia: Mt 7, 24;
Y de los documentos: DA 298;
Proponemos:
. Visto que decimos: es un tesoro la conciencia de la necesidad de que el pueblo de Dios se alimente de la Pa-labra de Dios
Con la certeza que nos da la Biblia: Mt 4, 4; Dt 8, 3; Sal 78, 3-6;
Y de los documentos: VD 72; EN 22
Y de Otros: San Jerónimo, Com. In Is, Prol.;
Proponemos:
1. Propiciar, aportar y contribuir desde nuestro ministerio a que todo el itinerario catequístico se desarrolle a partir del
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PL 24, 17
contenido bíblico, con una impronta profética: escucha de la Palabra de Dios e interpretación de su mensaje para el pueblo en el aquí y ahora de la historia. Sabiendo que siempre es historia de sal-vación.
2. Formar con los niños de catequesis pe-queños círculos bíblicos
3. Incluir en la pastoral orgánica a los círculos bíblicos
4. Formar pequeñas comunidades que se reúnan en torno a la Palabra de Dios, la conozcan y la interioricen, nutriendo e iluminando las realidades que les toca vivir para acompañarse y sostenerse mu-tuamente.
5. Convidando, buscando, proponiendo, seduciendo con espacios donde la Pala-bra sea el centro (no sólo como lugar, gesto o rito vacío) sino desde donde se sueñe todo el andar parroquial, los en-cuentros, las actividades, con los modos, los criterios, al mejor estilo de nuestro Dios.
. Visto que decimos: es un tesoro los catequistas comprometidos que con alegría transmiten la buena noticia a los demás
Con la certeza que nos da la Biblia: Lc 1, 46; 1 Co 1, 25; 1 Co 1, 17; Flp 4, 4
Y de los documentos: DA 17-18
Proponemos:
1. Vivir según la Palabra de Dios y conta-giar la alegría de un Cristo que nos habla en las Escrituras
. Visto que decimos: es un tesoro los catequistas que llevan una vida de fe y de compromiso insertos en activi-dades pastorales con vida comunita-ria
Con la certeza que nos da la Biblia: Hch 2, 42-47; Jn 17, 21; Lc 11, 28
Y de los documentos: CT 9; DA 356; 155;
Proponemos:
1. Revalorizar el “templo doméstico” (casa, barrio, colegio) como comunidad ecle-sial, fuente, y camino humilde de una es-piritualidad sana, creativa, liberadora y generadora de esperanza en torno a la pa-
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labra confrontada con la realidad
. Visto que decimos: es un tesoro la creciente conciencia de la centralidad de la Palabra en la catequesis de los mismos catequistas y en sus guías y en su comunidad
Con la certeza que nos da la Biblia: Lc 5, 1;
Y de los documentos: DV 25
Proponemos:
. Visto que decimos: es un tesoro el gran entusiasmo de los catequistas por dar sus tiempos y talentos al ser-vicio de la formación de los cristia-nos
Con la certeza que nos da la Biblia: Lc 24, 32
Y de los documentos: DP 9; DP 10; CT 66
Proponemos:
. Visto que decimos: es un tesoro los retiros espirituales y momentos de encuentros con Jesús que refuerza la espiritualidad de los catequistas
Con la certeza que nos da la Biblia: Lc 6, 45; Mc 9, 2-3
Y de los documentos: DA 365;
Proponemos:
. Visto que decimos: es un tesoro el fuerte deseo constantemente expre-sado de una formación permanente por parte de los catequistas
Con la certeza que nos da la Biblia: Jn 8, 31-32
Y de los documentos: DA 279
Proponemos:
1. Organizar proyectos de formación de catequistas de acuerdo a la realidad de cada diócesis.
2. Que la disponibilidad y deseo sea co-rrespondido y se busque favorecer la profundización en el conocimiento de la Sagrada Escritura
. Visto que decimos: es un tesoro el crecimiento de una catequesis más vivencial y humanizada
Con la certeza que nos da la Biblia: Jn 4, 1-45; 1 Jn 4, 8
Y de los documentos: Lineamientos para una catequesis permanente 63; DA 299; EN 18
Proponemos:
. Visto que decimos: es un tesoro la accesibilidad de la Palabra de Dios para todos
Con la certeza que nos da la Biblia: Lc 10, 38-42
Y de los documentos: DV 22
Y de otros: Scala, Jaime Castillo “la anima-ción bíblica de la Pastoral” pág 93; Scala, aportes de las mesas de trabajo, pág 87
Proponemos:
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. Visto que decimos: es un tesoro la búsqueda y el deseo de los catequis-tas para acercarse más a la Palabra de Dios, especialmente realizando cur-sos en forma directa o por internet
Con la certeza que nos da la Biblia: Jn 4, 29-30; Am 8, 11
Y de los documentos: DA 3;
Proponemos:
1. La búsqueda de una metodología que ayude a la conversión, por ejemplo, en-cuentros bíblicos, talleres, lectura orante.
. Visto que decimos: es un tesoro el creciente reconocimiento de la pasto-ral bíblica y la animación bíblica de la pastoral en las diócesis de la Ar-gentina que permiten que la cateque-sis se nutra progresivamente de la Palabra de Dios
Con la certeza que nos da la Biblia: Is 55, 10-11
Y de los documentos: DV 21; DV 25; DV 26
Proponemos:
1. Una comunicación más fluida, compro-metida y cercana en cuanto al acompa-ñamiento a la formación bíblica desde la animación pastoral nacional hacia los ámbitos parroquiales teniendo en cuenta la realidad y cultura de cada zona.
. Visto que decimos: es un tesoro la disponibilidad de tiempo para for-marse y formar
Con la certeza que nos da la Biblia: Is 50, 4-5; Lc 1, 26;
1 Sa 18
Y de los documentos: EN 44; Lineamientos para una catequesis permanente 63-64; EN 82
Y de otros: SENAC 58; 60
Proponemos:
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COMISION 12: ICP e Itinerario Litúrgico
37. Vemos que existe una catequesis escolarizada, sin tiempos litúrgicos, que no se centra en la Eucaristía dominical,
Con la certeza que la catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral y por tanto, se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el com-promiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás (DA 299);
Proponemos: recrear el catecumenado y discipulado como una experiencia para conocer, seguir, amar e imitar a Jesús y valorando la li-turgia como lugar de catequesis permanente, un itinerario catequístico que acompañe los tiempos litúrgicos.
38. Visto que muchos catequistas no tienen formación litúrgica;
Con la certeza que la catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral y por tanto se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el com-promiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás (DA 299);
Proponemos que los catequistas volvamos al primer amor viviendo en intimidad con Cristo en una actitud de continua imitación, formándose en la catequesis y en la liturgia (la lectio divina, la liturgia de las horas, talleres bíblicos y la formación litúrgica kerygmáti-ca), compartiendo la celebración del Misterio Pascual en la comunidad y bebiendo de la fuente principal: la Palabra y la Eucaristía para ser verdaderos discípulos misioneros.
Visto que encontramos una dicotomía entre catequesis vivas y liturgias rígidas, sin fiesta; con la certeza que el trabajo coordinado entre el grupo de catequesis y liturgia, para que los ritos resplandezcan con noble sencillez. (SC 34); proponemos insistir en el centro, el eje que es Jesús, explicando los signos antes de realizar, con la citas bíblicas, para que los que participan en la celebra-ción lleguen a saborear el encuentro con el Señor.
Visto que encontramos una dicotomía entre catequesis vivas y liturgias rígidas, sin fiesta; con la certeza que el trabajo coordinado entre el grupo de catequesis y liturgia, para que los ritos resplandezcan con noble sencillez. (SC 34); proponemos que todas las celebraciones sean kerygmaticas, dejando resonar el sentido profundo del mensaje del Maestro.
Visto que encontramos una dicotomía entre catequesis vivas y liturgias rígidas, sin fiesta; con la certeza que el trabajo coordinado entre el grupo de catequesis y liturgia, para que los ritos resplandezcan con noble sencillez. (SC 34); proponemos que haya un trabajo coordinado entre el grupo de catequistas y liturgia
Visto que encontramos una dicotomía entre catequesis vivas y liturgias rígidas, sin fiesta; con la certeza que la catequesis no pue-de limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha
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de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás. (DA 299); proponemos que los catequistas procuren introducir en la “iniciación litúrgica” desde la catequesis.
Visto que encontramos una dicotomía entre catequesis vivas y liturgias rígidas, sin fiesta; con la certeza que "La santa Madre Iglesia considera que es su deber celebrar la obra de salvación de su divino Esposo con un sagrado recuerdo, en días determina-dos a través del año. Cada semana, en el día que llamó 'del Señor', conmemora su resurrección, que una vez al año celebra tam-bién, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua. Además, en el círculo del año desarrolla todo el misterio de Cristo. Al conmemorar así los misterios de la redención, abre la riqueza de las virtudes y de los méritos de su Señor, de modo que se los hace presentes en cierto modo, durante todo tiempo, a los fieles para que los alcancen y se llenen de la gracia de la sal-vación" (SC 102) proponemos una catequesis que acompañe el calendario litúrgico, realizando las celebraciones fuera de los sa-lones, sin calificar los trabajos
Visto que vemos una catequesis escolarizada, sin tiempos litúrgicos, que no se centra en la eucaristía dominical, con la certeza que reconocemos las siguientes relaciones entre catequesis y liturgia:
La catequesis como preparación para la vida litúrgica;
La liturgia como catequesis en acto;
La liturgia como fuente de la catequesis.
(Sartore, “Liturgia y catequesis”)
Proponemos que respete los tiempos fuertes de la liturgia con lenguajes propios de la catequesis.
Visto que vemos una catequesis escolarizada, sin tiempos litúrgicos, que no se centra en la eucaristía dominical, con la certeza que la catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comu-nitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás. (DA 299); proponemos recrear al catecumenado y discipulado como una experiencia para conocer, seguir, amar e imitar a Jesús.-
Visto que vemos una catequesis escolarizada, sin tiempos litúrgicos, que no se centra en la eucaristía dominical, con la certeza de que la Liturgia, obra de Cristo, es también una acción de su Iglesia; la manifiesta como signo visible de la comunión entre Dios y de los hombres. Implica una participación "consciente, activa y fructífera" de todos (SC 11); proponemos una Formación litúrgi-ca de los catequistas como requisito para la formación liturgia de los catequizandos en clave mistagógica para facilitar la partici-pación plena, consciente y activa de los bautizados en las celebraciones.
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Visto que vemos una catequesis escolarizada, sin tiempos litúrgicos, que no se centra en la eucaristía dominical; con la certeza que la catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comu-nitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás. (DA 299); proponemos que a ejemplo de los discípulos de Emaús, los catequistas lleven al encuentren con Cristo y a reconocerlo en la Eucaristía.
Visto que vemos una catequesis escolarizada, sin tiempos litúrgicos, que no se centra en la eucaristía dominical; con la certeza que la catequesis litúrgica pretende introducir en el Misterio de Cristo (es "mistagogia"), procediendo de lo visible a lo invisible, del signo a lo significado, de los "sacramentos" a los "misterios". (CATIC 1075); proponemos valorar la liturgia como lugar de catequesis permanente (sobre todo en la homilía).
Visto que frecuentemente descubrimos una catequesis que no vive en comunión con la pastoral misionera y la oración, nunca lo-grará “iniciar en la vida cristiana”; con la certeza que la catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás. (DA 299); proponemos que cada grupo de catequesis de acuerdo a la edad, lugar, cultura contemple una actividad misio-nera haciendo pequeños sacrificios para prestar ayuda al prójimo.-
Visto que frecuentemente descubrimos una catequesis que no vive en comunión con la pastoral misionera y la oración, nunca lo-grará “iniciar en la vida cristiana”; con la certeza que la catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás. (DA 299); proponemos propiciar momentos de oración
Visto que frecuentemente descubrimos una catequesis que no vive en comunión con la pastoral misionera y la oración, nunca lo-grará “iniciar en la vida cristiana”; con la certeza que la catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás. (DA 299); proponemos que el catequista vuelva al primer Amor; viviendo en intimidad con Cristo en una actitud de con-tinua iniciación, formándose en la catequesis y la liturgia, compartiendo la celebración y bebiendo de la fuente principal: Palabra y Eucaristía para ser verdaderos discípulos misioneros.
Visto que frecuentemente descubrimos una catequesis que no vive en comunión con la pastoral misionera y la oración, nunca lo-grará “iniciar en la vida cristiana”; con la certeza que la Liturgia, obra de Cristo, es también una acción de su Iglesia; la mani-
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fiesta como signo visible de la comunión entre Dios y de los hombres. Implica una participación "consciente, activa y fructífera" de todos (SC 11); proponemos que en el diálogo y la escucha lograr la unidad criterios y de objetivos a nivel diocesano / parro-quial que posibilite la IC y el ICP.
Visto que muchos catequistas no tienen formación litúrgica; con la certeza que la catequesis debe partir de la vida, de la situa-ción concreta, iluminarla con la Palabra de Dios y la liturgia, y volver a la vida y que es necesario que el catequista tenga una formación no meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral fundada en un conocimiento serio del significado de los sacramentos desterrar los catequistas individualista, que no cobra vida en la práctica sacramental (DCG 234); proponemos propiciar la lectio divina, la liturgia de las horas, talleres bíblicos y formación litúrgica kerygmatica pa-ra los catequistas.
Visto que muchos catequistas no tienen formación litúrgica; con la certeza que la catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el compromiso apostólico mediante un per-manente servicio a los demás. (DA 299); proponemos que el catequista vuelva al primer Amor; viviendo en intimidad con Cristo en una actitud de continua iniciación, formándose en la catequesis y la liturgia, compartiendo la celebración y bebiendo de la fuente principal: Palabra y Eucaristía para ser verdaderos discípulos misioneros.
Visto que muchos catequistas no tienen formación litúrgica; con la certeza que la Liturgia, obra de Cristo, es también una acción de su Iglesia; la manifiesta como signo visible de la comunión entre Dios y de los hombres. Implica una participación "conscien-te, activa y fructífera" de todos (SC 11); proponemos que en el diálogo y la escucha se logre la unidad de criterios y de objetivos a nivel diocesano / parroquial que posibilite la IC y el ICP.
Visto que muchos catequistas no tienen formación litúrgica; con la certeza que la Liturgia, obra de Cristo, es también una acción de su Iglesia; la manifiesta como signo visible de la comunión entre Dios y de los hombres. Implica una participación "conscien-te, activa y fructífera" de todos (SC 11); proponemos pensar, y desarrollar el ICP como acompañamiento, apoyo y discernimiento de carismas y vocaciones al servicio de la Iglesia y de la sociedad.
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Comisión 13: ICP y el catequista acompañante y su formación
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 39. A) Viendo que por urgencias pasto-rales carencias formativas, vacíos pasto-rales o errores de comprensión del minis-terio del catequista muchas veces nos encontramos con catequistas no evange-lizados. Viendo que :.en la formación del Cateq no siempre se tiene en cuenta la dimensión dis-cipular y apostólica Con la certeza que D.A. 289 completo nos invitan a vivir un proceso de IC y a un encuentro personal con Jesús. DCG 234 Con la certeza que lo que hemos visto, oído y palpado sobre el Dios de la vida les anun-ciamos, Proponemos: . Que para tener catequistas acompa-ñantes formados y con coraje para llevar adelante el ICP, vemos la ne-cesidad urgente de una formación con estilo catecumenal, gradual, inte-gral y permanente dentro de una pastoral orgánica. Proponemos: . Profundizar la formación bíblica y la lectura orante para crecer en la dimensión discípulos misioneros. 40. B) -Viendo que decimos: que no pre-sentamos una eclesiología de comunión propuesta por el Vaticano II, encontra-mos líneas eclesiológicas opuestas y en conflictos ( en Seminarios de formación , movimientos, parroquias) Visto que decimos: el modelo de ca-tequista individualista no responde a la dimensión comunitaria de la fe Con la certeza que el catequista debe ser dócil al Espíritu de Dios ( Hch 8,26) Con la certeza que nos descubrimos Llamados a renovar en la espiritualidad de comunión como dice JPII en NMI 43; y los obispos en DA 371) Proponemos: . Que la formación de catequistas ilu-mine y posibilite un discernimiento crítico y libre a la luz del Evangelio Proponemos: . Que los planes formativos de los ca-tequistas se construyan en plena sin-tonía con la espiritualidad de co-munión y con los planes pastorales diocesanos y/o parroquiales. . Que en los seminarios para la for-mación del sacerdote se revisen y profundicen los planes catequísticos pastorales 41. C) Que no hay discernimiento co-munitario de la vocación catequística; se Con la certeza que el ICP es una opción comunitaria, debe haber un discernimiento . Proponemos: . Profundizar la conciencia de perte-
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supone, se improvisa y se convoca irresponsablemente serio y responsable de los carismas presentes en la comunidad; ya que a tal catequista, tal Iglesia ICP es una opción comunitaria nencia a la comunidad para que toda ella se haga responsable del discer-nimiento y formación de los catequis-tas. . Profundizar la conciencia de Eclesia-lidad en los catequistas para no rom-per la unidad y ser piedra de escán-dalo.
13.A
. Que por urgencias pastorales caren-cias formativas , vacíos pastorales o errores de comprensión del ministerio del catequista muchas veces nos encon-tramos con catequistas no convertidos y es lo que más grave aún no misionados
Con la certeza que
D.A. 289 completo nos invita a vivir un proceso de IC y a un encuentro personal con Jesús.
DCG 234
Proponemos:
1. Que para tener catequistas acompa-ñantes formados y con coraje para llevar adelante el ICP: revisar los planes de es-tudios de los seminarios catequísticos diocesanos provocando un encuentro, fortaleciéndolos en su misión y lo for-men al estilo de Jesús (doctrinal-bíblica-metodológica- litúrgica)
2. Que en los seminarios donde se for-man los sacerdotes se incluya la forma-ción catequística.
. Hay catequistas que trabajan aislados y no se sienten comunidad
Con la certeza que nos da NMI 43; DA 307-310; DCG 219
Proponemos:
7. Que las parroquias sean lugar privi-legiado donde los fieles se formen en la fe y la caridad en la que mutuamente se acompañen y ayuden en el seguimiento de Cristo.
8. Que las comunidades ayuden en el discernimiento vocacional.
13.B
. Faltan catequistas apasionados que provoquen el encuentro y con una vida coherente con la fe que profesan
. Sabemos que nos asiste el Espíritu de
Con la certeza que seamos testigos va-lientes y fervorosos que sean evangeli-zadores convencidos y entusiasta y por sobre todo discípulos testigos con una
Proponemos :
Crear centros formativos parroquiales y diocesanos que pongan el acento en la formación permanente privilegiando su
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Dios Que por urgencias pastorales ca-rencias formativas , vacíos pastorales o errores de comprensión del ministerio del catequista muchas veces nos encon-tramos con catequistas no convertidos y es lo que más grave aún no misionados
. Hay catequistas que trabajan aisla-dos y no se sienten comunidad y que hay comunidades inmaduras y expulsivas. La celebración y la liturgia, alegría del en-cuentro con Jesús.
. Hay comunidades donde Cristo está presente.
. Hay catequistas que no respetan pro-cesos y que no descubren los signos de los tiempos, además con una mentalidad estructurada…
vida impregnada por el Espíritu.
La Palabra de Dios, brújula y centro para el ICP y Cat. Acomp. Y su Form. Como con los discípulos de Emaus, Felipe; la samaritana, la elección de Matías, Je-remías en el taller del alfarero
El ICP es la opción comunitaria. Es la comunidad que anuncia, recibe, acom-paña y celebra.
Intuimos, percibimos que el catequista acompañante del ICP necesita una for-mación permanente.
ser desde la concepción.
Que es necesario el discernimiento voca-cional- la apertura al Espíritu Santo y la conversión abrazando la pedagogía de Jesús, encarnándolo en su propia vida que privilegian formar comunidades pe-queñas que contagien, que atraigan a se-guir el camino, comunidades personali-zantes que vayan hacia la flia. , propo-niendo valores, construyendo comunida-des de comunidades …
13- C
. No presentamos una eclesiología post Vaticano II, encontramos líneas eclesiológicas opuestas y en conflicto
(Seminarios de Form, movimientos, pa-rroquias)
El catequista debe ser dócil al espíritu de Dios (Hch 8,26)
. Que la formación de catequistas ilu-minen y posibiliten un discernimiento crítico a la luz del Evangelio para que pueda optar por los espacios que le den más vida y libertad.
. Que no hay discernimiento comunita-rio de la vocación catequística; se “su-pone”, se improvisa, se convoca irres-ponsablemente
Que debe haber un discernimiento serio y responsable de los carismas presente en la comunidad, ya que a tal catequista tal Iglesia…
. Profundizar la conciencia de perte-nencia a la comunidad para que toda ella se haga responsable del discernimiento y formación de los catequistas.
. Que nuestra predicación responde a preguntas que nadie se hace y que el mundo en lugar de ser objeto de diálogo es de temor.
Que el Evangelio responde a todos los interrogantes del ser humano; que el mundo nos da una enorme posibilidad de presencia evangélica.
. Avanzar sin miedos en el mundo de la ciencia y la técnica ofreciendo las propuestas alternativas del evangelio
. En la formación del Catequista no
“Lo que hemos visto, oído, y palpado sobre el Dios de la Vida les anunciamos”
. Profundizar la formación bíblica y
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siempre se tiene en cuenta la dimensión discipular y apostólica
(1Jn 1,1)
lectura orante para crecer en la dimen-sión discipular apostólica.
. Carecemos de una conciencia plena de pertenencia eclesial
Tenemos que ser “uno para que el mun-do crea” (Jn 17,23)
. Profundizar la conciencia de Eclesia-lidad en los catequistas para no romper la unidad y ser piedra de escándolo.
13- D
. Las urgencias pastorales
El catequista descubre y desarrolla su vocación sólo desde el encuentro con Cristo (DA 243)
. La necesidad urgente de una forma-ción con estilo catecumenal, gradual, in-tegral y permanente.
. Los catequistas están sujetos a es-quemas que no responden a las necesi-dades de su interlocutor.
Que el espíritu nos invita a caminar junto a… (Hch 8,29 ss)
. Que el catequista conozca y haga vi-da la en pedagogía de Jesús que se acer-ca, va al encuentro, acompaña, escucha y anuncia.
. El modelo de catequista individualis-ta no responde a la dimensión comunita-ria de la fe.
. Aún percibimos comunidades inma-duras y expulsivas
De que nos descubrimos llamados a re-novar en la espiritualidad de comunión (NMI 43; DA 371)
La llamada a una conversión comunitaria y pastoral
. Que los planes formativos de los ca-tequistas se construyan en plena sintonía con la misma (espiritualidad de comu-nión) y con los planes pastorales dioce-sanos y/o parroquiales.
. Comunidades convertidas que for-men y animen el desarrollo del ICP para su catequista.
13- E
. Estamos invitados a redescubrir no-sotros y hacer redescubrir a todos el se-guimiento de Cristo.
Con la certeza que nos da la Palabra de Dios del encuentro del Resucitado ( Lc 24,13-35; Hch 8, 6-40, Jn 4,1-45)
Proponemos realizar una pastoral comu-nitaria catequística, orgánica, con itine-rario gradual que respete los procesos y los tiempos de las personas.
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Comisión 14 – ICP y Doctrinal Social de la Iglesia
QUERIDOS HERMANOS CONGRESISTAS…
Este CONGRESO HA SIDO UN ACONTECIMIENTO DE GRACIA
Este CONGRESO HA SIDO UNA MANIFESTACIÓN DE TU PASCUA
Este CONGRESO ES UN COMPROMISO PARA CONSAGRAR NUESTRA VIDA PARA EL REINO
… GRACIAS PADRE… GRACIAS JESUS … GRACIAS ESPIRITU
GRACIAS COMUNIÓN TRINITARIA
… POR ESCUCHAR NUESTRA ORACIÓN
COMO CONGRESISTAS, DE UNA COMISIÓN MINOTARIA, QUEREMOS HACER OIR NUESTRA VOZ, EN MEDIO DE TANTAS PROPUESTAS. Y COMO MINORIA QUE SOMOS, DEBEMOS SER AUDACES EN CONTAGIAR EL EN-TUCIASMO QUE NOS EMBARGA, Y QUE NUESTRA PROPUESTA TENGA LA MISMA FUERZA, QUE MUCHAS PROPUESTAS CON DIVERSIDAD DE EXPRESIÓN, COMO LAS ESCUCHADAS.-
A NOSOTROS NOS TOCA SOLAMENTE UNA PROPOSICIÓN, Y POR ELLO, NOS HEMOS PERMITDO DOS LICENCIAS:
1- LA PRIMER LICENCIA O PRIMER PERMISO, ES QUE NUESTRA PROPUESTA NO SOLAMENTE LA VAN A ESCUCHAR SINO QUE LA VER.
Y PARA ELLO, HEMOS ELEGIDO UN SIMBOLO QUE NOS ACOMPAÑO DESDE EL PRIMER MOMENTO. QUE FUE CEN-TRAL EN NUESTRA COMISIÓN, PORQUE ESTABA EN EL MEDIO, RODEANDO A LA PALABRA, COMO QUE-RIENDO MOSTRARNOS UN CAMINO…
BASTA YA 42. Del desconocimiento y Falta de Compromiso con la DSI de Obispos, Sacerdotes, Catequistas y Agen-tes Pastorales. PROPONEMOS Reconocer la DSI como prioridad pastoral. Impulsar su conoci-miento y promover su efectiva aplicación en el ICP para que nues-tros Pastores, Catequistas y demás Agentes de Pastoral, puedan vivirla en comunión y misión, con un lenguaje adecuado a las di-versas realidades, con proyección social.
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Y ESTE OBJETO… ES EL MATE… TAN SENCILLO Y TAN PARTE DE NUESTRO PUEBLO… ESPECIALMENTE EL MAS POBRE.
Y USTEDES CONGRESISTAS SE DIRAN… QUE TIENE QUE VER EL MATE CON LA DOCTRINA SOCIAL…
EL MATE … ES MUCHAS VECES EL UNICO ALIMENTO DE NUESTRO PUEBLO.-
EL MATE… ES LA REUNIÓN OBLIGADA DEL INICIO O EL TERMINAR DEL DIA…
EL MATE… ES COMPAÑÍA …ENCUENTRO Y ENTREGA…
EL MATE… QUITA LA SED DEL HOMBRE TRABAJADOR..
EL MATE… ES ALEGRIA Y COMPARTIR …
EL MATE … ES DIGNIDAD Y HONOR… PARA EL HUESPED MAS HUMILDE Y AUN EL MAS DISTINGUIDO
EL MATE … ES LENGUAJE SENCILLO …SIMPLE Y DIRECTO
SE DA DE MANO EN MANO… NO SE PUEDE ARROJAR DESDE LEJOS ... TIENE QUE SER ENTREGADO DE CERQUITA.
TIENE QUE SE ESPUMOSO… TIENE QUE SER FRATERNO.
NO BASTA SABER PREPARAR EL MATE … HAY QUE HACERLO Y COMPARTIRLO, PARA QUE LA SONRISA SE DIBUJE EN LA CARA…
Y USTEDES SE DIRAN… QUE TIENE QUE VER ESTO CON LA DOCTRINA SOCIAL …
MUCHAS VECES SABEMOS PREPARAR EL MATE … PERO POR LOS LIBROS … CUANTO NOS CUESTA SEÑOR… PRE-PARARTE UN RICO MATE … QUE PODAMOS COMPARTIR CON NUESTRO PUEBLO…
AHORA VIENE LA PROPUESTA…
HERMANOS CONGRESISTAS …
LA DOCTRINA SOCIAL ES TAN SIMPLE COMO EL MATE…
CATEQUISTAS… COMO NOS DECIA MONSEÑOR ANGELELLI…
CON UN OIDO EN EVANGELIO Y EL OTRO OIDO EN EL PUEBLO …
TAN SIMPLE COMO EL MATE….
LA SEGUNDA LICENCIA O SEGUNDO PERMISO QUE NOS HEMOS TOMADO
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ES QUE ESTE MATE QUE HEMOS COMPARTIDO EN NUESTRA COMISIÓN DESDE QUE DIMOS INICIO AL CONGRE-SO… SE LO VAMOS A ENTREGAR A MONSEÑOR CELSO MORGA IRUZUVBIETA .. PARA QUE CUANDO ESTE CON SU SANTIDAD BENEDICTO XVI … LE INVITE Y LE CUENTE QUE ES UN ANHELO DE LOS CATEQUIS-TAS DE ARGENTINA, QUE EN NUESTRA IGLESIA QUIERE NO SOLO CONOCER, SINO COMPROMETERSE CON NUESTRO PUEBLO… ESPECIALMENTE EL MAS HUMILDE, PARA LLEVAR LA DOCTRINA SOCIAL EN UN LENGUAJE SENCILLO Y FRATERNO…
TAN SENCILLO… COMO EL MATE, EN UN NUEVO PENTECOSTES.-
DESDE LA SITUACIÒN
DESDE LA ILUMINACIÒN
DESDE LOS ANHELOS
VISTO QUE…
SIGNOS DE LOS TIEMPOS – 1 LUCES
1- La importancia de la familia como célula de la sociedad, capaz de comprometerse con los valores y con la Sociedad.-
CON LA CERTEZA QUE…
TESORO – IMAGEN DE LA TRINIDAD – MODELO DE INICIACIÓN – IGLESIA DOMESTICA
PROPONEMOS…
A los obispos, Sacerdotes y Catequistas de America Latina, de realizar un Congreso de Familia. (Padres e hijos) para poder armar lineamientos que nos permitan al resto de los catequistas seguir evangelizando y cate-quizando a las familias modernas; defender los valores morales, con criterios y funda-mentos.-
Revisar el documento Familiaris Consortio
CONVERSIÓN PASTORAL – 3 BASTA YA
3-Del desconocimiento y Falta de Compro-miso con la DSI de Obispos, Sacerdotes, Catequistas y Agentes Pastorales.
Cuidado con el doble discurso.
AP 366. CDSI 11
La realización de Encuentros Regionales frecuentes y gradual de Catequistas, desarro-llando la formación en DSI.-
Elaborar programas donde estén temas de DSI para niños, adolescentes y jóvenes.
Desde la Junta ofrecer talleres de formación para catequistas sobre DSI.
Dentro de las bibliotecas de Catequistas de la parroquias esten los documentos de DSI.
CAMUNIDADES – LUCES
3- La Misión como herramienta de evangeli-zación
Acción privilegiada y primordial. Imitar a Jesús y copiar sus actitudes.
AP.170-28-29. CATIC173
Abrirse y actuar en conjunto con las demás instituciones civiles de ayuda para el bien común.
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SIGNO DE LOS TIEMPOS – LUZ 2
El esfuerzo de la Pastoral Social, para cons-truir CIUDADANOS comprometidos.
La acción desarrollada por la Iglesia, fijando los principios de Dignidad Humana, Bien Común, Subsidiaridad, Participación, Solida-ridad y Justicia.
D.S.I 189, 147.
G.S 50, 29.
Aparecida 99 (f)
Una catequesis creible que anuncie el evan-gelio con lenguaje popular, denuncie con valentía las injusticias sociales y renuncie a estructuras que no funcionen.-
SIGNO DE LOS TIEMPOS – BASTA YA 2
El relativismo, la sociedad de consumo, la indiferencia social y falta de respuestas ade-cuadas a los nuevos desafíos.-
D.S.I 464,465.
Aparecida 357
Una catequesis con espiritualidad de comu-nión que viva la realidad y de respuestas concretas a los nuevos desafíos.-
CONVERSION PASTORAL – LUZ 1
Los Sacramentos como camino de GRACIA, comunicación de DIOS con el HOMBRE e invitación en Cristo a la Comunión Trinita-ria.
Cristo nos invita a un PROCESO DE CON-VERSIÓN.
C.V 54.
S.C 7.
N.M.A 50, 54, 73, 74.
Una catequesis que forme cristianos en la oración, la eucaristía, la vida comunitaria y el compromiso-Servicio.-
CONVERSIÒN PASTORAL – BASTA YA 3
Del desconocimiento y Falta de Compromiso con la DSI de Obispos, Sacerdotes, Cate-quistas y Agentes Pastorales.
Cuidado con el doble discurso.
AP 366. CDSI 11
Apertura hacia la formación permanente de los Agentes de Pastoral, que incluya los con-tenidos de la DSI para conocer y actuar en los distintos ámbitos sociales a través de un proyecto pastoral que se abstenga “ del do-ble discurso”.
NUEVA CATEQUESIS – NUEVO CATE-QUSITA – LUCES 3
Los centros de formación y difusión incorpo-rando nuevas formas de impulsar la difusión de la catequesis y la DSI.-
CONOCIMIENTO. FIDELIDAD
AP 99 a
DSI 528
CFL 60
El aumento y la mejora de las instancias formativas, de orden sistemático y no for-mal, que estén al alcance de todo miembro de la sociedad.
SIGNO DE LOS TIEMPOS – LUCES 1
- La importancia de la familia como célula de la sociedad, capaz de comprometerse con los valores y con la Sociedad.-
Tesoro de nuestro Pueblo, Imagen de la Tri-nidad y Vital de nuestro pueblo. Modelo de Iniciación en la Vida Social. Modelo de Ini-ciación Cristiana Domestico.
Gn. 1, 28
c.ic 2207
Revalorizar la Catequesis Familiar, adaptan-do su metodología a estos tiempos; porque entendemos que es el primer ambito donde se educa desde la fe para la vida. Se transmi-te los valores y se enseña el bien común.-
87
D.S.I 14-147- Dignidad de la mujer. J. P II
Aparecida 432-436.
NUEVA CATEQUESIS - LUCES 2
El rol asignado por el Magisterio a los Cate-quistas.
DELEGADOS DE LA PALABRA POR EL BAUTISMO
AP 211
Definir un perfil de catequistas donde la formación sea un requisito indispensable, incluida la DSI.-
CONVERSION PASTORAL – BASTA YA 3
Del desconocimiento y Falta de Compromiso con la DSI de Obispos, Sacerdotes, Cate-quistas y Agentes Pastorales.
Cuidado con el doble discurso.
AP 366. CDSI 11
Revisar que catequistas tenemos.
CONVERSIÓN PASTORAL – BASTA YA 3
Del desconocimiento y Falta de Compromiso con la DSI de Obispos, Sacerdotes, Cate-quistas y Agentes Pastorales.
Cuidado con el doble discurso.
AP 366. CDSI 11
Talleres de estudio, formación seminarios de catequesis para los catequistas que se ini-cian, con los sacerdotes que acompañen este proceso y así puedan vivir con firmeza y sin temor los principios de la verdad cristiana enseñados por el magisterio de la iglesia.-
NUEVA CATEQUESIS - NC – BASTA YA 3
De Sacerdotes que, como primeros catequis-tas, no asumen la conducción de la cateque-sis y reducen su ministerio a impartir sacra-mentos.-
AP 296
Que la formación catequética de los semina-ristas comience a partir del primer año de formación.
SIGNO DE LOS TIEMPOS – BASTA YA 3
Desconocimiento de la Doctrina Social en la propia Iglesia.-
Fe y Razón dualidad inseparables, destacan-do la Centralidad de Cristo. Es escandaloso frente a una sociedad mayoritariamente de bautizados.-
D.S.I 7, 38, 75.
Incluir la Doctrina Social en la Catequesis interactuando ambas pastorales ( catequesis y Pastoral Social)
COMUNIDADES – BASTA YA 3 y
De un Lenguaje que no se adapte a cada rea-lidad.
NUEVOS CATEQUISTAS – BASTA YA 3
- De Sacerdotes que, como primeros cate-quistas, no asumen la conducción de la cate-
DIALOGO MODERNO
JPEP.38. AP. 480-518
AP 296
Que se transmita el mensaje evangélico de forma sencilla mimetizado a cada realidad, utilizando modos creativos.
88
quesis y reducen su ministerio a impartir sacramentos.-
CONVERSION PASTORAL – BASTA YA 3
- Del desconocimiento y Falta de Compromi-so con la DSI de Obispos, Sacerdotes, Cate-quistas y Agentes Pastorales.
SIGNO DE LOS TIEMPOS – BASTA YA 3
Desconocimiento de la Doctrina Social en la propia Iglesia.-
Cuidado con el doble discurso.
AP 366. CDSI 11
Fe y Razón dualidad inseparables, destacan-do la Centralidad de Cristo. Es escandaloso frente a una sociedad mayoritariamente de bautizados.-
D.S.I 7, 38, 75.
La DSI sea conocida a través de espacios de reflexión y debate, por la iglesia y que com-prometidas con ella, la vivifiquemos y la transmitamos.-
SIGNO DE LOS TIEMPOS – LUCES 1
- La importancia de la familia como célula de la sociedad, capaz de comprometerse con los valores y con la Sociedad.-
Tesoro de nuestro Pueblo, Imagen de la Tri-nidad y Vital de nuestro pueblo. Modelo de Iniciación en la Vida Social. Modelo de Ini-ciación Cristiana Domestico.
Gn. 1, 28
c.ic 2207
D.S.I 14-147- Dignidad de la mujer.
J. P II
Aparecida 432-436.
Reforzar e iniciar la Catequesis Familiar co-mo ámbito para el ICP que acompañe y sos-tenga a la familia.-
SIGNO DE LOS TIEMPOS – BASTA YA 3
- Desconocimiento de la Doctrina Social en la propia Iglesia.-
Fe y Razón dualidad inseparables, destacan-do la Centralidad de Cristo. Es escandaloso frente a una sociedad mayoritariamente de bautizados.-
D.S.I 7, 38, 75.
Preparación y compromiso de los laicos para intervenir en asuntos sociales, y promover la formación y acción de laicos competentes; animarlos a organizarse para defender la vi-da y la familia ( problemáticas sociales).
Promover espacios de una atención a la niñez y adolescencia.-
SIGNO DE LOS TIEMPOS – LUCES 2
El esfuerzo de la Pastoral Social, para cons-truir CIUDADANOS comprometidos.
La acción desarrollada por la Iglesia, fijando los principios de Dignidad Humana, Bien Común, Subsidiaridad, Participación, Solida-ridad y Justicia.
D.S.I 189, 147.
G.S 50, 29.
Una pastoral orgánica y de conjunto, que nos permitan establecer lineamientos claros para abordar la problemática actual, a la luz de DSI.-
89
Aparecida 99 (f)
COMUNIDADES – LUCES 3
La Misión como herramienta de evangeliza-ción.-
Acción privilegiada y primordial. Imitar a Jesús y copiar sus actitudes.
AP.170-28-29. CATIC173
Material catequético de formación con visión hacia la DSI, acordes a la realidad actual, partiendo del modelo Trinitario Cristocentri-co.-
CONVERSIÓN PASTORAL – LUCES 1
1-Los Sacramentos como camino de GRA-CIA, comunicación de DIOS con el HOM-BRE e invitación en Cristo a la Comunión Trinitaria.
Cristo nos invita a un PROCESO DE CON-VERSIÓN.
C.V 54.
S.C 7.
N.M.A 50, 54, 73, 74.
C.T 23.
Volver a afianzar, catequizar y remarcar el sentido salvifico de los sacramentos, que no son un acto social.-
SIGNO DE LOS TIEMPOS – LUCES 2
- El esfuerzo de la Pastoral Social, para cons-truir CIUDADANOS comprometidos.
La acción desarrollada por la Iglesia, fijando los principios de Dignidad Humana, Bien Común, Subsidiaridad, Participación, Solida-ridad y Justicia.
D.S.I 189, 147.
G.S 50, 29.
Aparecida 99 (f)
Incorporar en actividades concretas la fami-lia en su conjunto como primer grupo social, haciéndole participe como tal en su evange-lización tratando que no esté fragmentada.-
NUEVO CATEQUISTA – LUCES 3
Los centros de formación y difusión incorpo-rando nuevas formas de impulsar la difusión de la catequesis y la DSI.-
CONOCIMIENTO. FIDELIDAD
AP 99 a
DSI 528
CFL 60
Que los programas de formación de catequis-tas, incluyan a la DSI como eje transversal porque allí se presentan los principios de reflexión, los criterios de juicio y las accio-nes para promover un humanismo integral y solidario.
SIGNO DE LOS TIEMPOS – SOMBRA 3
Desconocimiento de la Doctrina Social en la propia Iglesia.-
COMUNIDADES – SOMBRA 2
2- Falta de entendimiento de Pastores y Co-munidades, que la DSI es parte del mensaje evangélico.
Fe y Razón dualidad inseparables, destacan-do la Centralidad de Cristo. Es escandaloso frente a una sociedad mayoritariamente de bautizados.-
D.S.I 7, 38, 75.
COMPENDIO DE DSI. 7-11. SOLLICI-TUDO REI SOCIALIS 41 PENULTIMO PARRAFO. AP.193
Presentar distintas instancias de formación a todos los agentes de pastoral sobre DSI, en su historia, contenido y metodología para que ella oriente el análisis y resolución a situaciones concretas.
CONVERSIÓN PASTORAL – BASTA YA
Secularismo del mensaje de muchos cate-
Un estado de misión permanente de todas las
90
2 y
3
De una catequesis que se percibe indiferente e Incoherente con el mensaje evangélico.-
3-Del desconocimiento y Falta de Compro-miso con la DSI de Obispos, Sacerdotes, Catequistas y Agentes Pastorales.
COMUNIDADES BASTA YA 2
Falta de entendimiento de Pastores y Comu-nidades, que la DSI es parte del mensaje evangélico.
quistas.
Aparecida 100 h) LPNE 12, AP 136
CIC 2422.
Cuidado con el doble discurso.
AP 366. CDSI 11
COMPENDIO DE DSI. 7-11. SOLLICI-TUDO REI SOCIALIS 41 PENULTIMO PARRAFO. AP.193
areas pastorales para el conocimiento de nuestra comunidad abocada a la búsqueda del bien común.
SIGNO DE LOS TIEMPOS – LUCES 2
El esfuerzo de la Pastoral Social, para cons-truir CIUDADANOS comprometidos.
BASTA YA 3
Desconocimiento de la Doctrina Social en la propia Iglesia.-
La acción desarrollada por la Iglesia, fijando los principios de Dignidad Humana, Bien Común, Subsidiaridad, Participación, Solida-ridad y Justicia.
D.S.I 189, 147.
G.S 50, 29.
Aparecida 99 (f)
Fe y Razón dualidad inseparables, destacan-do la Centralidad de Cristo. Es escandaloso frente a una sociedad mayoritariamente de bautizados.-
D.S.I 7, 38, 75.
Promover espacios evangelizadores en am-bientes secularizados como Partidos Políti-cos, Sociedades de fomento, grupos juveni-les, para hacer oir la DSI
NUEVO CATEQUESIS – LUCES 3
Los centros de formación y difusión incorpo-rando nuevas formas de impulsar la difusión de la catequesis y la DSI.-
CONOCIMIENTO. FIDELIDAD
AP 99 a
DSI 528
CFL 60
Que los catequistas se interioricen de la im-portancia que tiene la DSI en su formación.-
COMUNIDADES – BASTA YA 2
Falta de entendimiento de Pastores y Comu-nidades, que la DSI es parte del mensaje evangélico.
COMPENDIO DE DSI. 7-11. SOLLICI-TUDO REI SOCIALIS 41 PENULTIMO PARRAFO. AP.193
Necesidad de tener catequistas que se intere-sen por la situación socioeconómico de las familias, realizando censos utilizando los momentos litúrgico fuertes de la iglesia, pa-
91
ra luego, utilizarlo con las otras instituciones de respuesta social.-
SIGNO DE LOS TIEMPOS LUCES 3
La realidad nos interpela y hay ganas de cambio.
Aparecida 22. E.N Pablo VI.
Aparecida 400.
No tener miedo al cambio y salir de nuestras seguridades. Salir del YO, ME, MI CON-MIGO, PARA MI. Y enseñar desde la cate-quesis, desde la Iglesia la importancia de involucrarnos en las cuestiones sociales, da-do que cristo vino a salvar al hombre entero – CUERPO Y ALMA.-
SIGNO DE LOS TIEMPOS – LUCES 1
- La importancia de la familia como célula de la sociedad, capaz de comprometerse con los valores y con la Sociedad.-
Tesoro de nuestro Pueblo, Imagen de la Tri-nidad y Vital de nuestro pueblo. Modelo de Iniciación en la Vida Social. Modelo de Ini-ciación Cristiana Domestico.
Gn. 1, 28
c.ic 2207
D.S.I 14-147- Dignidad de la mujer. J. P II
Aparecida 432-436
La formación y capacitación de las familias, según la DSI.
SIGNO DE LOS TIEMPO – LUCES 1
- La importancia de la familia como célula de la sociedad, capaz de comprometerse con los valores y con la Sociedad.-
Tesoro de nuestro Pueblo, Imagen de la Tri-nidad y Vital de nuestro pueblo. Modelo de Iniciación en la Vida Social. Modelo de Ini-ciación Cristiana Domestico.
Gn. 1, 28
c.ic 2207
D.S.I 14-147- Dignidad de la mujer. J. P II
Aparecida 432-436.
Una pastoral familiar que incluya los valores de la DSI
92
COMISIÓN 15: ICP y Educación Religiosa Escolar
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
1
Identidad del cate-quista
nadie cree en Dios sino cree en alguien que lo anuncie y comparta El fin definitivo de la catequesis es poner a uno no sólo en contacto sino en comunión, en intimidad con Jesucristo » DGC n° 80, 1. Proponemos profundizaren una espiritualidad de encuentro con Cristo y desde allí con todos los hombres. Visto que a los docentes catequis-tas nos falta formación e instruc-ción “La vocación y el compromiso de ser hoy discípulos y misioneros de Jesucristo en América Latina y El Caribe, requieren una clara y decidida opción por la forma-ción de los miembros de nuestras comunidades” (Ap 276…) 2. Proponemos generar espacios de estudio - reflexión y oración dentro de las comunidades catequizadoras.
Visto que a los catequistas escola-res nos falta formación catequísti-ca en algunos casos y pedagógica en otros.
Con la certeza que la misión de la escuela católica es evangelizar educando
3. Proponemos que las escuelas generen espacios de formación INTE-GRAL -específica (doctrinaria, humanística espiritual, pedagogía, me-todología catequística, didáctica, etc.)
Visto que contamos con muchos catequistas que viven su ser voca-cionado en la escuela.
Con la certeza que la vocación es un llamado de Dios que nos ple-nifica como personas
4. Proponemos crear y recrear espacios de encuentro, e intercambio, tendiendo a la generación de comuni-dades.
La demanda de formación perma-nente por parte de los docentes catequistas resuena en las distintas regiones de nuestro país.
Tantos catequistas enamorados de la Pascua que cumplen su misión
La adecuada formación de los catequistas debe ser prioritaria para garantizar el itinerario cate-quístico permanente. (DCG)
Formar discípulos misioneros, de forma que puedan desarrollar
5. Qué los catequistas docentes escolares compartan su experiencia de fe con los miembros de la comunidad educativa.
6. Qué los catequistas tengan in-quietud de formación, recurriendo a los
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TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
de bautizados en las escuelas cató-licas de nuestro país recogiendo frutos por la gracia de Dios, con-tagien su alegría cristiana a todos los miembros de la comunidad educativa
mejor su ministerio.(DA)
medios que tiene a su alcance.
7. Qué los catequistas siendo fieles a la Palabra tengan una intensa vida de oración y sacramental. 43. Vista la necesidad de gene-rar espacios donde se pueda construir, reconstruir y afianzar la identidad del catequista es-colar… 243: El acontecimiento de Cristo es, por lo tanto, el inicio de ese sujeto nuevo que surge en la his-toria y al que llamamos discípu-lo: “No se comienza a ser cristia-no por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo hori-zonte a la vida, y, con ello, una orientación decisiva” (ibid.1). Esto es justamente lo que, con presentaciones diferentes, nos han conservado todos los evange-lios como el inicio del cristianis-mo: un encuentro de fe con la Persona de Jesús (cf. Jn. 1, 35-39). DA 334 La Iglesia está llamada a promover en sus escuelas una educación centrada en la persona humana que es capaz de vivir en la comunidad, aportando lo suyo para su bien. Ante el hecho de que muchos se encuentran excluidos, 8. Que se puedan articular espacios escolares donde el docente catequista plantee sus problemáticas específicas. 9. Promover la realización de un Congreso Nacional de Pastoral Edu-cativa, que implique previamente espacios diocesanos y regionales y que permita sentar las bases de un proyecto de carácter nacional. 10. Generar equipos diocesanos que trabajen en la actualización de los con-tenidos para todos los niveles escolares y que luego estas
94
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA la Iglesia deberá impulsar una educación de calidad para todos, formal y no-formal, especialmen-te para los más pobres. Educa-ción que ofrezca a los niños, a los jóvenes y a los adultos el en-cuentro con los valores culturales del propio país, descubriendo o integrando en ellos la dimensión religiosa y trascendente. Para ello, necesitamos una pastoral de la educación dinámica y que acompañe los procesos educati-vos, que sea voz que legitime y salvaguarde la libertad de educa-ción ante el Estado y el derecho a una educación de calidad de los más desposeídos.
el catequista necesita profundizar en su relación con Cristo y tam-bién en el conocimiento de los contenidos de fe.
como educadores católicos debe-mos estar preparados para saber dar respuesta de fe frente a las realidades que nos interpelan.
11. Proponemos que los esfuerzos no sean aislados sino mancomunados a nivel nacional/regional y que cada dió-cesis sea la que resguarde y garantice la formación. Articulen los medios para que los catequistas reciban la formación que requieren según la necesidad pasto-ral a través de institutos de formación catequético-pastoral, seminarios, con-gresos.
2
La actividad del docente catequista
valoramos la importancia para no-sotros catequistas docentes de trasmitir la fe desde pequeños y acompañarlo a lo largo la etapa de
“298. La catequesis no debe ser sólo ocasional, reducida a los momentos previos a los sacra-mentos o a la iniciación cristiana, 12. proponemos crear donde no exista o adecuar un itinerario que facili-te la madurez en la fe, conocido por toda la comunidad educativa y sus fa-
95
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
su vida
sino más bien “un itinerario cate-quético permanente Ap. 298”; La educación permanente de la fe se dirige no sólo a ca-da cristiano, para acompañarle en su camino hacia la santidad, sino también a la comunidad cristiana como tal, para que vaya madurando tanto en su vida interna de amor a Dios y de amor fraterno, cuanto en su apertura al mundo como comunidad misionera…(DGC n° 70) milias
Visto que muchos alumnos ingre-san a la escuela sin la iniciación cristiana.
Con la certeza que la escuela es ámbito de Evangelización.
13. Proponemos que se asuma esta realidad y se generen espacios para re-pensar la iniciación sacramental en la escuela y su relación con la parroquia.
14. Pensar y crear propuestas crea-tivas kerigmáticas que inicien los itine-rarios catequísticos anuales 44. Visto la falta coordinación, planificación y adecuación de los contenidos en la Cateque-sis Escolar. Con la certeza de la catequesis es sistemática, orgánica, procesual y comunitaria 15. Proponemos creación de espa-cios eclesiales en donde se reflexione, trabaje, acompañe la construcción de itinerarios catequísticos que revisen contenidos y criterios de evaluación que reconozcan realidades, procesos y contextos actuales.
Visto la falta de acompañamiento de los sacerdotes a las escuelas
Con la certeza que tomos por el Bautismo somos sacerdotes
16. Proponemos revalorización de los Ministerios Laicales, a través de la confirmación de equipos de pastoral, formación específica, animación litúr-
96
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
gica, etc
Hay falta de acompañamiento de los Sacerdotes a las escuelas
-…porque la función propia del presbítero en la tarea catequiza-dora brota del Sacramento del Orden que han recibido “por el Sacramento del orden, los presbí-tero se configuran con Cristo Sacerdote, como Ministro de la Cabeza, para construir y edificar todo su Cuerpo, que es la Iglesia, como cooperadores del Orden Episcopal…
El Sacramento del Orden consti-tuye a los presbíteros en educa-dores en la Fe (DCG 224)
17. Animar a los Sacerdotes a parti-cipar activamente en la Catequesis Es-colar para que organicen eventos que faciliten la actualización y formación de los catequistas escolares y asesoren en el proyecto de formación.
Visto que es complejo hacernos cargo de la diversidad cultural en la que vivimos y nos cuesta ver el Reino presente…
Aparecida 337: La escuela católi-ca está llamada a una profunda renovación. Debemos rescatar la identidad católica de nuestros centros educativos por medio de un impulso misionero valiente y audaz, de modo que llegue a ser una opción profética plasmada en una pastoral de la educación par-ticipativa. Dichos proyectos de-ben promover la formación inte-gral de la persona teniendo su fundamento en Cristo con identi-dad eclesial y cultural, y con ex-celencia académica. Además, han de generar solidaridad y caridad con los más pobres. El acompa-ñamiento de los procesos educa-18. Una mirada amplia (familia, do-centes, empobrecidos) que se haga car-go de la diversidad en la que el Reino vive ya.
19. Una disposición a leer interdis-ciplinariamente la presencia de Dios
97
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
tivos, la participación en ellos de los padres de familia, y la forma-ción de docentes son tareas prio-ritarias de la pastoral educativa.
los lineamientos curriculares para la enseñanza religiosa no han sido debidamente socializados ni actua-lizados.
es necesario contar con un plan orgánico, sistemático, procesual que sirva como marco para la unificación de contenidos.
20. la revisión y actualización de los Lineamientos Curriculares y la pronta puesta en práctica de los mismos en el ámbito escolar.
3
ESCUELA EN PASTORAL
Visto que en nuestras escuelas los docentes de otras disciplinas no adhieren complemente a la cos-movisión cristiana y cargan todo el peso y la responsabilidad de ser referente de fe únicamente al do-cente catequista.
la Enseñanza Religiosa Escolar debe ser un eje que atraviese toda la curricular y que impregne de fe la mirada de las distintas dis-ciplinas a fin de ser fiel a la mi-sión de la escuela católica de llevar a sus alumnos a la síntesis fe-cultura.
21. Proponemos incluir efectiva-mente la Enseñanza Religiosa como eje transversal en el PEI.
Visto que se percibe un difusa comprensión de la visión y misión de la escuela católica.
es necesario una clara definición de estos conceptos para afianzar la identidad de la escuela católi-ca.
22. generar proyectos pastorales in-tegradores y articulados con la parro-quia, la familia y otras instituciones que permitan la realización de acciones solidarias concretas.
concebimos a la escuela como cen-tro de evangelización necesitamos actualizar nuestra visión respecto a su misión
“La Escuela católica está llama-da a una profunda renovación y debemos rescatar la identidad católica de nuestros centros edu-cativos por medio de un impulso misionero valiente y audaz, de modo que llegue a ser una op-ción profética plasmada en una pastoral de la educación partici-pativa. Dichos proyectos deben promover la formación integral
23. proponemos revisar, adaptar y elaborar los proyectos pastorales en comunión con la pastoral parroquial y Diocesana, también proponemos que sean escuelas inclusivas, abiertas, para todos, una comunidad que se haga ex-presión a lo largo del camino de sus destinatarios
98
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
de la persona teniendo su funda-mento en Cristo, con identidad eclesial y cultural, y con excelen-cia académica. Además, han de generar solidaridad y caridad con los más pobres. El acompa-ñamiento de los procesos educa-tivos, la participación en ellos de los padres de familia, y la forma-ción de docentes, son tareas prioritarias de la pastoral educa-tiva”. Ap n° 337
Ante la existencia de acciones pas-torales educativas descoordina-das…
la necesidad de optimizar las acciones para trabajar en una pastoral de conjunto que genere un espíritu de comunión-comunidad.
24. Propiciar la formación de orga-nismos (vicarías, juntas de catequesis, etc) que nucleen y coordinen las accio-nes pastorales educativas.
Visto que la escuela es un espacio privilegiado de evangelización, de modo que la catequesis tiene que tener un lugar destacado en el en PCI….
CT 67: La Escuela como espacio favorable para la evangelización.
DCG 259. La escuela católica (Cf CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, La Escuela Católica: l.c.) es un lu-gar muy relevante para la forma-ción humana y cristiana. La de-claración Gravissimum Educa-tionis del Concilio Vaticano II «marca un cambio decisivo en la historia de la escuela católica: el paso de la escuela-institución al de la escuela-comunidad». (Cf Congregación Para la Educación Católica, Dimensión religiosa de 25. Nos parece prudente revisar la carga horaria del área como así también la franja de la caja curricular en la que se ubican estas horas. 26. Necesitamos que los espacios curriculares sean reconocidos, el docen-te sea un actor educativo y se establez-can criterios de equidad entre las distin-tas diócesis del país en relación a estas cuestiones.
99
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
la educación en la Escuela cató-lica, n. 31: l.c.)
La escuela católica busca, en no menor grado que las demás es-cuelas, los fines culturales y la formación humana de la juven-tud. Su nota distintiva es:
«crear un ambiente de la comu-nidad escolar animado por el espíritu evangélico de libertad y caridad,
ayudar a los adolescentes para que, en el desarrollo de la propia persona, crezcan a un tiempo según la nueva criatura que han sido hechos por el bautismo,
y ordenar últimamente toda la cultura humana según el mensaje de la salvación».(GE 8.)
El proyecto educativo de la es-cuela católica tiene que elabo-rarse en base a esta concepción propuesta por el Concilio Vati-cano II.
Este proyecto educativo se realiza en la comunidad educativa esco-lar, de la que forman parte todos los que están directamente com-prometidos en ella: «profesores, personal directivo, administrati-vo y auxiliar; los padres, figura central en cuanto naturales e insustituibles educadores de sus
100
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
hijos; y los alumnos, copartícipes y responsables como verdaderos protagonistas y sujetos activos del proceso educativo». (Con-gregación para la educación católica, Dimensión religiosa de la educación..., n. 32: l.c.)
La escuela está llamada a ser una Comunidad de fe, sin olvidar que es Comunidad Eclesial.
La comunidad educativa debe aspirar a constituirse en la Escue-la Católica en Comunidad Cris-tiana, en verdadera comunidad de fe. Esto se logra construyendo una escuela en clave pastoral. (El laico católico, testigo de fe en la escuela)
27. -Impulsar y propiciar la partici-pación en la comunidad desde cada uno de los roles para lograr el respeto, el trabajo conjunto, la confrontación y la tolerancia, entendiendo que aún pen-sando distintos, siendo distintos, haciendo distintos se puede colaborar para el bien común.
28. Qué desde la Junta Nacional de Catequesis se brinden cursos virtuales de formación que apunten al ser, al sa-ber y al saber hacer, para ser realizados en comunidad.
29. -Qué las parroquias y los equi-pos de conducción de los colegios ani-men, promuevan, organicen, acompa-ñen la formación de sus docentes para fortalecer la espiritualidad.
a.
Visto que la pastoral no está re-presentada en la gestión educativa.
Con la certeza de que Se debe concebir a la escuela como centro de evangelización.
30. Proponemos que el catequista coordinador (o encargado) forme parte del equipo de conducción.
Visto que hay escuelas que no tie-nen equipo de pastoral.
-Con la certeza de que es necesa-rio actualizar su visión y misión en clave de pastoral.
31. Proponemos promover la forma-ción de equipos de pastoral en los cua-les estén representados todos los actores
101
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
de la comunidad educativa.
Visto que hay instituciones que están trabajando en post de una escuela en clave de pastoral
Con la certeza de que debemos crear : un ambiente en la comu-nidad escolar animado por el espíritu evangélico de libertad y caridad,… y ordenar últimamente toda la cultura humana según el mensaje de la salvación. G et spes 8.
32. Proponemos ser generadores de intercambio para el diseño curricular desde la cosmovisión cristiana,( ya sea con los equipos de gestión, como con los profesores de las distintas discipli-nas.)
Visto que hay muchísimas iniciati-vas solidarias, comunitarias y mi-sioneras en las escuelas con parti-cipación de alumnos, docentes y familias.
Con la certeza de que formamos un solo cuerpo, que precisa la funcionalidad de cada uno de sus miembros.
33. Proponemos que estas acciones no sean aisladas sino que se trabaje en conjunto con los itinerarios pastorales y catequísticos, de modo coordinado y procesual.
Visto que muchas escuelas abor-dan el acompañamiento en la Fe solo desde la hora de formación religiosa.
La declaración Gravissimum educationis del C.V.II marca un cambio desicivo en la historia de la escuela católica: el paso de la escuela – institución a la de es-cuela- comunidad.
34. Proponemos una escuela en cla-ve de pastoral que genere proyectos interdisciplinarios, curriculares y extra-curriculares para el acompañamiento en la Fe de los alumnos.
Visto que las familias se acercan a la escuela por motivos diversos
Con la certeza de que en la es-cuela católica prima la calidad de la enseñanza religiosa integrada en la educación de los alumnos.
35. Proponemos asumir esta realidad como desafío para la evangelización.
36. Generación de proyectos de pas-toral, y celebrativos para la participa-ción de las familias 45. Concebimos a la escuela como centro de evangelización necesitamos actualizar nuestra visión respecto a su misión “La Escuela católica está llama-da a una profunda renovación y debemos rescatar la identidad católica de nuestros centros edu-cativos por medio de un impulso misionero valiente y audaz, de modo que llegue a ser una op-ción profética plasmada en una 37. proponemos revisar, adaptar y elaborar los proyectos pastorales en comunión con la pastoral parroquial y Diocesana, también proponemos que sean escuelas inclusivas, abiertas, para todos, una comunidad que se haga expresión a lo largo del camino de sus destinatarios
102
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA pastoral de la educación partici-pativa. Dichos proyectos deben promover la formación integral de la persona teniendo su funda-mento en Cristo, con identidad eclesial y cultural, y con excelen-cia académica. Además, han de generar solidaridad y caridad con los más pobres. El acompa-ñamiento de los procesos educa-tivos, la participación en ellos de los padres de familia, y la forma-ción de docentes, son tareas prioritarias de la pastoral educa-tiva”. Ap n° 337
muchos eligen la escuela católica por la cuota, o por el nivel acadé-mico, por la contención, por el prestigio; por la enseñanza en va-lores; por la gestión institucional; entre otros motivos
las semillas del reino están sem-bradas también en todos los cora-zones (cfr Puebla),
38. proponemos ver esto como una oportunidad de propiciar el encuentro con Cristo reconociendo la acción del Espíritu Santo en los corazones de esos papas
4 La escuela en re-lación con el sí mismo y con los demás.
el educador catequista, aún cuan-do se le exigen todos los deberes como el resto de los docentes, no es considerado en relación a sus derechos
“ La remuneración es el instru-mento más importante para prac-ticar la justicia en las relaciones laborales.659 El « salario justo es el fruto legítimo del trabajo »; 660 comete una grave injusticia quien lo niega o no lo da a su debido tiempo y en la justa pro-porción al trabajo realizado (cf. Lv 19,13; Dt 24,14-15; St 5,4). El salario es el ins-trumento que permite al trabaja-
39. proponemos que en los distintos organismos competentes, tales como: Ministerio de Educación, CECs, sus equivalentes en las demás provincias y regiones eclesiásticas, congregaciones religiosas, trabajen arduamente para encontrar las respuestas a esta necesi-dad que clama justicia
103
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
dor acceder a los bienes de la tierra: « La remuneración del trabajo debe ser tal que permita al hombre y a su familia una vida digna en el plano material, so-cial, cultural y espiritual, tenien-do presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común ».661 El simple acuerdo entre el trabaja-dor y el patrono acerca de la remuneración, no basta para calificar de « justa » la remune-ración acordada, porque ésta « no debe ser en manera alguna insuficiente » 662 para el sustento del trabajador: la justicia natu-ral es anterior y superior a la libertad del contrato. (Compen-dio Doctrina Social de la Iglesia n° 302)
Visto que la formación de quienes trabajamos en escuela muchas ve-ces está disociada (seminarios, profesorados, etc.) y que los títulos que se expiden y lo que luego se exigen son muy variados.
Con la certeza de que se debe cuidar de que los catequistas se preparen en la forma debida para su función, de suerte que conozca con claridad la doctrina de la Iglesia y aprendan teórica y prácticamente las leyes sicológi-cas y las disciplinas pedagógicas.
40. Proponemos que se creen y re-creen (en las Diócesis) más centros es-pecíficos de formación de docentes ca-tequistas con la debida validación ofi-cial.
41. Proponemos que como Iglesias Diocesanas y a Nivel Nacional, en co-munión con los consejos escolares de educación católica, se replanten estos temas, revitalizando y actualizando la
104
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA
misión de la escuela.
Visto que las escuelas católicas muchas veces van perdiendo su identidad y misión.
Con la certeza de que es la clave y punto de partida de la razón de ser de la escuela católica.
42. Realizar congresos y encuentros de educación católica y pastoral educa-tiva
Visto que hay una gran diversidad en las formas de contratación y retribución salarial de los catequis-tas en las escuelas
Con la certeza que el que trabaja merece su salario y que la justica es un principio fundamental del Evangelio.
43. Proponemos que se gestionen las medidas necesarias a nivel Eclesial y ministerial, para regularizar estas situa-ciones. Vistas la situación de precariedad jurídica de los docentes catequistas y de la falta de claridad del encua-dre legal… I Tes. 5, 12-13: “Hermanos les rogamos que tengan respeto a los que trabajan entre ustedes y los dirigen y aconsejan en el Señor. Deben estimarlos y amarlos mu-cho, por el trabajo que hacen. Vivan en paz unos con otros.” Mt. 10, 10b “El que trabaja mere-ce su sustento” 44. Establecer con claridad una polí-tica común en toda la Iglesia que permi-ta, en el marco de la ley, la igualdad de condiciones laborales de todos los do-centes catequistas del país, a la par de cualquier docente.
Vista también la incomunicación entre CONSUDEC, CEC y JUREC ….
Medellin cap 8, 1. Frente a un mundo que cambia y frente al actual proceso de maduración de la iglesia en AL, el movimiento catequístico siente la necesidad de una profunda renovación. Que manifieste la voluntad de la igle-sia y sus responsables, de llevar adelante su misión fundamental: educar eficazmente a la fe de los jóvenes y de los adultos en todos los ambientes.
45. Promover el trabajo conjunto de todas las juntas catequísticas con las distintas JUREC diocesanas en la búsqueda de una tarea integrada de evangelización entre los colegios cató-licos y las parroquias, congregaciones y movimientos. 46. Revisar cómo están trabajando las Juntas de Educación y su vínculo con la Junta de Catequesis de cada dió-cesis o arquidiócesis. 47. Proponemos que el CONSU-DEC tenga una oferta educativa, que promueva profesores del área de For-mación cristiana-religiosa.
Visto que se constata un mayor DA 194 “…Este desafío incluye
48. Establecer dentro de la forma-
105
TEMA SITUACIÓN ILUMINACIÓN PROPUESTA empobrecimiento en el acompa-ñamiento pastoral y espiritual de los colegios, por parte de los sa-cerdotes…
la necesidad de potenciar ade-cuadamente la formación inicial y permanente de los presbíte-ros…” PDV 72 Ti 1,9
ción sacerdotal un espacio que capacite en la pastoral educativa y en la com-prensión de la importancia que tiene la misma en un proceso de evangelización en la Argentina
106
COMISIÓN 16: ICP y Núcleos Temáticos del Mensaje Cristiano
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 46. Visto que… muchos catequistas no han tenido una experiencia de encuentro con el Señor o ésta no ha sido decisiva, aún persisten en nuestras catequesis: Situaciones de individualismo (catequis-tas islas). Catequesis segmentadas Resistencia a la formación (humana, doc-trinal, espiritual, comunitaria), aún cuan-do siempre se está solicitando esta for-mación, y se la ofrece. Y de parte de los catequizandos, estas situaciones se convierten en favorables para quienes no aceptan las exigencias de una catequesis que apunte a la vida, a la conversión y a la comunidad. Con la certeza que… Hay que desarrollar un proceso de inicia-ción en la vida cristiana que comienza por el kerigma, guiado por la Palabra que conduce al encuentro personal con Jesu-cristo, que lleve a la conversión a la co-munidad eclesial, y a la maduración de fe en tres dimensiones: sacramento, servicio y misión. Cfr D A 289 (…) Que se extienda desde la niñez a la ancianidad SENAC N° 44 Proponemos Una catequesis tomada como camino de vida espiritual, de talante kerygmático, inmersa y atenta a las distintas realidades, que revitalice la acción misionera, forta-lezca la fe, para afrontar el contexto socio-cultural en el que estamos viviendo, una catequesis encarnada y pascual que inserte en la vida comunitaria.
Visto que…
muchos catequistas no han tenido una experiencia de encuentro con el Señor o ésta no ha sido decisiva, aún persisten en nuestras catequesis:
Situaciones de individualismo (catequis-tas islas).
Catequesis segmentadas
Resistencia a la formación (humana, doc-trinal, espiritual, comunitaria), aún cuan-do siempre se está solicitando esta for-mación, y se la ofrece.
Con la certeza que…
Hay que desarrollar un proceso de inicia-ción en la vida cristiana que comienza por el kerigma, guiado por la Palabra que conduce al encuentro personal con Jesu-cristo, que lleve a la conversión a la co-munidad eclesial, y a la maduración de fe tres dimensiones: sacramento, servicio y misión.
Cfr D A 289
“…La catequesis privilegia el encuentro
Proponemos
1. La formación permanente de los cate-quistas apunten a que sean sensibles al querer de Dios y a las necesidades del pueblo y respondan con caridad y ser-vicio.
2. Una catequesis tomada como camino de vida espiritual con acompañamien-to e hitos que marquen momentos fuertes para ser vividos como comu-nidad (primeras comuniones, confir-maciones, bautismos) y no como
107
Y de parte de los catequizandos, estas situaciones se convierten en favorables para quienes no aceptan las exigencias de una catequesis que apunte a la vida, a la conversión y a la comunidad.
con la persona de Jesús en la comunidad. Una catequesis samaritana, que sale al encuentro de cada persona, escucha y con-templa su realidad, la recibe y se detiene acercándola a Jesús para que él la tras-forme”. SENAC 46
“proyectos concluidos” en forma in-dividual que no insertan en la vida comunitaria parroquial.
3. Una Catequesis inmersa en las distin-tas realidades, que se adecue a la di-versidad y exprese una mayor cercan-ía plasmada en gestos de caridad (sa-ludo, visita a los enfermos, acogida y bienvenida).
4. Una catequesis que revitalice la acción misionera, porque todos tenemos que ser de nuevo evangelizados y trans-formarnos en fieles discípulos. Forta-leciendo la fe para afrontar, este con-texto socio-cultural en el que estamos viviendo, que pone en juego el desa-rrollo armónico de la sociedad y la identidad católica, de sus pueblos.
Somos expertos en realizar diagnósticos pero con dificultad de pasar a las accio-nes que modifiquen o transformen las realidades.
Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transfor-mar desde dentro, renovar a la misma humanidad. EN 18 (Ustedes son sal de la tierra)LC..
5. Una catequesis que anuncie e imite a un Cristo, que obra e impulsa a trans-formar la realidad
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COMISIÓN 17: ICP y contenido del primer anuncio (Kergma y Pascua)
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 47. Muchas veces la proclamación del kerigma no lleva al encuentro con Cris-to Vivo y hay comunidades que no acompañan al proceso de fe de los bau-tizados 48. Muchas veces la catequesis se ha transformado en una clase, en un encuentro enciclopedista, porque los catequistas se ha aferrado a los libros, a los cuentos, a las dinámicas, olvidándose que el centro es la Palabra con la certeza que… . Es nuestra misión ofrecer un anun-cio kerigmatico y el testimonio personal que lleve a la conversión y un cambio de vida integral (DA 226ª) y somos enviados a anunciar (Mc 16, 15) a Jesucristo, camino verdad y vida. . somos enviados por Dios a anunciar la Palabra de Dios (Jn3, 34); y que Jesús nos dice “Felices los escuchan la Palabra de Dios y la practican” (Lc11, 27-28) proponemos…. Una catequesis kerigmatica que lleve al encuentro íntimo y personal con Cristo Vivo Y Que acompañe la vida de las per-sonas en sus situaciones, experiencias personales y procesos de fe. Que la Palabra, escuchada, rumiada, gustada, proclamada y celebrada, se haga Vida en la vida de cada catequista y cada comunidad.
Desde la situación
Desde la iluminación
Desde los anhelos
Visto que…..
Muchas veces la proclamación del kerigma no suscita la fe no lleva a la conversión ini-cial ni al encuentro con Cristo Vivo
Existe comunidades cerradas que no acom-pañan al proceso de fe de los bautizados
El catequista acompaña, crea vínculos, está
con la certeza que…
“El es el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn14, 6) y que solo desde el kerigma se da la posibilidad de una I.C. verdadera (cf.DA 278)
El modelo de la renovación comunitaria lo encontramos en la vida de las primeras co-munidades cristianas. Estamos invitados a una espiritualidad de comunión (cf. Hch2, 42-47; DA 369; NMI 42) En la realidad social concreta el discípulo hace la experiencia del encuentro con Jesu-cristo Vivo y madura su vocación cristiana.
proponemos….
Una catequesis kerigmatica que lleve al encuentro íntimo y personal con Cristo Vi-vo que enamore y fascine.
Que la catequesis acompañe la vida de las personas en sus situaciones y experiencias personales y en sus procesos de fe.
Una Pastoral que acompañe efectiva y afec-
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atento a las necesidades de los demás, ayu-da a crecer en la fe, reconoce al Señor en los hermanos, especialmente en los más débiles, pero a su vez se siente solo, no acompañado no cuidado ni fortalecido en sus propios procesos de fe por sus pastores
Los niños, los adultos no perseveran, las familias no se comprometen, pero hay búsqueda y sed de Dios.
Nuestras comunidades se ven afectadas por el individualismo, la intolerancia, la falta de autenticidad.
Muchas veces la catequesis se ha transfor-mado en una clase, en un encuentro enci-clopedista, porque los catequistas se ha afe-rrado a los libros, a los cuentos, a las diná-micas, olvidándose que el centro es la Pala-bra
La iglesia no siempre favorece el encuentro personal con Cristo Vivo
Hay comunidades cerradas que no acompa-ñan el camino de los bautizados
Nuestra catequesis es sacramentalista y es-colarizada
(cf. DA 167)
El Señor nos dice “Vayan y hagan que to-dos los pueblos sean mis discípulos… y Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt28, 19-20) Y que nuestros Obispos reconocen “cada sec-tor del Pueblo de Dios pide ser acompañado y formado de acuerdo con la vocación y ministerio al que ha sido llamado” (DA 282)
Es nuestra misión ofrecer un anuncio ke-rigmatico y el testimonio personal que lleve a la conversión y un cambio de vida integral (DA 226ª) y somos enviados a anunciar (Mc 16, 15)
El Señor cada día acrecienta la comunidad (Hch2, 42.46-47) que siendo fieles al Espí-ritu El nos sostendrá unidos (JEP 136)
La formación catequística es promover la actitud y habilidad para comunicar el Men-saje Evangélico, no bastan los conocimien-tos doctrinales; y que el catequista puede ser capaz de vivenciar, proponer y aplicar la pedagogía original de Dios. (JEP102) y que somos enviados por Dios a decir la Palabra de Dios (Jn3, 34); y que Jesús nos dice “Fe-lices los escuchan la Palabra de Dios y la practican” (Lc11, 27-28)
El fin definitivo de la catequesis es poner a uno no solo en contacto con Jesucristo, sino en comunión e intimidad con el (CT 5; Jn1,
tivamente al catequista en su vocación y misión.
Que los catequistas se formen y transfor-men por Cristo permanentemente, que vi-van la fiesta del encuentro con Jesús, e invi-ten a otros a compartir la alegría del resuci-tado conviden la vida nueva.
Una iglesia dócil a la corrección fraterna, donde todos nos sintamos parte de una misma familia, donde se viva la comunión y el servicio, abiertos al dialogo
Que la Palabra se haga Vida en la vida de cada catequista y cada comunidad. Que la Palabra de Dios sea escuchada, ru-miada, gustada, proclamada, celebrada
Crear espacios donde el catequista pueda madurar su vocación, formarse, profundizar su espiritualidad para favorecer el encuentro con Cristo Vivo
Construir una cordial y sincera fraternidad en la comunidad para reconocer al otro co-mo mi hermano
Recrear el ambiente, el contenido, la forma de comunicar el kerigma para lograr el en-cuentro y la conversión personal y pastoral.
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14)
Si las comunidades son discípulas y misio-neras en torno a Jesucristo serán comunida-des abiertas al dialogo, a la disponibilidad y al amor. (DA 368)
La persona madura constantemente en el conocimiento y seguimiento de Jesús maes-tro, por eso es fundamental importancia la catequesis permanente y la vida sacramental (DA 278)
111
COMISIÓN 18: ICP y Comunicación y Lenguajes
Tesoros
Desde la Situación
Desde la Iluminación
Desde los anhelos
Visto que…
Con la certeza que…
Proponemos… 49. El lenguaje de la Palabra es el mismo aunque se presenta en diversos idiomas . Que todos tenemos necesidad de per-tenecer, anhelo de vínculos… a alguien, a una familia, una comunidad, nuevas tribus… . Que se dijo “basta ya” de tartamude-os, especulaciones y miedos, sumisión y falsa obediencia. La Iglesia es Madre, experta en humanidad, y debe comunicarse con un lenguaje expe-riencial, orante, fraterno, valiente, afectivo, maternal, misionero, respetuoso de los silen-cios. Is. 49, 15 Mensaje de Benedicto XVI en la Jornada Mundial de las Comunicaciones 2012 D. A. 480 Vivir el lenguaje del vínculo, que es escucha, diá-logo, respeto a la diversidad de carismas y proce-sos, creando nuevos espacios de comunicación donde compartir la vida y expresar los vínculos fraternos, valorando y apropiándose de los diver-sos lenguajes con que comunica nuestro pueblo (inculturación del Evangelio). 50. Existe una creciente y crecida red de comunicacines a partir de las TICs. La Iglesia está en el mundo. No puede dejar de usar las nuevas tecnologías de la comuni-cación como instrumento válido y valioso para evangelizar. Jn. 17, 20 ss DCG (1971) nr. 8 CT 59 D.A. 100, d); nr. 35; Cap. 10, 3 Proponemos: . Que no podemos omitir ninguno de los canales de comunicación. . La necesidad de formarnos en el manejo de las nuevas TICs (mensajes, redes sociales, mmcs, recursos multimediales), y humanizar su uso. . Diversificar los lenguajes de la catequesis: lo visual – artístico, musical, expresión corporal, litúrgico, gestual. . Discernir críticamente en nuestra comuni-
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cación actual: . La utilización del llamado “lenguaje inclu-sivo” (la presión por decir “todos y todas”, “her-manos y hermanas”, “catequistos y catequistas”), que muchas veces oculta la imposición de la “ideología de género” . Ambigüedad en los términos que ocultan significados profundos contrarios al Evangelio (por ejemplo, “salud reproductiva”, que incluye “aborto”)
Visto que…
. La comunidad es catequista que cul-tiva Ansias de unidad en el Espíritu, en Jesús Resucitado, en el filial amor al Padre, necesidad de autenticidad en los lazos de la COMUNIDAD -primera CATEQUISTA- que anuncia, proclama y Celebra la Vida nueva, fundada en Su Amor…!!!
. Que dice Basta ya de catequistas que no hablan, por miedo, sumisión, falsa obe-diencia… El dialogo es construcción de to-dos, y el anuncio su luminoso reflejo!!!
Con la certeza que…
. La Iglesia es comunión, la interferen-cia en la comunicación, trae como conse-cuencia decisiones asimétricas y unilaterales que atropellan procesos de vida.
Mateo 12, 34
Hechos 2, 41-47
D.A. 55
Proponemos…
. Que la comunidad como catequista viva el Lenguaje de la comunión. Es decir:
o Desterrar los lenguajes autoritarios y de no respeto al proceso de los hermanos
o Incorporar los lenguajes en plural.
o Ejercitar el discernimiento y la decisión co-lectiva.
. Del “padre dijo” “el catequista dice” al no-sotros decidimos.
. Del yo al nosotros. (Colgarnos el yo-yo)
. Del mío al nuestro.
. La comunidad catequista tiene Sentido de pertenencia; vale pertene-cer y estar, anhelo de vínculos… a alguien, a una familia, a una comunidad, a nuevas tri-bus… la Palabra es la misma aunque hay que aprender nuevos dialectos
. La Iglesia es madre. Necesitamos comunicarnos con un lenguaje experiencial, orante, fraterno, valiente, que se juega por la verdad, significativo, gestual, afectivo, vi-vencial, que ama, conoce y dialoga con su Dios, un lenguaje maternal, misionero, que respeta los silencios.
. Que la comunidad como catequista viva el Lenguaje del vínculo. Es decir:
o Desarrollar la actitud de escucha, de diálogo, de respeto a la diversidad de carismas y procesos.
o Crear espacios de comunicación donde com-partir la vida y expresar los vínculos fraternos.
o Mirar como la madre guaraní, que se inclina
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. Que dice Basta ya de tartamudeos, especulaciones y miedos… La Iglesia es «experta en humanidad» porque habla la lengua materna de la Pascua, porque es da-dora de vida, porque amamanta… Empece-mos dialogando, a comunicar eso!!!
Basta ya de despachar el ICP en algunos y por un tiempo… La Comunidad es la Cate-quista, Gestora, Nodriza, Todo el Tiempo!!!
Isaías 49,15
Mensaje de B. XVI en la jornada mundial de las comunicaciones 2012
D.A. 480
para encontrarse con la mirada de su hijo.
Búsqueda de lenguajes, en el que hable La Palabra (Jesús), contemplación, rescate del silencio, de lo gestual (para-lingüístico) y desde el eco de La Palabra Divina que re-suena en los testigos de la Biblia, tanto en la Creación como en la Historia, así como en los desaciertos.
Necesidad de formarse también en las cien-cias del lenguaje para poder desentrañar primero lo que se anuncia y ser fiel a lo que resuena… al final, todo es eco de Su Pala-bra; solo eso y todo eso…
El Mensaje: es lo suficientemente dinámico como para generar empatía, el contenido está claro, pero no la forma de hacerlo llegar al otro, por lo que la red comunicacional debe incorporar a muchos más de los que están ahora, y hacerlo comunitariamente para generar mayor eficiencia a través del intercambio, por el resultado, sino mas bien por el proceso…
Necesidad de cambio, de conversión perso-nal, comunitaria y pastoral, no
. La Iglesia está en el mundo. No pue-de dejar de usar las nuevas tecnologías de la comunicación como instrumento válido y valioso para evangelizar.
Juan 17, 20 y ss.
DCG 8 (1971)
CT 59
D.A. 100.d - 35-
Cap. 10.3 – N° 485 -490
. Que la comunidad como catequista se haga presente con el Lenguaje de las Nuevas Tecnologías de la comunicación. Es decir:
o Redescubrir que AQUEL A QUIEN está llamada a anunciar es tan importante que no pode-mos omitir ninguno de los canales de comunicación. “No podemos callar lo que hemos visto y oído…”
o Descubrir la necesidad de formarnos en el manejo de las nuevas tecnologías de la comunica-ción (mensajes, redes sociales, mmcs, recursos mul-timediales)
o Diversificar los lenguajes de la catequesis: visual – artístico, musical, expresión corporal, litúr-gico, gestual
o Discernir críticamente en nuestro comunica-ción actual:
. la utilización del llamado “lenguaje inclusi-vo” (la presión por decir “todos y todas” “hermanos y hermanas” que muchas veces oculta la imposición de la “ideología de género”
. Ambigüedad en los términos que ocultan significados profundos contrarios al Evangelio (“sa-lud reproductiva” que incluye el aborto)
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como barniz superficial o cambio periférico, sino cambio interior, transformación, meta-noia, es decir, desde adentro… Evangelizar desde los nuevos medios no es una táctica, una estrategia… solo un nuevo escenario, Jesús sigue siendo el método… de nosotros se exige fidelidad a la partitura, al libreto, aunque cambie el instrumento…
Basta ya de Iglesia atada a modelos de co-municación y lenguaje que no logran afectar a los centros vitales de sus interlocutores.
Catequistas-anunciadores que se saben lla-mados, se reconocen ungidos y enviados a anunciar lo que han visto y oído, lo que han tocado y comulgado, los pies mojados y la toalla lista para seguir actuando en su me-moria…
Basta ya de predicadores… Dios habla y se encarna, se hace otro y resuena, habla y habita entre nosotros; mete las manos en el barro, lava pies, sopla su alma, pone el cuer-po!!!
Basta ya de desencuentros… Escuchemos, Hablemos, Miremos!!!
. La Iglesia existe para evangelizar. No habrá nunca comunicación de la Buena Noticia si no nos dejamos conducir por el Espíritu Santo que habla en nosotros.
Mateo 10, 19 - 21
Mateo 28, 16 – 20
EN 75
. Que la catequesis viva el Lenguaje de la Mi-sión. Es decir:
. Pasar de una catequesis de oyentes creyentes a una catequesis que forme discípulos misioneros, cambiar el “vengan a la Parroquia” nuestro por el “Vayan y anuncien” de Jesús.
. Incentivar encuentros personales y comunita-rios para profundizar la experiencia de comunica-ción con el Padre, alimentados por La Palabra y animados por el Espíritu para que nuestra catequesis comunique por ardor y no por proselitismo.
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